Casi 5 millones de cerdos han muerto o han sido sacrificados en Asia al propagarse la peste porcina africana (PPA), una enfermedad vírica contagiosa que afecta a los cerdos domésticos y silvestres y que se detectó por primera vez en el continente hace ahora un año. Aunque no supone un peligro para los seres humanos, la enfermedad causa hasta un 100 por cien de mortandad en los cerdos, con graves pérdidas económicas en el sector porcino.
La PPA está presente en seis países asiáticos: Camboya, China, República Popular Democrática de Corea, República Democrática Popular Lao, Mongolia y Viet Nam. Los últimos datos proporcionados por la FAO indican que las pérdidas actuales representan más del 10 por ciento del total de la cabaña porcina en China, Viet Nam y Mongolia.
Con el apoyo de la FAO, otros países de la región están intensificando sus esfuerzos en materia de prevención para evitar la propagación de la enfermedad.
"Ya que no existe una vacuna disponible en el mercado, necesitamos poner mayor énfasis en otras medidas para contrarrestar la enfermedad. Los países deben vigilar las fronteras -terrestres, marítimas o aéreas- para prevenir la entrada y propagación de la enfermedad con la introducción de cerdos infectados o productos porcinos contaminados. Los brotes deben notificarse inmediatamente", aseguró Juan Lubroth, Jefe del Servicio Veterinario de la FAO. "Estamos instando a los países en riesgo -añadió- a que apliquen medidas eficaces de bioseguridad para evitar que los cerdos vivos infectados o productos contaminados crucen sus fronteras".