El salón de actos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) se quedó pequeño para acoger a todos los interesados en asistir a la II Jornada ‘Ganadería y Medio Ambiente. Sistemas de gestión de deyecciones ganaderas’, organizada por la Dirección General de Producciones y Mercados Agrarios. A lo largo de toda la mañana se sucedieron interesantes ponencias relacionadas con un tema que, cada vez más, gana terreno en la investigación y la búsqueda de sistemas de fertilización respetuosos con el medio ambiente, repasándose algunas de las técnicas de gestión disponibles desde el punto de vista práctico
Así, se tocaron temas como la ‘utilización agronómica de deyecciones ganaderas’, las ‘técnicas de gestión en zonas de alta densidad ganaderas’ y con ‘limitación de recursos hídricos’, la ‘biodigestión de purines’ y la ‘evaluación de la gestión y tecnologías de tratamiento de estiércol individual y colectivo para la protección medioambiental y la sostenibilidad de la ganadería’. La jornada concluyó con una interesante mesa redonda donde los asistentes pudieron hacer a los ponentes las preguntas pertinentes.
La importancia de utilizar las mejores técnicas
El director general de Producciones y Mercados Agrarios del Magrama, Fernando Miranda, advirtió, durante la inauguración de la jornada, sobre la importancia de utilizar las mejores técnicas disponibles en el uso de materia orgánica en las tareas de fertilización, para lograr disminuir al máximo las emisiones de amoniaco que perjudican al medio ambiente. Una materia, ha recordado, que se viene utilizando históricamente como fertilizante por antonomasia, ligando de forma complementaria dos de las actividades de la producción agraria, la ganadera y la agrícola.
Miranda manifestó que, si bien los fertilizantes inorgánicos han contribuido de forma notable a facilitar las tareas de abonado, permitiendo un uso más homogéneo de los minerales, la utilización de la materia orgánica de origen animal, mediante su valorización agronómica, debe ser el principal destino de las deyecciones ganaderas. Este uso, ha señalado, permite un ahorro económico; el aporte de materia orgánica al suelo; y el aprovechamiento de un recurso que de otra forma, resultaría muy complejo de destruir.
En ocasiones, sin embargo, ha apuntado el director general, no es posible la utilización directa de esta materia orgánica en tierras de cultivo, bien por la capacidad de almacenamiento, la disponibilidad de tierras, las temporadas de cultivo, las condiciones agronómicas, o la densidad ganadera. En este caso, ha indicado, será necesario recurrir a otras técnicas, más o menos complejas, que permitan valorizar de la forma más adecuada este subproducto de la actividad ganadera.
Miranda concluyó su intervención animando a los asistentes a participar en los debates para mejorar y transmitir a las administraciones públicas, los ganaderos, los centros de investigación y al público en general los mejores conocimientos disponibles para conseguir una ganadería cada vez más competitiva y respetuosa con el medio ambiente.