La guerra comercial entre China y Estados Unidos está en ebullición. Al anuncio de Donald Trump de agravar las importaciones de acero y aluminio extranjeros, Pekín respondió con la aplicación de nuevos aranceles sobre 128 productos, después de que el Ministerio de Comercio de la República Popular de China (MOFCOM) anunciara una propuesta de imposición de aranceles en productos agroalimentarios por valor de dos mil millones de euros.
Se trata del “contraataque” chino al conocido como ‘Informe 232’, un documento mediante el que el gobierno de Estados Unidos impone pesados impuestos al acero y aluminio, y en el que el propio MOFCOM confirmó que su anuncio tiene por objeto equilibrar las pérdidas causadas a los intereses chinos como resultado de la medida estadounidense.
Según el comunicado del ministerio de comercio chino, “de acuerdo por lo dispuesto en el acuerdo sobre salvaguardias de la Organización Mundial del Comercio y la Ley de comercio exterior de la República Popular China, esto es, añadir aranceles sobre ciertos productos importados de los Estados Unidos con el objeto de contrarrestar la pérdidas a nuestro país causadas por las 232 medidas”. La aplicación de estos nuevos aranceles chinos se hace efectiva sobre 128 productos procedentes de Estados Unidos y que suponen unas exportaciones de los Estados Unidos a China por unos 3.000 millones de dólares (2017).
En un primer grupo y con un arancel del 15% se engloban 120 productos con un valor de 977 millones, en el que se incluyen frutas frescas, frutas secas y frutos secos, vino, etanol modificado, ginseng americano y tubos de acero sin costura. En un segundo grupo se incluyen ocho productos con un equivalente a 1.992 millones de dólares, entre los que se encuentra la carne de cerdo y productos procesados y el aluminio reciclado, entre otros, con un impuesto del 25%.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha calificado repetidamente las medidas antisubvenciones aplicadas EE. UU. como violación de las normas multilaterales. Así, China insta a la administración Trumpo a que tome medidas inmediatas y efectivas para corregir sus errores en las investigaciones antisubvenciones contra China, y cree un entorno de comercio internacional imparcial y estable para las empresas chinas.
Ambos países han establecido un período de consulta. En el caso norteamericano, finaliza en 30 días. En el caso de China, según los medios oficiales, existe un primer grupo de 120 productos que estarían gravados con un arancel del 15% a partir del 31 de marzo. El segundo grupo, estaría gravado con un arancel del 25% que entraría en vigor posteriormente si persisten los desencuentros.
A continuación se enumeran los principales productos de cada grupo, y se realiza un breve análisis sobre el impacto potencial sobre las exportaciones agroalimentarias de España a China:
-Categoría I: arancel del 15% en vigor desde el 31 de marzo afecta a fruta fresca, frutos secos, etanol, vinos, ginseng y tuberías de acero.
-Categoría II: Arancel del 25% que entrará en vigor de forma posterior si persiste el desacuerdo. Afecta a la carne y despojos de cerdo y al aluminio reciclado.
En definitiva, si las negociaciones en desarrollo entre Pekín y Washington no llegan a buen puerto antes del 31 de marzo, China impondrá un arancel del 15% sobre una lista de productos con un valor anual estimado de 977 millones de dólares. Esto puede suponer una oportunidad a corto plazo para los cítricos, fruta con hueso, vino, uva de mesa (por aceleración del protocolo) y cerdo, muchos de ellos commodities donde el precio es muy importante, y con una estacionalidad equivalente a la de España. Estos productos se encuentran en fase introductoria y pueden aprovechar el hueco para posicionarse en el mercado. En el caso de los vinos, el hueco de mercado del producto estadounidense será menor, y en un segmento, el medio/alto menos sensible al precio. Debido a que el total de estas partidas de exportación para EE.UU. suman cerca de los 1.000 millones de euros, el desvío de comercio podría suponer un impacto positivo para España de más de 100 millones de euros.
Si el desencuentro continúa, Pekín anuncia, aunque sin determinar una fecha concreta, un arancel adicional del 25% sobre una serie de productos con valor estimado de 1.992 millones de dólares entre los que se encuentran la carne y los despojos del porcino. Esta es la mayor oportunidad detectada para las empresas agroalimentarias españolas, dada la situación del sector, el peso de EE.UU. en el mercado chino y la sensibilidad al precio del producto.
Por último, dada la escasa reciprocidad entre las medidas anunciadas por Estados Unidos (60.000 millones) y China (3.000 millones), se considera que China habría elegido un paquete de productos limitado y con impacto directo en la base electoral de la administración Trump, pero podría preparar acciones mucho más profundas. Estas afectarían a sectores como el tecnológico o al de la soja. En este sentido conviene prestar atención al sector de la ternera –EE. UU. importó 4.287 millones de euros de vacuno en 2017 por primera vez- y el de la alfalfa en pacas, sector en el que EE. UU. importa el 76,1% del total.