El futuro del sector agroalimentario pasa por vender en los diferentes mercados, sobre todo en el internacional, a través de las exportaciones, los productos de la región con el “valor de marca”, detrás del cual está “el esfuerzo de mucha gente que quiere que vaya su nombre en un envase, el nombre de Castilla-La Mancha”.
Así lo ha indicado esta mañana el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, durante el desayuno informativo organizado por el diario La Tribuna de Ciudad Real y CaixaBank que bajo el título ‘Los retos de la industria agroalimentaria’ que se ha desarrollado en esta ciudad, con la presencia de su director Diego Murillo como moderador, y la directora territorial de la entidad, Cristina González y ante cerca de 200 personas de empresas y asociaciones del sector.
La industria agroalimentaria de Castilla-La Mancha supone ya el 15 por ciento del producto Interior Bruto de la comunidad, siendo un sector que representa el 35 por ciento de todas las exportaciones de la región. Ciudad Real es la principal provincia exportadora de la región y el vino tiene mucho que ver.
Así, Francisco Martínez Arroyo ha incidido en la importancia de vender en los mercados los vinos embotellados porque, cada vez que se vende una botella, se vende mayor valor añadido, al menos, cuatro o cinco veces más y, además, “vendemos nombre” lo que es “fundamental”.
En esta línea, ha incidido en la necesidad de las agrupaciones de productores, diez ya creadas en nuestra región, y en un mayor tamaño para competir en los mercados, porque “si no tenemos una diferenciación de otros productos suficiente y no somos fuertes, otros lo conseguirán”. De esta forma ha subrayado que “o somos suficientemente grandes, o no seremos capaces de defender bien los productos de los agricultores y ganaderos” de Castilla-La Mancha.