Los ganaderos y ganaderas españoles han vuelto a mostrar su rechazo contra las palabras del ministro de Consumo, Alberto Garzón, que ha emprendido desde hace unos meses una campaña contra la ganadería española. En su último ataque, el coordinador de Izquierda Unida se ha prodigado en un medio británico –The Guardian– vinculando de forma estrecha el consumo de carne con el cambio climático y la desertificación.
“Encuentran un pueblo en la España vaciada e instalan 4.000, 5.000 o 10.000 cabezas de ganado. Contaminan el suelo, el agua, y exportan esa carne de animales maltratados”, asegura Garzón en la entrevista. Unas palabras que desde UPA califican de irresponsables y directamente falsas: “En España no hay animales maltratados, señor ministro”, le han trasladado.
UPA, que ya se dirigió por carta a Alberto Garzón cuando inició su cruzada anti-ganadería, ha vuelto a transmitir públicamente una exigencia de “rectificación o dimisión” por unas palabras “basadas en falsedades, torpes, miopes y que pueden tener nefastos efectos en las exportaciones españolas de productos cárnicos”.
Tras los asiduos ataques del ministro Garzón a la ganadería española, desde UPA han pasado a la acción y le han invitado a visitar distintas tipologías de granjas para que compruebe cómo trabajan los ganaderos y ganaderas españoles. Unos profesionales que están muy molestos por las palabras de un ministro que, a su juicio, debería tener “tareas mucho más urgentes e importantes que atacar a los productores: empezando por la descarriada inflación, los desequilibrios en la cadena agroalimentaria y la necesidad de un etiquetado transparente que reconozca el origen de los alimentos, por citar solo tres”.
Sobre el consumo de carne, desde UPA recuerdan que España es el tercer país más longevo del mundo -tras Japón y Corea del Sur- un hecho en el que tiene mucho que ver la dieta mediterránea que se sigue mayoritariamente en nuestro país. “Debemos centrarnos en defender la dieta mediterránea, una de las más saludables del mundo, que está basada en el consumo de frutas, hortalizas, cereales, lácteos, aceite de oliva, y por supuesto carne”. Una dieta que supone uno de los mayores atractivos para el turismo, al que también se refiere Garzón en su entrevista en The Guardian.