Sindicatos profesionales veterinarios de diferentes comunidades autónomas como Castilla y León, Extremadura y Asturias, a las que en breve se sumará Galicia, se han unido en una federación estatal presentada al público el pasado lunes 14 de mayo en la sede del Consejo General de Colegios Veterinarios de Madrid.
Durante este acto, el presidente, Juan Carlos Alonso, afirmó que este organismo nace con el principal objetivo de unir fuerzas para solucionar los graves problemas que azotan a la profesión en la actualidad. Su ámbito de actuación será todo el que abarca la profesión veterinaria en su extenso y fundamental carácter sanitario, protegiendo a las poblaciones humanas de las enfermedades transmitidas por los animales y los alimentos.
El secretario general, Juan Antonio Rol, expuso que los principales asuntos que esta federación planea abordar son el pleno reconocimiento de la veterinaria como profesión sanitaria en todos los ámbitos tal y como recoge la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias. En concordancia con esto último se solicitará también la integración y desarrollo de las competencias de veterinaria de salud pública dentro de la cartera de servicios de del Sistema Nacional de Salud, ya que en la práctica ha sido expulsada del mismo. Esto último implica también que todos los veterinarios que desarrollen actividades de control sanitario oficial se integren en igualdad de condiciones con otras profesiones sanitarias dentro de los diferentes sistemas de salud autonómicos, impulsando y promocionando a la vez la Veterinaria de Salud Pública.
FESVET pretende que todos los veterinarios se integren en un único cuerpo que dependa de las autoridades sanitarias, tal y como ocurre en otros países de Europa y como aconsejó en una de sus visitas a España el presidente de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) a la cual nuestro país pertenece.
Por último, otros miembros de la Junta Permanente de FESVET incidieron en que el 60% de los patógenos que afectan al ser humano son de origen animal, a lo que hay que sumar la alta incidencia de enfermedades de origen alimentario, siendo por tanto el inspector veterinario garante fundamental de la salud pública; lo que hace que su falta de integración real en el sistema nacional de salud afecte directamente a la calidad de la prevención y promoción de la salud humana, careciendo de lógica la situación actual en el que el cuerpo veterinario está fragmentado y en muchas ocasiones bajo el mando de autoridades no sanitarias.