Redacción Qcom.es
Cajamar Caja Rural ha reunido en Madrid a una docena de expertos en el Foro “Prospectiva de la agricultura española 2050” para reflexionar sobre los retos del sector agroalimentario español en el medio plazo y las actuaciones necesarias para así redibujar la agricultura española del futuro y seguir siendo competitiva en un mercado cada vez más globalizado.
Los expertos han coincido en identificar entre los grandes retos para el sector en los próximos 30 años, el incremento de la producción de alimentos en un 70 % para una población mundial que crecerá en un 50 %; la sostenibilidad, mejorando la eficiencia del uso de recursos escasos como son la tierra, el agua y los nutrientes; la necesidad de adaptar nuestros sistemas productivos al cambio climático y mitigar sus consecuencias, y de satisfacer la nuevas demandas de los consumidores con productos más naturales y saludables, y los nuevos canales.
Todos estos retos afectarán a la manera de trabajar y gestionar de las empresas para poder seguir siendo competitivas en un entorno cada vez más globalizado. Entre las actuaciones apuntadas por los expertos se encuentran la automatización de los procesos y la robótica, que serán indispensables para las tareas agrícolas y de la industria; la mejora de la eficiencia energética y la plena integración de las energías renovables, que van a suponer una reducción de los gastos de explotación a la vez que contribuirá a la consolidación de un modelo productivo más sostenible; la búsqueda de soluciones en la utilización de un recurso limitado como el agua a través de la innovación tecnológica y la optimización de su gobernanza y gestión; la reducción del desperdicio alimentario, no solo desde un punto de vista moral, sino también como una oportunidad de mejora de la rentabilidad, ya que no solo supondrá un ahorro de costes si no también una generación de ingresos adicionales; y por último y no por ello menos importante que el sector agroalimentario español sea capaz de evolucionar y desarrollarse y no quedarse en un mero proveedor de alimentos, ya que la innovación y el uso de nuevas tecnologías permitirán desarrollar una industria auxiliar basada en el conocimiento
En la primera sesión, moderada por Julio Berbel, de la Universidad de Córdoba, Elías Fereres, de la Real Academia de Ingeniería, ha augurado en su ponencia sobre la vieja y la nueva agronomía que “de aquí a 2050 habrá que cerrar la brecha del rendimiento agrario –diferencia entre lo que se produce y se puede producir-; reducir las pérdidas pos cosecha, que se sitúa cerca del 30 %; diagnosticar correctamente los problemas de sostenibilidad y corregirlos (erosión de las tierras, falta de fertilidad, recursos hídricos…), y evitar la volatilidad de los precios de los alimentos. Y para ello será fundamental la nueva agronomía”.
Por su parte Marta Tortajada, de Biópolis, en su intervención sobre el futuro de la biotecnología ha señalado: “La biotecnología supone un cambio de modelo productivo y una actuación integrada de los productores de materias primas y de los usuarios y la existencia de nuevas cadenas de valor”.
La exposición de Emilio Rodríguez, de la European Commission Joint Research Centre, ha versado sobre el futuro de la biotecnología y se ha centrado en el futuro de los cultivos transgénicos, indicando que esto se concentran en cuatro tipos, fundamentalmente soja, maíz, colza y trigo, cuyos principales productores son los continentes americano y australiano.
En la segunda sesión, moderada por David Uclés, de Cajamar, Inés Mínguez, de la Universidad Politécnica de Madrid, ha expuesto algunas de las posibles medidas en España ante el cambio climático. A su juicio: “Se deberán realizar adaptaciones autónomas con cultivos flexibles, como forrajeros, raíz o tuberculosos; cultivos leñosos con menos necesidad de frío”.
Diego César Alarcón, de CIRMAT-Plataforma Solar de Almería, ha indicado que “hoy en día el uso de las energías renovables a precios competitivos son ya una realidad y sus problemas son la previsión y la variación según los recursos disponibles, ya que no existe la posibilidad de almacenamiento energético de manera generalizada.
En su ponencia sobre robotización y automatización en la agroalimentación, Eduardo Fernández, de la Universidad de Sevilla, ha asegurado que “la tecnología ha llegado y la agricultura de precisión va a ser fundamental en los próximos años, ya que eleva la eficiencia, utilizando menos recursos, y la automatización y robotización van a consolidarse en el campo, lo que hará que el trabajo sea más tecnológico y ayude de manera importante en la toma de decisiones a los agricultores“.
En la última sesión moderada por José María García, de la Universidad Politécnica de Valencia, David del Pino, consultor ha explicado que las tendencias del consumidor han cambiado y son bipolares: “Ahora la tendencia es el consumo de bajo precio y el consumo premium”, y ha señalado que en los próximos años la industria agroalimentaria fomentará los valores de “salud y bienestar, natural y local, y de consumo fácil”.
Por su parte Tomás García de Azcárate, del CSIC, ha previsto que el papel de la agricultura europea y española será suministrar productos de calidad y de valor añadido a los países del mundo, de ahí que “nos estemos moviendo hacia una agricultura de calidad”.
Por último Roberto García, de Cajamar, ha explicado que “España es un país que ha crecido mucho en producción agraria, como en olivar, frutas y hortalizas, y porcino con crecimientos del 137 %, 120 % y 118 %, respectivamente de 1986 a 2015, y somos el primer país europeo en creación de valor añadido en producción agrícola, pero el quinto en valor añadido de la industria agroalimentaria, porque no transformamos”.