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Sin jóvenes agricultores, nada

En el frontispicio de la tribuna del salón de actos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas (ETSIAAB) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), como es conocido, figura la leyenda “Sine agricultura nihil” (“Sin agricultura nada), a lo que habría que añadir, si fuera posible, que sin jóvenes en el campo y en el medio rural, que apuesten de manera permanente por la modernización, mejora e innovación de sus explotaciones agrarias, tampoco hay nada (“Sine iuvenes agricolae nihil”).

El Parlamento Europeo aprobó el 29 de mayo por amplia mayoría de 472 votos a favor una resolución elaborada por el eurodiputado italiano, Nicola Caputo, del grupo Alianza de Progresistas y Demócratas (S&D) sobre la “Aplicación de los instrumentos de la PAC a favor de los jóvenes agricultores en la Unión, tras la reforma de 2013”, en la que se recogen una serie de recomendaciones sobre lo mucho que queda por hacer y podría o debería hacerse para que la presencia profesional de jóvenes (hombres y mujeres) en el sector agrario y el medio rural resultase más atractiva.

En la UE, solo alrededor del 6% de todas las personas encargadas de explotaciones agrarias tienen menos de 35 años y más de la mitad supera los 55 años, aunque con grandes disparidades entre los Estados miembros. Por mucho que hayan aumentado las subvenciones de la PAC para incorporar jóvenes al sector en estos últimos años, continúa siendo muy difícil y de enorme complejidad acceder a la profesión agraria, y no solo debido a que los precios a los que se venden muchas veces los productos no son lo suficientemente remuneradores.

Solo si se parte de una explotación agraria ya existente, mejor si está medianamente dimensionada y tecnificada, cedida o heredada del progenitor que se jubila, hay posibilidades si existe vocación y formación suficientes pasa incorporarse a la misma, pero incluso así éstas no son nada fáciles de aprovechar.

“Montar” una explotación, partiendo de cero, es una tarea tan ardua, como casi imposible por su elevado coste económico, salvo que se trata de ir poco a poco con una producción “nicho”, que cuente con una demanda más o menos asegurada de mercado y a partir de la cual se puedan reinvertir los beneficios para seguir mejorando.

Según el texto aprobado del PE, entre los años 2007 y 2013, en plena crisis económica y financiera general, el número de jóvenes agricultores en la UE disminuyó de 3,3 a 2,3 millones y la superficie de explotaciones agrarias a cargo de los mismos disminuyó de 57 a 53 millones de hectáreas. Por tanto, la actual PAC no está ofreciendo respuestas suficientes al relevo generacional y a la perentoria necesidad de incorporar gente joven al campo.

La búsqueda de nuevos caminos e imaginativas fórmulas es vital para impulsar aún más el acceso de agricultores jóvenes al sector agrario. Algunas están ya en marcha, como las que ofrecen determinadas cooperativas, que han creado bancos de tierras, dispuestas a apoyar casi “a la carta” al joven agricultor que desee incorporarse a la actividad, ofreciéndole desde el principio parcelas abandonadas para su cultivo, asesoramiento permanente, financiación específica, insumos de todo tipo, e incluso la compra de la producción, con tal de que se instale en el campo.

En las recomendaciones políticas del informe europarlamentario, dirigidas a mejorar el régimen de ayuda existente y a apoyar a los jóvenes agricultores para afrontar los principales obstáculos de su incorporación al sector, se insiste en la necesidad de crear oportunidades para que este colectivo y para los que denomina como “nuevos agentes del sector agrario” que buscan también incorporarse por vez primera al mismo.    

En primer lugar, insta a proseguir a mayores con el apoyo público a los agricultores jóvenes en el marco de la nueva PAC posterior a 2020, ya que las ayudas vigentes, como se está viendo en los programas regionales de Desarrollo Rural (PDR) autonómicos, están contribuyendo a la entrada al sector de una nueva generación de agricultores.

El ponente recomienda reforzar las medidas de ayuda a la puesta en marcha para los jóvenes agricultores, elevando el nivel máximo de financiación por encima del actual 2% del total de los pagos directos del primer pilar de la PAC y aumentando la tasa de apoyo del segundo pilar (Desarrollo Rural) con miras a fomentar el relevo generacional.

