La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) considera que la campaña de fruta de hueso que está comenzando es clave para el futuro de los agricultores y agricultoras del sector. Una nueva campaña con rentabilidades mediocres o nulas seguirá expulsando fruticultores y derivando a manos de grandes empresas la producción frutera del país, ahondando en la crisis económica de las zonas rurales, la pérdida de empleo y el abandono poblacional de estas áreas. “En la campaña pasada se comprobó la importancia de este sector para la alimentación saludable de nuestra ciudadanía, ahora “sólo” falta que el reconocimiento llegue vía rentabilidad y que los compradores dejen de hacernos puré para luego sacar rentabilidades enormes a nuestra costa”, ha declarado Osvald Esteve, responsable estatal de Fruta Dulce de COAG.
En 2020, con una cosecha corta, los precios no fueron suficientes para obtener una rentabilidad ni siquiera razonable. “La gran presión de la distribución durante casi toda la campaña se tradujo en cotizaciones inferiores a lo esperado y, luego, el global de ingresos ha sido lamentable y la gente sigue bajando la persiana”, ha añadido Esteve. En este sentido, COAG solicita que al Ministerio de Agricultura que haga las gestiones pertinentes con la distribución comercial para evitar que se reproduzca el problema este año. Además, la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) debería realizar inspecciones específicas desde ya para controlar, como establece la Ley de mejora de la Cadena Alimentaria, que los precios están cubriendo los costes de producción y que además son crecientes.
En el capítulo productivo, en las zonas más tempranas de la Región de Murcia la cosecha ya ha empezado aunque la campaña va retrasada unos 15 días de manera general. Se han producido daños por las inusuales heladas acaecidas en las principales zonas de producción. En Murcia, el albaricoque temprano ha sufrido pérdidas de hasta el 60% y se observan daños en las variedades que llegarán en el mes de mayo de paraguayo, melocotón y nectarina. En Aragón y en Catalunya, se han contabilizado severos daños derivados de heladas hasta de un 50% de manera global en el Bajo Cinca, Baix Segre y Segrià, pero incluso mayores incluso en albaricoque (70%).
Finalmente, COAG quiere insistir en la necesidad de que las distintas administraciones implicadas a nivel estatal, regional y local coordinen los flujos de personas que buscan trabajo en el sector. El sector muestra su absoluta colaboración para trabajar en soluciones que eviten problemas y redunden en el bienestar de los temporeros contratados y de aquellas personas que se trasladan en busca de trabajo sin un contrato previo. “Esperamos que no se nos culpabilice de una situación que no es controlable ni achacable a los productores de fruta, especialmente en una campaña donde las necesidades de mano de obra se están viendo reducidas por los continuos daños climáticos”, ha subrayado el responsable de COAG.