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Hazte con el Libro Blanco de Nanta: ¿Qué tengo que saber?

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En 2017 la Comisión Europea dio a los Estados Miembros un plazo máximo de cinco años para la retirada del Óxido de Zinc en la alimentación de los lechones, una práctica generalizada con el objetivo de controlar las diarreas post destete.

Ya solo nos quedan dos años de margen hasta este nuevo escenario, y seguramente a los ganaderos de porcino y a los veterinarios responsables de granjas, les asaltan muchas dudas: ¿Es posible eliminarlo? ¿Qué alternativas a su uso existen actualmente? ¿Qué papel jugarán en todo esto el manejo y la alimentación?...

Todas estas cuestiones y muchas otras quedan resueltas en el Libro Blanco sobre el Óxido de Zinc que Nanta pone a disposición del sector productor de cerdo. El documento está disponible AQUI.

¿Tiene inconvenientes el uso de Óxido de Zinc?

Efectivamente así es. La baja tasa de retención del Zinc conlleva que la concentración de este elemento en los purines procedentes de las granjas porcinas sea muy elevada, dando problemas de toxicidad para las plantas y microflora de los suelos abonados con los mismos.

Además, a pesar de que la toxicidad del Zinc es baja para el cerdo, podrían darse posibles resistencias al mismo por parte de la microflora intestinal y jugar este elemento un papel en la coselección de microrganismos resistentes a algunos antibióticos.

Nanta lleva tiempo trabajando para ir reduciendo el uso de Óxido de Zinc de forma progresiva, evitando los graves problemas que podrían darse en el caso de una retirada brusca. En 2019, en la gama de piensos Optibaby para lechones, se redujo la inclusión de este compuesto inorgánico en un 60%, siendo posible tal avance gracias en gran medida a las buenas prácticas de manejo en granja.  

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