Ante la activación formal del Brexit, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) reclama a las autoridades comunitarias una revisión en profundidad de los acuerdos agrícolas de libre comercio con terceros países puesto que para el cálculo de contingentes de entrada al mercado europeo se han tenido en cuenta los 65 millones de habitantes del Reino Unido y su consumo. “Ahora ese importante flujo comercial no se produciría a la Unión Europea sino directamente al Reino Unido y, por tanto, las cantidades con condiciones beneficiosas que se han establecido para la entrada de importaciones (tomate de Marruecos, por ejemplo) deben revisarse a la baja, para evitar la sobresaturación del mercado europeo y para ser coherentes con las nuevas realidad geopolítica”, ha argumentado el secretario general de COAG, Miguel Blanco.
La organización asegura que estará “muy vigilante para evitar que, una vez más, el sector agrario sea el que pague las consecuencias de una decisión geopolítica”. “De hecho, ya estamos sufriendo una rigidez a la baja de las producciones al mercado británico tras la depreciación de la libra (que encarece las importaciones), la caída de la confianza de los consumidores del Reino Unido (que reduce el consumo) y el aumento de la presión del mercado interno (otros países, habituales exportadores al Reino Unido, pueden dirigir esfuerzos hacia mercados de destino de las exportaciones españolas por el aumento de las dificultades en el mercado británico)”, han indicado en un comunicado. A todo ello, habría que añadir posibles aranceles, cambios legales (nuevas licencias o nuevos estándares de calidad) o impuestos a los productos procedentes de la UE si se produce una salida dura, tal como ha anunciado la primera ministra británica, Theresa May.
España es uno de los principales suministradores de productos agrícolas no procesados al Reino Unido, con el 5,1% del total, y es el sexto país exportador de alimentos, con el 3,2% del total. Este destino representó el pasado año el 10,3% de nuestras exportaciones agroalimentarias, con un valor muy cercano a los 2.700 millones de euros.
Reino Unido tiene un creciente déficit comercial en hortalizas y España es el principal exportador de estas producciones, seguido de los Países Bajos, aunque debe tenerse en cuenta que en la mayoría de los casos las exportaciones de hortalizas frescas desde los Países Bajos se realizan con productos procedentes de otros países, con una alta presencia de verduras frescas españolas. En este subsector, el mercado británico representó en 2016 el 16,1% de nuestras exportaciones en valor.
En el caso de las frutas frescas ocurre lo mismo, en cuyo caso la participación española en las importaciones del Reino Unido durante el año pasado fue del 12,9%. Otros sectores con gran potencial en Reino Unido son vinos (12%, segundo destino de los vinos españoles), carne de ave (7,5%) y carne de porcino (6,7%). Además, nuestro país es el principal exportador de aceite de oliva al Reino Unido, siendo cada vez mayor su aceptación por parte del mercado británico, a pesar de la elevada competencia de otros aceites vegetales más baratos, y del consumo tradicional de mantequilla y margarina en la cocina británica.