Además, aunque se ve satisfactoria la posibilidad de que los Estados miembros aumenten la dotación asignada o suplemento de pago básico a los jóvenes agricultores desde el 25% al 50%, dentro de los umbrales existentes, se recomienda ampliar de 5 a 10 años el periodo en que la empresa agraria de un joven, a partir de su establecimiento, puede beneficiarse de las ayudas previstas en el primer pilar.

Se considera positiva la posibilidad de que los jóvenes agricultores se beneficien también de la ayuda del segundo pilar para la primera instalación también en el caso de instalaciones conjuntas  con otros agricultores, ya sean éstos de edad superior a 40 años, con vistas a un mayor recambio generacional, ya sean jóvenes, multiplicando la ayuda. Y recomienda que se  puedan modular las ayudas según la edad de los agricultores jóvenes y su nivel de formación.

Movilidad de las tierras

En segundo lugar, se recomienda, alentar la movilidad de la propiedad para acceder a la tierra, que se ve limitado por la reducida oferta de terrenos para su venta o arrendamiento en muchas regiones, así como por la competencia de otros agricultores, inversores y usuarios residenciales. Este problema, además, se agrava por la actual estructura de pagos directos, (pagos por superficie) que desincentiva la venta/arrendamiento de tierras y fomenta la especulación del suelo: “se incentiva a los agricultores en activo a conservar el acceso a la tierra con miras a mantener el acceso a las subvenciones, pero no a garantizar el mejor uso de la tierra. Los agricultores de más edad utilizan asimismo los pagos directos como una forma de pensión.”

Para el ponente, la Unión Europea debería permitir a los Estados miembros  una mayor libertad a la hora de regular sus mercados de tierras agrícolas, al objeto de reducir la compra de tierras para la inversión (en lugar de con fines productivos).

En este punto, se hace un llamamiento para que la UE reconsidere el régimen de “farm exit”  (salida de la explotación) por medio de la jubilación anticipada para fomentar el relevo generacional y el acceso de los jóvenes a las tierras agrícolas, de tal forma que sea incentive a los propietarios de más edad a traspasar sus explotaciones a los nuevos agricultores, con normas relacionadas con las pensiones (restringir que los particulares accedan a una pensión del Estado y a subvenciones agrícolas, simultáneamente y/o dar oportunidades de pensión a los agricultores que se jubilen).  También se pide una mayor flexibilidad en las concesiones para salvar las reticencias de los propietarios de las tierras a arrendarlas a largo plazo.

En el análisis se detectaron una serie de barreras adicionales que limitan la entrada de agricultores jóvenes al sector, como son el acceso al capital privado, la falta de capacidades empresariales y la insuficiencia de los planes de sucesión.

Los jóvenes agricultores que se hacen cargo de explotaciones existentes o los nuevos agentes que creen su propia empresa pueden beneficiarse de la subvención prevista en el segundo pilar (Desarrollo Rural) de la PAC, pero el acceso a los recursos financieros adicionales de capital privado no es suficiente y genera uno de los principales obstáculos para la puesta en marcha de empresas agrícolas. Esto es algo que habría que mejorar, mediante la creación de instrumentos financieros específicos que ayuden a la inversión a las pequeñas y medianas empresas del sector, a estabilizar las rentas y a solventar la variabilidad de beneficio asociado a la fluctuación del precio de las materias primas o a la acumulación de deuda.

Medidas favorables en esta línea son la creación de un instrumento de garantía agrícola, propuesto por la Comisión Europea y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) ya en marzo de 2015, con el fin de facilitar el acceso al crédito a los agricultores jóvenes, mediante préstamos a tipo de interés subvencionado, así como la petición de una mayor cooperación entre el BEI y el Fondo Europeo de Inversiones (FEI) para creación de instrumentos financieros “ad hoc” para este colectivo o aprovechar los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos (EIE) para desarrollar y ejecutar instrumentos financieros en forma de préstamos, garantías o fondos de capitales para acceder a la financiación.

