La Fundación Foro Agrario y la Fundación Antama celebraron en Madrid una jornada de debate para analizar con expertos el valor de las nuevas herramientas biotecnológicas para el sistema agroalimentario europeo.
En el encuentro se rechazó unánimemente la decisión del Tribunal de Justicia europeo (TJUE) que considera los organismos obtenidos por mutagénesis como un organismo modificado genéticamente (OMG), incluyéndolos en la actual normativa sobre transgénicos. Los ponentes resaltaron que esta decisión supondrá el bloqueo del desarrollo de las nuevas técnicas de edición genómica en Europa y que es necesario contar con una regulación con base científica que no limite el avance de la innovación y que no frene la competitividad.
Durante la inauguración de la jornada, Esther Esteban Rodrigo, directora del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria (INIA), resaltó que “desde el punto de vista científico tenemos todos muy claro las oportunidades que ofrece la utilización de las nuevas técnicas de edición genómica”. Reconoció la necesidad de trabajar para que la sociedad entienda que estas tecnologías no suponen ningún riesgo y que hay que aprovechar su potencial para mejorar los sistemas productivos y para poder responder a los retos agroalimentarios presentes y futuros.
Soledad de Juan, directora de la Fundación Antama, mostró también su preocupación ante la decisión del Tribunal de Justicia europeo ya que frena el desarrollo de la biotecnología en un momento en el que el resto del mundo sigue avanzando en su apuesta por estas técnicas. Resaltó que “España ha sido un país puntero en innovación tecnológica de cultivos dentro de la Unión Europea y tenemos que seguir haciéndolo” y añadió que sin estas nuevas técnicas de mejora genética no se podrá incrementar la producción usando menos recursos de una forma sostenible.
Judith Martín, de la Dirección General de Producción y Mercados del Ministerio de Agricultura, afirmó que debemos aprender de los errores cometidos al legislar los transgénicos para no repetirlos con las nuevas técnicas de edición genómica. Sin olvidarnos de que la legislación actual se redactó hace 18 años y en este tiempo la ciencia en materia de edición genética ha evolucionado notablemente. De ahí que sean muy numerosas las voces que piden que se revise la regulación actual para que se base en el producto final y no en la técnica de obtención.
Antonio Molina, director del Centro de Biotecnología y Genómica de plantas (CGBP), reconoció que las limitaciones regulatorias en la Unión Europea hasta ahora eran una preocupación para la biotecnología vegetal pero, después de la decisión del TJUE, la preocupación es global, tanto de la biotecnología vegetal, como de la industrial y farmacéutica“. Según el científico “esta decisión va a disminuir las inversiones tecnológicas en Europa, lo que supondrá un retraso tecnológico muy notable”.
Durante la clausura, Esperanza Orellana, directora general de Producciones y Mercados Agrarios del MAPA, destacó lo importante que es que el Gobierno vaya de la mano de la ciencia y el conocimiento y reconoció que el sector de la biotecnología tiene unos retos adicionales por estar implicada en la alimentación. Concluyó reconociendo la importancia de “que la UE repiense cómo son los procedimientos de toma de decisiones. No solo los tiempos, sino también en aspectos de comunicación y transparencia”.