Azucarera anima a los remolacheros de la zona sur a que realicen análisis de suelos con el objetivo de ayudarles a aplicar un abonado racional en función de las necesidades del cultivo. De este modo, a través de AIMCRA (Asociación de Investigación para la Mejora del Cultivo de la Remolacha Azucarera), se pone a disposición de los socios este servicio gratuito, para evitar abonados excesivos e inadecuados que suponen un importante sobrecoste para el cultivo.
AIMCRA recomienda a los remolacheros que, antes de aplicar el abonado de fondo, es conveniente tomar una muestra de suelo para enviarla al laboratorio, con el fin de conocer las propiedades físico-químicas del suelo de la parcela y determinar los nutrientes disponibles y asimilables que puede tomar la remolacha. Además, aconseja que, después de recibir el análisis de suelo, se abone conforme a los resultados y las recomendaciones que se le dan al remolachero.
Así, en cuanto a nitrógeno, se realizará una aplicación en fondo de 0-60 kilos por hectárea y dos en cobertera: una primera de 60 kilos por hectárea en forma nítrica o nítrica-amoniacal, cuando la remolacha tenga entre cuatro y ocho hojas, y una segunda igual pero en este caso cuando la remolacha tenga entre 18 y 22 hojas y/o antes del cierre de calles si se trata de secano. En regadío se llevará a cabo esa segunda aplicación antes del cierre de las calles. Para ajustar la cantidad de abono nitrogenado en la segunda cobertera en kg/ha de nitrógeno en función de la modalidad del cultivo, el nitrógeno del suelo N-(NO3 -) y el agua caída en la parcela (riego + lluvia) desde la siembra hasta el 31 de enero.
Cabe recordar que un exceso de nitrógeno provoca un desarrollo excesivo del aparato foliar y una bajada en la polarización, que se agrava si la aportación de nitrógeno es tardía. En cuanto al abonado de fósforo y potasio, son nutrientes que se aportan al cultivo en el abonado de fondo, considerándose para niveles bajos de fósforo un aporte de 100 UFP, para medios 50 UFP y las que están altas la recomendación es 0.
En el caso del potasio influyen dos factores en la recomendación: el tipo de suelo y los niveles que se reflejan en la analítica, pudiendo oscilar la recomendación desde 100 UFK hasta 0 UFK, para suelos fuertes con niveles superiores a 200 ppm (partes por millón) de potasio.