España se encuentra bastante alejada del objetivo de inversión en I+D con respecto al PIB y éste no es su único problema. El retraso que ya arrastraba nuestro país con respecto a sus vecinos europeos se ha visto agudizado en los últimos años debido a los constantes recortes presupuestarios derivados de la crisis económica, lo que ha aumentado más aún la brecha entre España y los países de nuestro entorno.
El Consejo Económico y Social (CES) en su informe “La situación de la I+D+i en España y su incidencia sobre la competitividad y el empleo” publicado en 2015, deja clara la situación en la que se encuentra nuestro país y las carencias a las que se enfrenta para ser más competitivo.
Según destaca el informe, para alcanzar el objetivo del 2% del PIB en 2020 marcado en el Programa Nacional de Reformas, sería necesario duplicar la inversión procedente del sector privado, que debería alcanzar en ese año el 1,2% del PIB. Para poder llegar a estas cifras, el CES plantea la necesidad de crear un marco más favorable para las inversiones privadas, lo que incluye incentivos a empresas y eliminación de barreras para facilitar la movilidad del personal investigador entre las universidades, los OPIS y las empresas.
El Consejo Económico y Social también insiste en la necesidad de que las comunidades autónomas que menos invierten en I+D+i tomen como referencia las experiencias desarrolladas en los territorios punteros, como País Vasco o Navarra, de cara a reducir la brecha entre regiones, ensanchada también durante los años de crisis económica. En general, el CES destaca que es necesario mejorar el conocimiento de los sistemas regionales de I+D+i para facilitar la articulación de políticas más eficientes y coordinadas entre los distintos niveles administrativos implicados en este ámbito.
Mejora del marco institucional
En los últimos años, el Sistema Español de Ciencia y Tecnología se ha desarrollado notablemente y en él han tomado parte nuevos agentes y estructuras regionales, nacionales y comunitarias, lo que hace necesario crear un marco institucional acorde a este nuevo escenario.
El informe del CES alerta de que la disminución en los fondos, unida a la reducción y el envejecimiento de las plantillas de investigadores en universidades y centros de investigación, implica un serio retroceso en la transferencia tecnológica y el apoyo a la innovación empresarial; de modo que, de no invertir esta tendencia, será muy difícil lograr una recuperación basada en el conocimiento, la competitividad y la innovación.
Según se indica en el informe, España debe asegurar que los fondos de I+D no sufran más recortes y planificar de forma plurianual y sostenida estas inversiones. Además del aumento de la inversión pública y privada, el informe del CES propone mejorar los incentivos tributarios a la innovación y apoyarse en la compra pública innovadora.
Entre las particularidades de España se encuentra el menor tamaño de las empresas en comparación con otros países, lo que provoca que se apoyen en la cooperación horizontal, una tendencia poco desarrollada aún en nuestro país aunque creciente. El porcentaje de empresas innovadoras es menor cuanto más pequeñas son dichas empresas, de modo que el Consejo Económico y Social propone mejorar la relación entre pymes y grandes empresas para crear sinergias y fomentar la competitividad. Este organismo estima que el 50% de las ideas innovadoras provienen de las empresas, por lo que aboga por la creación de sistemas para “captar ideas” dentro de las propias empresas y por la “co-creación” con otros actores del sistema, como proveedores o clientes.
Según los datos recogidos por el CES, el principal obstáculo que encuentran las empresas para innovar es el coste, en un 42% de los casos. Además de otros factores, como el desconocimiento, un 30% de las empresas declaró no estar interesada en las actividades innovadoras.
Otro aspecto que el CES identifica como mejorable es el sistema de registro de patentes, que deberá ser más eficiente, de cara a favorecer la transformación de la innovación en propiedad industrial y, a su vez, en ganancia económica.
La colaboración público-privada, asignatura pendiente
A pesar de su positiva evolución durante los años previos a la crisis económica, la desconexión entre el sector público y el privado sigue siendo uno de los principales escollos a los que se enfrenta el sistema español de innovación. Para mejorar la transferencia de conocimiento, el informe del CES plantea la creación de un marco institucional, regulatorio y financiero que potencie los vínculos entre ambas partes; por ampliar la base empresarial que participa en la transferencia; y por establecer relaciones a largo plazo entre los centros públicos de investigación y las empresas.
También desde el CES insisten en la necesidad de explotar los resultados de la investigación pública a través de su protección legal y de su potencial a nivel comercial, de modo que reviertan en un beneficio para las instituciones públicas y las empresas que participen en los proyectos.
Según destaca el informe, el camino hacia una economía basada en el conocimiento y la innovación ha de pasar por aumentar el impacto socioeconómico y cultural de la innovación y por la colaboración entre el sector público y el privado. También insiste en la importancia de la formación permanente de los profesionales claves en el desarrollo científico que sea flexible, transversal y multidisciplinar.