La Comisión Europea está solicitando a expertos y partes interesadas sus puntos de vista sobre la situación en el sector de proteínas vegetales de la Unión Europea, la primera fase en el posible desarrollo de un plan de proteínas para toda la UE.

Las proteínas vegetales son un componente esencial de la alimentación animal (como fuente de aminoácidos para el ganado), además de ser ampliamente consumidas por los seres humanos. Pero la producción europea de proteaginosas no es suficiente para cubrir la demanda, debido en parte a las condiciones agroclimáticas en Europa que no favorecen el cultivo generalizado de cultivos ricos en proteínas como la soja. La soja puede entrar en el mercado de la UE sin aranceles, lo que también reduce la rentabilidad de la producción local. Una proporción significativa de los cultivos de soja cultivados fuera de la UE están genéticamente modificados, pero dado que la demanda europea de alimentos y piensos no modificados genéticamente sigue siendo alta, existe una creciente necesidad de estimular la producción local.

Teniendo esto en cuenta, y con vistas a una posible estrategia futura para el desarrollo de proteaginosas en Europa, la Comisión desea establecer la situación actual de los cultivos proteínicos de la UE. Entre otras cosas, desea evaluar la eficacia de los instrumentos políticos, como el apoyo voluntario acoplado (que vincula el apoyo directo de los agricultores a la producción de cultivos proteínicos para estimular el sector). También se harán preguntas sobre cuestiones relacionadas con la investigación y sobre información de mercado. El objetivo es producir un informe detallado sobre la situación y las posibles medidas futuras para finales de 2018.

La consulta con las partes interesadas probablemente tendrá como continuación consultas directas con los Estados miembros de la UE y con las partes interesadas a nivel industrial, como los sindicatos de agricultores o las asociaciones de productores. También se espera que se organice una serie de talleres temáticos para debatir las acciones necesarias para apoyar la producción de proteínas vegetales de la UE, analizando cuestiones como investigación e innovación, beneficios medioambientales o problemas de la cadena de suministro.