Un total de 25,9 euros por persona y año. Es la media que destina cada español a la compra de alimentos ecológicos; un importe que está muy lejos del desembolso que hacen los consumidores en países como Suiza (221,5 euros) o Luxemburgo (163,7 euros), pero que ha experimentado un incremento del 18% en solo un año.
Este fuerte aumento del gasto en productos orgánicos –registrado en 2014, últimos datos oficiales disponibles y publicados recientemente por el Magrama- supone un importante cambio de tendencia en el sector ecológico en España, que sufre la paradoja de ser el primer país de Europa (y quinto del mundo) en superficie ecológica y, al mismo tiempo, estar muy por debajo de la media comunitaria en consumo (unos 47 euros anuales por persona, según los datos que maneja IFOAM EU).
El gasto per cápita en España llevaba desde 2011 estabilizado en torno a los 21 euros y el valor total del mercado, pese a no haber dejado de crecer, se había mantenido entre los 900 y los 1.000 millones de euros desde 2009. Ahora ha dado un salto hasta los 1.202 millones de euros.
“Se ha producido un significativo cambio de tendencia positivo en el comportamiento del mercado interior de los productos ecológicos en España, pudiéndose verificar el crecimiento del consumo en valor absoluto, en gasto per cápita y en gasto por hogar, incluso en un período de claro retroceso del consumo alimentario convencional”, subraya el estudio del Ministerio.
Según fuentes del sector, aún con datos provisionales del ejercicio 2015, esta tendencia se ha mantenido y continúa el aumento en la demanda de alimentos orgánicos.
El Observatorio Cetelem 2015 constata que la alimentación ecológica está cada vez más presente en los hogares españoles, al apuntar que el 52% de los consumidores encuestados había adquirido fruta y verdura orgánica a lo largo del año, en tanto que un 23% compró aceite ecológico, un 20% carne ecológica y un 14% vino y otras bebidas ecológicas.
La alimentación ecológica no es una moda
“La producción ecológica ya no es una moda. Las modas no duran 25 años y este sector lleva 25 años creciendo tanto en producción como en consumo. En España el estancamiento de los últimos años ha pasado; se ha roto con esa inercia”, señala Álvaro Barrera, presidente de Ecovalia, la mayor organización de productores de Europa, con más de 15.000 socios.
Barrera subraya que, dentro de una actividad como la agroalimentaria, que ha resistido bien durante los años de crisis, la producción ecológica es el sector de valor añadido y “sigue dando datos muy buenos”.
España, como destaca el presidente de Ecovalia, ha consolidado su liderazgo europeo en superficie destinada a este tipo de agricultura, con 1,66 millones de hectáreas en 2014, el 7% de la superficie cultivada, y los datos provisionales de 2015 apuntan a que se han superado los 1,7 millones de hectáreas.
Sin embargo, el mercado interno ha crecido a un ritmo menor que la estructura productiva, por lo que, según datos del sector, más del 75% de la producción se destina a la exportación, principalmente a la Unión Europea, aunque también a países extracomunitarios como Estados Unidos, México, China, Corea del Sur y Australia.
¿Por qué en España el consumo de alimentos orgánicos ha sido tan bajo? El mayor precio en comparación con el producto convencional puede ser uno de los factores. Barrera recalca, no obstante, que se trata de un “falso mito”, ya que, en su opinión, habría que tener en cuenta que la producción ecológica es más sostenible y tiene beneficios medioambientales, para la salud y para la economía.
Mayor calidad y riqueza de nutrientes
El coordinador de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica, Víctor González, sostiene que “comprando alimentos ecológicos se gana en calidad”. “Hay una riqueza de nutrientes demostrada y los productos se conservan mejor”, defiende.
González considera que el sector debe trabajar para que se conozcan más las ventajas de este tipo de producción, tanto medioambientales como para la salud, y opina que hasta ahora el consumo ha crecido lentamente porque en España “lo ecológico se confunde con los productos de cercanía o producidos en el pueblo”.
“Todo el mundo, incluso la gente que vive en la ciudad, tiene cierta conexión con el medio rural y tiene una percepción positiva de lo que viene del pueblo”, apunta, antes de señalar, como ejemplo, que se valore un chorizo por ser de pueblo sin cuestionarse qué tipo de piensos ha recibido el cerdo.
En cualquier caso, entre los españoles existe una creciente preocupación por los alimentos que se consumen, como demuestra el hecho de que 7 de cada 10 considera importante o muy importante que los productos sean ecológicos, según pone de manifiesto un estudio encargado por Unilever.
La multinacional ha lanzado recientemente su primera mayonesa ecológica Hellmann's, elaborada con ingredientes ecológicos certificados, sumándose a otros gigantes alimentarios que están apostando por esta categoría de productos, como Danone, que a principios de año lanzó en España su yogur ecológico Las 2 Vacas.
En los lineales de la gran distribución
También la gran distribución –desde las grandes cadenas de hipermercados y supermercados como Carrefour, El Corte Inglés o Eroski hasta las firmas alemanas de hard discount Lidl y Aldi- está ampliando su oferta de alimentos orgánicos, mientras proliferan las tiendas especializadas en este tipo de productos, lo que está contribuyendo a aumentar el consumo.
El estudio del Magrama subraya que, si se cumplen las previsiones de sostenido crecimiento del mercado interior, es previsible a medio o largo plazo una “significativa mayor incorporación” de la gran distribución a la comercialización de productos ecológicos, lo que supondría “un factor decisivo en la consolidación del mercado interior de estos productos en España”.
En esta línea, a título orientativo, estima que el mercado podría alcanzar un valor de entre 1.800 y 3.200 millones de euros en 2025, mientras que el gasto per cápita podría subir hasta oscilar entre los 45 y los 65 euros anuales ese mismo año.
Más de 30.600 productores ecológicos
Según datos del Magrama, España cuenta con más de 30.600 productores ecológicos, sobre todo dedicados a la producción vegetal, ya que el 86,4% son agricultores y solo el 6% ganaderos (el 7,6% restante son mixtos).
Para el presidente de Ecovalia, Álvaro Barrera, esta es una de las “sombras” del sector: el hecho de que la producción vegetal presente “un ritmo mucho más consolidado” que la producción animal, lo que atribuye a la complejidad de la cadena de producción y distribución de esta última.
En todo caso, el número de explotaciones ganaderas ecológicas aumentó un 4,6% en 2014, hasta 6.078, lo que “en los próximos años podría significar un impacto positivo en la mejora de la producción ecológica de origen animal”, según el estudio del Ministerio.
El informe llama la atención sobre el escaso desarrollo de la producción ecológica en el sector porcino, “a pesar de la gigantesca envergadura estructural del mismo, la diversidad de productos que ofrece y su gran capacidad de internacionalización”, así como sobre el retroceso en el número de colmenas ecológicas (-20,5%) dada la importancia de la miel ecológica como producto de potencial exportación.
En la producción vegetal, el sector ecológico español está muy especializado en hortalizas, cítricos, frutas, aceite de oliva y vinos. España cuenta con la mayor superficie ecológica mundial destinada a la producción de uva y una “clara posición de liderazgo” en la producción de aceite de oliva ecológico.