El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha trasladado hoy el apoyo de España a la Comisión Europea para impulsar la aplicación de las denominadas “cláusulas espejo” en las negociaciones comerciales con terceros países con el objeto de que se exijan a los productos importados los mismos estándares de calidad y seguridad alimentaria que a los producidos en Europa.
Planas ha recalcado que esta reciprocidad es una prioridad política para España y que responde además a una demanda de los agricultores, ganaderos y los ciudadanos europeos en general en el Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE) celebrado hoy en Bruselas. Este asunto ha sido incluido en el orden del día en el primer consejo bajo la presidencia de turno de Francia, que tiene entre las prioridades del semestre avanzar en la alineación de las políticas comerciales y agrarias de la UE.
El ministro ha asegurado que España siempre ha defendido el multilateralismo en el comercio internacional, basado en reglas, abierto, transparente y con acuerdos comerciales estables y ha añadido que para España es un asunto prioritario que los productos que se importen, cumplan las mismas exigencias y estándares que las producciones en el ámbito comunitario.
Planas se ha referido en concreto a los cítricos, y ha reiterado la petición española de que se consideren productos sensibles y no se amplíen las concesiones ya existentes. Planas ha señalado que la producción de cítricos es uno de los pilares más importantes de la economía de las zonas rurales del arco mediterráneo, cuya viabilidad se ve amenazada por el incremento de las importaciones de terceros países.
En relación con los cítricos y con las condiciones de reciprocidad, Planas ha recordado la petición española, que tiene en estudio la Comisión Europea, de que se aplique el tratamiento en frío a los productos importados para evitar la entrada de plagas.
Durante el Consejo de Ministros de hoy, España ha pedido a la Comisión Europea que intensifique sus esfuerzos para alcanzar una solución negociada con los Estados Unidos para eliminar los aranceles “injustos” impuestos a la importación de la aceituna negra en este país.