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El Gobierno defiende un modelo de agricultura basado en la ciencia frente a los retos alimentarios

“La  agrociencia  es  un  elemento  esencial  para  la  transición  hacia  un modelo  agroalimentario  más  sostenible.  Así,  las  técnicas  de  edición  genética  permiten  reducir  el desperdicio alimentario, mejorar la salud a través de la alimentación, un mejor comportamiento de los cultivos  frente  a  las  plagas  y  una  mejor  adaptación  frente  al  reto  climático  al  que  se  enfrenta  la agricultura.  La  ventaja  de  esta  biotecnología  es  que  permiten  producir  más  con  menos”.  Así  lo manifestó Esperanza Orellana, directora general de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, durante la clausura de la jornada El papel de la ciencia en la sostenibilidad de la agricultura, en la que se presentó el Manifiesto por la Agrociencia, impulsado por la Alianza por una Agricultura Sostenible  (ALAS) y al que se han adherido más de una  treintena de entidades de toda la cadena de valor del sector agroalimentario.  

En este sentido, Esther Esteban, directora del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), entidad dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, aseguró que “solo con  ciencia  e  innovación  podemos  avanzar  hacia  un  futuro  mejor”.  “Necesitamos  variedades resilientes utilizando todas las herramientas que nos ofrece la ciencia, desde las técnicas tradicionales de mejora  hasta  las  nuevas  técnicas  de mejora  y edición genética”,  incidió.  Asimismo, agregó:  “La actividad agraria no debe afectar de forma negativa a la biodiversidad. La Política Agrícola Común (PAC) es el instrumento del que disponemos para transformar el sector agrario y conseguir que las acciones tengan un beneficio directo en el medio ambiente. Debemos avanzar en el conocimiento e innovación del sector agrario y la cadena alimentaria para producir alimentos seguros y eficientes, dentro de los límites del planeta”.  

El Manifiesto por la Agrociencia es una iniciativa impulsada por ALAS, una asociación pionera para impulsar el modelo  productivo  sostenible y la  reputación  de los agricultores  y ganaderos  como  un sector estratégico dentro de la cadena alimentaria. El documento cuenta con 32 entidades suscritas, procedentes  de  todos  los  ámbitos  del  sector  agroalimentario,  desde  productores  agrícolas  y ganaderos, industrias transformadoras, de distribución y de insumos hasta de servicios para el sector, entre otros.

El texto (disponible en la web www.porlaagrociencia.org) surgió como una iniciativa para aglutinar las voces del sector ante los retos inminentes que afronta, como el Pacto Verde Europeo, las estrategias “De la Granja a la Mesa” y “Biodiversidad 2030”, la Estrategia de Protección del Suelo, de la Unión Europea, o el Plan Estratégico de España para la PAC post 2020, del Gobierno español, entre otros.

Sistema competitivo y sostenible

Los  firmantes defienden que solo una toma de decisiones que reconozca el papel innovador de la agricultura  y  se  base  en  la  ciencia  permitirá  tener  éxito  ante  esos  retos,  manteniendo  la competitividad, el empleo, la producción y la modernización del sector, apostando por una transición justa que permita combatir la despoblación en las zonas rurales. Para ello, lanzan siete propuestas concretas, dirigidas a las Administraciones Públicas, a los agentes económicos y sociales y a la sociedad en general, tales como potenciar el papel del sector agrario como sumidero de carbono; considerar la agricultura  y  la  ganadería  en  España  como  un  laboratorio  europeo  para  el  cambio  climático; flexibilizar el objetivo de reducción del 50% del uso de los productos  fitosanitarios; establecer, por parte de las autoridades europeas, un marco regulatorio basado en criterios científicos que permita a  los  agricultores  utilizar  las  variedades mejor  adaptadas  a  los  desafíos  fitosanitarios,  competir  en condiciones  de igualdad y  poner en valor los  recientes avances en técnicas  de  edición genética; o poner en valor el papel que la tecnología y la digitalización desempeñan en toda la cadena de valor agroalimentaria.

“Las propuestas del Manifiesto ponen de relieve que nuestro sector necesita un modelo de agricultura basado en la ciencia y no en la política. Para ser competitivos, necesitamos certidumbre y una base científica en  la  toma  de  decisiones, así  como  tiempo  para adaptar las explotaciones e incidir en la producción”, afirmó Pedro Gallardo, presidente de ALAS. Por ello, instó a “todos los miembros de la cadena de valor” a adherirse al Manifiesto. “ALAS ha defendido siempre la flexibilidad en relación a los  objetivos  marcados  en  la  PAC  o  en  las  Estrategias  de  F2F  y  Biodiversidad  2030.  La  regulación europea está lejos del campo y de las necesidades de la producción y debería acercar la ciencia y la tecnología a las explotaciones”, ha manifestado Gallardo, quien además se ha referido a la situación extraordinaria que vamos a vivir y ha subrayado que la base científica es la que debe dar respuesta a sus consecuencias. “ALAS quiere ir por delante, ser proactiva en comunicar la adaptación e innovación en nuestras explotaciones con herramientas basadas en la ciencia”, ha señalado.  

Por  su  parte,  María  Jesús  Rodríguez  de  Sancho,  directora  general  de  Biodiversidad,  Bosques  y Desertificación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, mostró su acuerdo con  el  planteamiento  del  Manifiesto,  al  reconocer  que  “los  objetivos  de  sostenibilidad  son compartidos  y el  conocimiento  científico  tiene  que  ser  la  guía  para  la  toma  de  decisiones”  en  la actividad agraria y la conservación de la biodiversidad. Así, explicó que el sector científico es “esencial” para hallar técnicas y sistemas de gestión que garanticen el rendimiento agronómico y la protección de la naturaleza.  

En la misma premisa incidió Jesús Barreiro‐Hurle, senior scientist del Joint Research Centre (JRC) de la Comisión Europea, quien explicó que los modelos agroeconómicos pueden ayudar a entender qué va a pasar a la hora de implementar políticas. Así, en su opinión, la agrociencia es necesaria para mejorar los actuales modelos.  “Debemos  buscar  soluciones  que  nos  permitan alimentar el  planeta asegurando la sostenibilidad y la salud de sus ecosistemas”, concluyó.

Al  respecto, Manuel Melgarejo,  presidente  de la Asociación Empresarial  para la  Protección  de las Plantas (AEPLA), sostuvo que la innovación, la ciencia y la tecnología permiten minimizar el impacto medioambiental en la producción agrícola. Por este motivo, hizo hincapié en la necesidad de contar con un entorno legislativo “predecible y estable” que favorezca, facilite y agilice la investigación y la puesta  en  práctica  de  la  ciencia  en  la  agricultura.  En  este  mismo  sentido,  aseguró  que  “nos encontramos en un momento en el que es necesario hacer una profunda reflexión para dar la mejor respuesta a los retos a los que se enfrenta la agricultura” y para ello pidió que Europa sea más ágil y flexible a la hora de adaptarse a las necesidades del sector, incorporando la mejor ciencia y tecnología a la agricultura”.

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