La superficie dedicada a la agricultura ecológica ha aumentado de forma muy significativa y rápidamente en la Unión Europea en los últimos años. De acuerdo a los datos del Servicio de Estadística de la UE, Eurostat, ocupaba con datos de 2015 en total 11,14 millones de hectáreas cultivadas, frente a los 5 millones que había en 2002, a razón de 500.000 hectáreas de media al año en la última década.
Sin embargo, sigue representando todavía un porcentaje muy pequeño, apenas un 6,2% de la Superficie Agrícola Útil (SAU) comunitaria, que ascendía a casi 174,3 millones de hectáreas, según recoge el último informe de la Comisión Europea “Facts and figures on organic agriculture in the European Union”. A la vez, los Estados miembros se han mostrado, hasta ahora y a pesar de los numerosos intentos, incapaces de sacar adelante un nuevo reglamento que armonice en la UE este tipo de prácticas agrícolas desde el origen del producto ecológico hasta su destino para consumo.
Según la Comisión, lo orgánico se ha convertido, de alguna manera, en una forma de vida. Algunas personas ven los productos ecológicos como más sabrosos o más saludables que los que proceden de la agricultura convencional, mientras que otros los aprecian también debido a las buenas prácticas que protegen el medio ambiente o por el empleo que generan las explotaciones ecológicas. Se han abierto nuevas tiendas orgánicas, incluso en medio de la crisis económica, lo que sugiere la existencia de una creciente demanda de este tipo de productos.
El número de explotaciones dedicadas a este modo de producción agraria en la UE era de casi 185.000 (con datos de 2013), la mayor parte ubicadas en los antiguos Estados miembros de la UE-15, con un 81% del total, así como también el 78% de las tierras de cultivo (8,68 millones de hectáreas, con un aumento medio anual del 5%, desde 4,4 millones que había en 2002), gracias a los estímulos tanto nacionales, como comunitarios concedidos para desarrollar este tipo de agricultura. Sin embargo, en ese año solo representaban el 3,3% del número total de explotaciones agrarias en la UE-15 y únicamente el 1,7% de las que había en activo en el conjunto de los países de la UE-28.
No obstante, su número crecía deprisa también, a razón de una tasa anual del 12%, en los otros 13 países de la UE que se incorporaron a la órbita comunitaria a partir de 2004, alcanzando casi 2,68 millones de hectáreas en 2015. Desde 2003 a 2005, el número de explotaciones agrarias orgánicas fue muy importante y superó las 34.790 en 2013, pese a lo cual solo representaban el 0,5% de la totalidad de las explotaciones agrarias en esos “nuevos” Estados miembros de la UE.
Algunas de las características que diferencian a las explotaciones agrarias convencionales de las ecológicas, es que estas últimas suelen ser mucho más grandes en dimensión que las primeras en la Unión Europea y, además, sus agricultores titulares son por lo general mucho más que jóvenes que la media de los agricultores de las explotaciones convencionales.
Alrededor de 306.500 operadores ecológicos (productores, transformadores e importadores) estaban registradas en la UE en 2015. Una buena parte de esos operadores, unos 271.550, eran productores agrícolas, que también podían procesar o importar productos, la mayor parte de ellos activos en la UE-15. No obstante, en 2002 se contabilizaron unos 11.600 productores en los 13 nuevos Estados miembros de la UE, aumentando su número a más de 65.650 en 2015, como resultado también de la financiación adicional comunitaria.
Reparto de superficies
De acuerdo a los datos de Bruselas, la mayor parte de la superficie ecológica en la UE corresponde a los pastos permanentes, con un 58% del total, seguido de los cultivos de cereales, con otro 20%, y los cultivos permanentes, como el olivar, el viñedo o los frutales, con un 15% del total.
El informe de la Comisión Europea viene a confirmar que España es el primer Estado miembro de la Unión Europea en superficie ecológica, con casi 1,96 millones de hectáreas en 2015, seguido de Italia (1,49 millones), Francia (1,36 millones) y Alemania (1,05 millones), todos ellos por encima del millón de hectáreas.
Por cultivos principales, de los casi 8,83 millones de hectáreas de tierras bajo técnicas de la agricultura ecológica en la UE, un 19,2% correspondería al cultivo de cereales, con 1,69 millones, equivalente a, 2,9% de su Superficie Agrícola Útil (SAU) en la Unión Europea. Otro 3,4% a oleoproteaginosas y leguminosas grano, con 301.461 has, equivalente al 21,3% de su SAU. Un 3,1% a cultivos industriales (algodón, tabaco, remolacha…), con 273.087 has, equivalente al 2,2% de su SAU. Más de la mitad (58,4% del total de las tierras ecológicas), con 5,16 millones de hectáreas (10,6% de la SAU) a pastos permanentes, y el 15% restante, a cultivos permanentes, principalmente leñosos (frutales, cítricos, olivar, viñedo…), con 1,32 millones de hectáreas (12,8% de su SAU).
Apoyo y nuevo reglamento
El informe de la Comisión Europea dedica un breve capítulo del informe al apoyo que ha recibido la agricultura ecológica de la Unión Europea, a través de los programas de desarrollo rural. En el periodo 2007-2013, los Estados miembros podían destinar estas ayudas en el marco de la medida de pagos agroambientales, que contó con una dotación financiera de 23.800 millones de euros para toda la UE, que no solo fueron a parar a impulsar este tipo de agricultura.
En el actual periodo de programación del segundo pilar de la PAC 2014-2020, sí existe una medida específica de ayuda a la agricultura ecológica, separada del resto de las ayudas de tipo agroambiental. Según la Comisión, los pagos para la conversión o el mantenimiento de la agricultura ecológica deberían alentar a los agricultores a dar respuesta a la creciente demanda de la sociedad por este tipo de producción y por el uso de prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente.
Por último, destacar que la actual Presidencia semestral maltesa tiene intención de presentar a finales de este mes de febrero una propuesta de compromiso para armonizar el futuro reglamento de agricultura ecológica, que lleva más de dos años de debate y de desencuentros sobre algunos asuntos sensibles que han alejado el acuerdo, sobre todo referidos a las actuaciones frente a presencia de sustancias no permitidas, semillas y material de reproducción vegetal, la retirada gradual de las excepciones, tratamiento de las importaciones, etcétera.
Ante los anteriores fracasos, la presidencia rotatoria de Malta optó por un tiempo de reflexión y por encuentros bilaterales con varios países a fin de conocer las preocupaciones y “líneas rojas” de las delegaciones nacionales, así como para analizar las problemáticas conjuntas y debatir diversos aspectos técnicos que impedían avanzar. Un tiempo de maduración con el objetivo último de que, antes que concluya este primer semestre del año, pueda alcanzarse una redacción sobre el futuro reglamento comunitario de agricultura ecológica, que garantice un procedimiento armonizado en el Mercado Único europeo.