Todo esto exigiría tanto una mayor difusión e información por parte de las Administraciones públicas para hacer más accesibles las oportunidades que ofrecen estos fondos a los interesados, así como por parte de las entidades bancarias y de crédito, a las que se recomienda una mejor evaluación de la solvencia de las empresas agrícolas mediante la evaluación de los instrumentos financieros previstos por la PAC. Se estima necesario favorecer la aparición de nuevas formas de financiación participativa en la agricultura, como la observada en relación con el aprovechamiento de tierras, pudiendo combinarse con estos nuevos instrumentos financieros.

Asesoramiento adaptado

El incremento de las capacidades empresariales de los jóvenes agricultores está ligado a la financiación de servicios de asesoramiento o de consultoría adaptados a la situación de cada explotación, combinando los aspectos técnicos de la agricultura, con otros aspectos administrativos y financieros relacionados con las políticas existentes.  Allí, donde se han puesto en marcha estos servicios han  sido bien acogidos y se han desarrollado nuevas capacidades y creado planes de negocio viables. Es necesario, según el informe, que se ponga a disposición de este colectivo, incluso antes de recibir ayudas públicas e incorporarse al sector, más oportunidades de formación, en particular en los ámbitos de gestión empresarial y capacidad financiera.

Habida cuenta de la edad media de los agricultores, la planificación de la sucesión es pertinente para la mayoría de las empresas agrícolas. A estos efectos la puesta a disposición de asesoramiento en materia de planificación empresarial y, en particular, de planificación de la sucesión, mejoraría la viabilidad económica general de las explotaciones agrarias europeas de carácter familiar.

Se pide que todos los Estados miembros introduzcan una ayuda a la transmisión de las explotaciones en apoyo de los jefes de las explotaciones con más de 55 años sin sucesores, que pueden encontrarse en una situación de precariedad durante su jubilación si transfieren una parte o la totalidad de sus explotaciones a uno o más jóvenes, y que pongan en marcha mecanismos que garanticen la titularidad compartida de las explotaciones, prestando especial atención a las mujeres jóvenes para asegurar el cumplimiento de sus derechos.

Obstáculos administrativos

Es necesario reducir y simplificar los procedimientos administrativos relacionados con los pagos directos y las medidas del programa de Desarrollo Rural, que se perciben como complicados. El PE recomienda reducir la carga administrativa para los nuevos agentes mediante una gestión simplificada (similar a la del régimen de pequeños agricultores) y que se conceda, asimismo, más flexibilidad a los agricultores a la hora de responder con sus planes de negocio a las condiciones cambiantes de los mercados, por ejemplo, planteándose un calendario de pagos que proporcione la subvención a los agricultores jóvenes, con arreglo al plan de financiación, en lugar de los pagos a “posteriori”.

Por último, la resolución del PE incluye nuevas formas de ayuda para la incorporación de agricultores jóvenes, como compartir conocimientos prácticos, tomándose en  consideración una medida de ayuda específica para los enfoques innovadores en casos demostrativos sobre cómo hacer participar a los nuevos agentes del sector, cómo apoyar a los jóvenes agricultores durante el proceso de sucesión de la explotación o cómo aumentar el acceso a los avances tecnológicos mediante el apoyo a inversiones en agricultura “inteligente”.

Existe, por ejemplo, un nuevo proyecto Horizonte 2020, denominado “Newbie-Red de nuevos agentes: modelos de negocio para la innovación, el emprendimiento y la resiliencia de la agricultura europea”  (“Mewbie-New entrant netWork: Business models for Innovation, entrepreneurship and resilience in European agricultura”), que establecerá una red de nuevos agentes en toda Europa, fomentado la puesta en común de experiencias prácticas y oportunidades de desarrollo del negocio.

Los que emprenden un nuevo negocio en el sector tienen más probabilidades de participar en operaciones agrícolas de pequeña escala en un nicho concreto de mercado, que los que se hacen cargo de una explotación agraria ya existente, que se enfrentan a dificultades para acceder a la tierra y aumentar su dimensión, así como para acumular un capital suficiente con el que competir en unos mercados condicionados por economías de escala.

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