La Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL) celebró este martes la 58 edición del Día Internacional Lácteo (DIL) aprovechando para promover las bondades de la leche y los productos lácteos, así como para animar a su consumo como parte fundamental de una alimentación rica en nutrientes y de calidad. En esta ocasión, el acto se centró en la importancia del consumo de lácteos durante la infancia y el riesgo que supone una ingesta insuficiente de los mismos a cortas edades.
En el mundo existe una creciente demanda de leche y productos lácteos motivada por una población en crecimiento que cada vez desea tener mayor acceso a estos alimentos de calidad y con alto valor nutricional. “Sin embargo, en nuestro país el consumo de los productos lácteos disminuye, en parte probablemente por la popularización de mitos sin ningún soporte científico”, afirmó el presidente de FeNIL, Javier Roza.
Según el panel en hogares del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) de 2015, el consumo per cápita de leche apenas alcanza los 73 litros, un 0,3% menos que en el año anterior, situando a España en el 7º puesto en la Unión Europea. El español medio consumió en 2015 unos 8 kilos de queso, un 0,2% menos que en 2014, ocupando el penúltimo puesto en Europa seguido solo de Rumanía. Y el consumo de yogures y leches fermentadas, el otro gran grupo de productos lácteos, fue de 14 kilos por habitante y año, un 1,1% menos que en el año anterior y por debajo de la media europea.
La población infantil española y los lácteos
El pediatra de atención primaria es un profesional directamente implicado en la educación nutricional de los niños. Por ello, su conocimiento y capacidad de transmitir unas pautas nutricionales adecuadas son esenciales para potenciar la salud en esta etapa de la vida.
Durante su ponencia magistral, ‘Riesgos de una ingesta insuficiente de lácteos en la infancia’, el doctor Jaime Dalmau, pediatra de la Unidad de Nutrición y Metabolopatías del Hospital La Fe de Valencia, ex coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría y Director de Acta Pediátrica, ha asegurado que la ingesta de lácteos por parte de la población infantil española está por debajo de la recomendada y que debería situarse entre 2 y 4 raciones diarias, dependiendo de la edad.
“A la hora de valorar si la leche y los derivados lácteos son alimentos adecuados para los niños y adolescentes deben tenerse en cuenta los siguientes aspectos: nutrientes que aporta, recomendaciones nutricionales a lo largo de los diferentes periodos de la edad pediátrica, nutrientes de riesgo de ingesta insuficiente, contribución de los productos lácteos a prevenir posibles deficiencias y supuestos potenciales riesgos derivados de su ingesta”, explica el Dr. Dalmau.
Los productos lácteos contienen los tres principios inmediatos, proteínas, hidratos de carbono y lípidos, así como determinados minerales y vitaminas. En relación a su contenido calórico, los lácteos son especialmente ricos en proteínas de alto valor biológico, calcio, zinc, yodo y vitaminas A, riboflavina y B12.
“Diferentes encuestas nutricionales en España han demostrado que algunos porcentajes variables de la población pediátrica no ingieren el suficiente calcio, zinc, hierro ni las vitaminas D, E, A y B9 necesarias”, explicó Dalmau.
Muchos de estos nutrientes necesarios para nuestro organismo se encuentran en los productos lácteos y otros, como la vitamina D, son muy difíciles de cubrir solo con alimentos naturales. La ingesta insuficiente de vitamina D, nutriente del que se siguen descubriendo nuevas funciones fisiológicas, se consigue evitar mediante el consumo de lácteos fortificados.