Las zonas centro y sur de Navarra hace 50 años eran un paraíso de todo tipo de especies, entre ellas la emblemática perdiz roja, al ser un hábitat asociado a una agricultura y ganadería tradicional y al característico hábitat ideal para el desarrollo de las especies esteparias en forma de mosaico en el que se mezclaban campos de cultivo tradicional salpicados con liecos de matorral autóctono mantenidos con el ganado y las quemas controladas.
Adecana defiende desde hace muchos años que es fundamental para tener éxito en este campo que los estudios y las propuestas que se lleven a efecto tienen que ser efectivas, pero para ello es fundamental que las medidas que se adopten mediante la aplicación de la Política Agraria Europea (PAC), de las medidas agroambientales, y de los Planes de Ordenación Cinegética (POC) tienen que ir totalmente integrados, unificados y coordinados en una normativa y planes de actuación de ámbito superior que los haga efectivos.
El problema, afirman desde Adecana, tal como ha sido corroborado por los estudios realizados, se debe a la degeneración del hábitat, en su mayor parte provocado por la agricultura moderna, los regadíos, unas concentraciones parcelarias muy agresivas con el medio, y los agresivos métodos de laboreo, recolección, recogida de los cultivos y de la paja, así como el abuso de fitosanitarios, herbicidas. Si a toda esta degradación que se queda sin cobertura vegetal le sumamos un exceso de predadores, actualmente nos encontramos con lo que tenemos.
Las que logran sobrevivir a ello, afirman, tienen un gran problema, y es que el único alimento de las perdiganas en sus primeras semanas de vida son los insectos, y con la proliferación de herbicidas, insecticidas y fitosanitarios que actualmente se trata el campo prácticamente ya no existen o los pocos que restan en el campo o están muertos o afectados por los venenos de los tratamientos, muriendo muchas de ellas por falta de alimento.
El primer envite que deben de superar, afirman, es que como cada vez hay menos lugares donde poner los nidos, muchas parejas se ven obligadas a depositarlos en el cereal, resultando destruidos muchos de ellos tras el paso de las cosechadoras y empacadoras. El Gobierno de Navarra ha elaborado con la colaboración de los cazadores un estudio que lo demuestra, pero desde Adecana, explican, no ven que estén llevando a la práctica medidas para solucionarlo.
El cumplimiento de las normas está supeditado a la concesión de ayudas de la PAC de la económica europea, y este es el primer paso para un manejo de las actividades agrícola-ganaderas más acorde con la defensa medioambiental de nuestro territorio, Desde Adecana exigen que su gradual implantación suponga una evidente mejora de las condiciones ambientales de la estepa cerealista y de las especies que la habitan.
Además, Adecana defiende que es fundamental para tener éxito en este campo que los estudios y las propuestas que se lleven a efecto tiene que ser efectivas, pero para ello es fundamental que las medidas que se adopten mediante la aplicación de la PAC, de las medidas agroambientales, y de los Planes de Ordenación Cinegética (POC) tienen que ir totalmente integrados, unificados y coordinados en una normativa y planes de actuación de ámbito superior que los haga efectivos.
A entender de Adecana, es fundamental que la Administración elabore y apruebe una legislación que establezca las pautas que los agricultores deben seguir en todo tipo de terrenos agrícolas que existen en Navarra, con respecto a la recolección de cereales y demás productos del campo, regulando entre otras, las siguientes cuestiones:
- Incentivos o subvenciones a los agricultores por acogerse a medidas de eco condicionalidad.
- Promover e incentivar más la agricultura integrada.
- No permitir cosechar ni recoger la paja de noche
- Limitar la velocidad máxima que se pueda desarrollar en este tipo de trabajos.
- Implantar la instalación en las maquinarias recolectoras y de recogida de paja de dispositivos espanta fauna.
- Recuperación y conservación de las cañadas.
- Recuperación de liecos comunales apropiadas ilegalmente para las parcelas.
- Obligación de dejar un mínima altura de la paja en el corte.
- Subvencionar que se dejen 5 metros sin cosechar para refugio de la fauna.
- Estudiar la incidencia de la siembra directa en la fauna, y el fumigar las parras con unos productos que matan todo.
- Control de predadores mucho más exhaustivo.
- Recolocar conejos en todos los cotos susceptibles para ello para evitar que el efecto predación se cebe solo con la perdiz, promoviendo su reintroducción en aquellas zonas que prácticamente ha desaparecido.