La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos vuelve a liderar una vez más, como tantas otras a lo largo de las últimas décadas, la defensa de la agricultura y la ganadería familiar en las movilizaciones convocadas, en unidad de acción con las otras dos organizaciones representativas, Coag y Asaja, durante el primer trimestre de 2024.
Unas movilizaciones que coinciden con las realizadas en otros países de la Unión Europea y que, aún con diferencias importantes de criterio, acción y reivindicaciones, reflejan un notable malestar general por algunos efectos de las últimas reformas en la Política Agraria Común y otras iniciativas europeas, además de carencias importantes de carácter nacional en los grandes países de la UE, como Francia y Alemania.
En nuestro caso, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos asume, una vez más, como tantas otras a lo largo de las últimas décadas, su responsabilidad, con acciones legales y ordenadas, propuestas concretas de mejora en aspectos concretos que requieren cambios urgentes, con la mejor disposición negociadora y la seguridad de que el resultado final de las movilizaciones en marcha se traducirá en acuerdos que faciliten el trabajo y la gestión en las explotaciones agrícolas y ganaderas.
Por ello, en UPA dejamos siempre muy claros cuales son nuestros motivos y cuales no son nuestras razones para movilizarnos en todas las comunidades autónomas; sobre todo porque nos preocupa, y mucho, que la sociedad entienda de verdad que bajo el concepto genérico de “el campo” o “los agricultores” -como se nos etiqueta sin matices en los grandes medios de comunicación- hay realidades muy diferentes y visiones plurales y diversas sobre todas los órdenes de la vida, como en cualquier otro colectivo.
Nuestro modelo es claro: apostamos con la máxima convicción por la Unión Europea y el modelo de agricultura familiar, sostenible social y ambientalmente, con reglas comunes y objetivos compartidos. Por ello nunca estaremos en contra de la Política Agraria Común, pero sí exigimos que se adapte a las necesidades reales de la mayoría del sector agrario, flexibilizando la aplicación de medidas que se demuestran perjudiciales para la viabilidad y los resultados de nuestro trabajo-.
De igual forma, no somos negacionistas del cambio climático ni de sus terribles consecuencias actuales y futuras, que exigen acciones urgentes de adaptación y mitigación. Pero sí exigimos el apoyo proporcional a nuestra condición de primeros afectados por esta tendencia, que requiere de mucha voluntad política y recursos públicos en la gestión del agua, los seguros agrarios, la investigación en nuevas prácticas agronómicas y de gestión de los suelos, entre otras acciones.
Como tampoco estamos en contra de los ambiciosos objetivos mundiales de la Agenda 2030. Somos una organización progresista y solidaria que asume como propios esos grandes retos; pero también pedimos un trato equitativo desde nuestra realidad en la agricultura y la ganadería familiar en España, para conseguir, por ejemplo, que se impongan las mismas normas y exigencias a los productos que vienen de fuera de la UE que a las producciones europeas, con reciprocidad en las relaciones comerciales con terceros países. En caso contrario, los únicos beneficiarios son las grandes corporaciones financieras y comerciales que controlan la producción en los países de origen y los intercambios hacia Europa.
UPA participa en las movilizaciones de 2024 en unidad de acción, pero con una tabla reivindicativa propia, que contempla más de 50 propuestas muy concretas y realistas, sobre las que ya estamos presionando y negociando, una a una, paso a paso.
Desde exigir una ley urgente de agricultura familiar y la flexibilización de la PAC hasta reclamar mejoras en la ley de cadena alimentaria, incluida la posibilidad de facilitar la negociación colectiva interprofesional; pasando por planes específicos para la ganadería y la necesidad de contar con la colaboración de las organizaciones agrarias para facilitar los crecientes trámites burocráticos.
Todo ello, en nuestro caso, dentro de un proceso de movilización permanente, antes y después de las acciones convocadas ahora, con un fondo y unas formas que nos identifican como lo que somos: la organización que trabaja por el progreso de la agricultura familiar en España.
Porque no debemos olvidar nunca que todas las formas de movilización son legítimas, no cabe duda, pero también es cierto que no todas tienen la misma legitimidad.