El Pacto Verde Europeo es un gran acuerdo político que ya está marcando decisiones de gran calado en todo el continente y, por extensión, en todo el mundo. Mediante este pacto, la UE se ha comprometido a lograr la neutralidad climática de aquí a 2050. Un inmenso reto que solo podrá lograrse impulsando una transición ecológica justa que favorezca un modelo de desarrollo sostenible al tiempo que maximiza las oportunidades económicas, los derechos y la protección social para todas y todos y la cohesión territorial, sin dejar a nadie atrás.
El Foro de Acción Rural –una plataforma que aúna a organizaciones rurales, medioambientalistas, sindicales, de agricultores y ganaderos, de mujeres rurales, de producción ecológica y cinegéticas– ha consensuado una serie de propuestas que se enmarcan en el Pacto Verde Europeo, una política que consideran “imprescindible” y que debe aplicarse con respeto a la idiosincrasia de cada pueblo y región.
Las 36 propuestas del FAR se articulan según nueve ejes de actuación: producción sostenible de alimentos, lucha contra el cambio climático, protección del medioambiente y la biodiversidad, reequilibrio de la cadena agroalimentaria, refuerzo de la producción ecológica, fomento de la investigación y la innovación, transparencia de cara a los consumidores, lucha contra el desperdicio alimentario y transición también a nivel mundial.
Una de las principales líneas de actuación para el cumplimiento del pacto verde europeo será trabajar en el sistema de producción, distribución y consumo de alimentos. “El futuro del medio rural estará íntimamente ligado al futuro de la alimentación”. Y en ese futuro la clave es apostar por un modelo de producción sostenible basado en la agricultura y la ganadería familiar.