El indicador de la valoración de riesgos en el sector agroalimentario sigue sin apuntar niveles demasiado preocupantes. Según un informe elaborado por la compañía experta en seguros de crédito Solunion, esto es posible a pesar de la caída de los precios de las materias primas.
La combinación de la caída de las economías agroalimentarias (Rusia, Brasil) junto con las condiciones favorables para los cultivos que se dieron en 2015 dieron como resultado un sobre exceso de producción de materias primas que llevó al colapso de sus precios.
El índice de precios de la FAO cayó un 18% de media en 2015. Todas las materias primas registraron descensos de dobles dígitos, pero los productos lácteos (-29%) y el azúcar (-21%) recibieron los golpes más duros. La producción leche fue estimulada por la supresión del sistema de cuotas, mientras que su consumo sufrió el veto ruso y el freno chino.
Según el informe de Solunion, a nivel mundial, la producción agroalimentaria aumentó un 3% en volumen en 2015, y se prevé que la tendencia sea similar 2016. En cambio, en valor, la producción disminuyó un 6% -por primera vez en una década – y en 2016 debería experimentarse una ligerísima subida del 0,6%.
Los bajos precios de las materias primas son “supuestamente buenas noticias para los productores de alimentos”, indican el informe, pues contribuyen a reducir los costes operativos. Los beneficios aumentaron solo un 1,5% en 2015, y la débil demanda llevó a una disminución de los precios industriales: -3% en los Estados Unidos, -2% en China y -1,5% en la Unión Europea.
Como se espera que la demanda de permanezca inactiva, los márgenes debería nivelarse en 2016.