En esta campaña agraria 2024 los agricultores españoles verán mejoradas notablemente las condiciones y requisitos que imponía Bruselas para recibir las ayudas de la PAC. Aspectos como el manejo de los barbechos, la rotación de cultivos, el laboreo de las parcelas, la siega de pastos o las condiciones para el pastoreo sufrirán modificaciones en línea con lo que organizaciones como UPA llevan largo tiempo reclamando.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos ha calificado de “avance positivo” el acuerdo alcanzado hoy en Consejo de Ministros, que deberá ser ratificado ahora por la vía de urgencia por el Parlamento Europeo, previsiblemente, antes del último pleno de esta legislatura, el próximo 22 de abril. Las medidas de flexibilización entrarán en vigor, no obstante, desde el 1 de enero de 2024.
UPA vincula directamente este movimiento político de la Unión Europea con las movilizaciones en todo el continente en los últimos meses. “Europa no ha podido quedarse de brazos cruzados ante la revuelta del campo. Este es el primer gran éxito de las movilizaciones”, han remarcado.
La organización agraria espera ahora que esta decisión se “remate” con un gran acuerdo a nivel nacional que incluya el resto de reivindicaciones que necesitan los agricultores y ganaderos, así como con acuerdos a nivel autonómico en aquellas regiones que aún no han dado pasos en ese sentido.
“Bajar” la PAC a la realidad del campo
El acuerdo a nivel europeo se centra en bajar a la realidad del campo las llamadas Buenas Condiciones Agrarias y Medioambientales (BCAM) relativas a la cobertura mínima del suelo, la rotación de cultivos y las superficies no productivas. Estas medidas tienen como objetivo fomentar determinadas prácticas beneficiosas para el medio ambiente, los suelos y la biodiversidad. “Un objetivo a todas luces loable y necesario”, aseguran desde UPA, “pero que debe compatibilizarse con una actividad productiva real y obligatoriamente rentable”.
UPA ha aplaudido cuestiones como la no obligatoriedad del cuaderno digital de explotación –una herramienta que califican de positiva, pero que no debe imponerse– o las reformas que van a llevarse a cabo en materia de Cadena Alimentaria y Prácticas Desleales, para garantizar el cumplimiento de las prácticas comerciales a nivel transfronterizo y hacer vinculante el que haya una remuneración justa de los agricultores.