Cuando todavía no se vislumbra una solución clara para la crisis láctea que afecta a miles de ganaderos en nuestro país, despunta un nuevo frente. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) han puesto de manifiesto la grave situación que atraviesa el sector cunícola, con pérdidas en este último año y medio que llegan a los 42 millones de euros. “La caída de los precios en origen por debajo de los costes pone contra las cuerdas a las explotaciones familiares”, indican desde COAG, que aporta un dato demoledor: desde 2007, casi el 40% de esas granjas han tenido que cerrar sus puertas.
Precisamente desde COAG acusan a mataderos y distribución de la grave situación que atraviesan los productores de conejo. Por un lado, “una parte de los mataderos se niega a recepcionar toda la producción de sus zonas de influencia, no hacen contratos y, de hacerlos, incumplen de forma unilateral las condiciones pactadas en los mismos”. Por el otro, “la gran distribución continúa con su política de escasa valoración de la carne de conejo, financiado con las pérdidas del ganadero su estrategia comercial de bajo precio”.
Las demandas de la UPA van en la misma dirección. “En lo que llevamos de 2015, el precio medio del conejo en origen ha sido de 1,49 euros/kg, cuando los costes de producción se sitúan en 1,85 euros/kg”, añaden.
Desde la Organización Interprofesional Cunícola (Intercun) han transmitido a este periódico su voluntad de no hacer declaraciones sobre este tema por el momento, pues se trata de una acusación unilateral. Tampoco por parte de la distribución han querido profundizar en este tema.
Tanto COAG como UPA han solicitado una reunión urgente con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para estudiar la puesta en marcha de un paquete de medidas que alivien la situación del sector. Las organizaciones agrarias han pedido que en dicho encuentro participe la Agencia de Control e Información Alimentaria (AICA) para que dé a conocer las infracciones cometidas sobre la Ley de Cadena Alimentaria.
Paralelamente, la Unión de Pequeños Agricultores ha emitido su ‘decálogo de medidas para salvar el sector cunícola’, en el que proponen destinar los excesos de producción de carne de conejo a los planes de ayuda de los más necesitados; darle más peso al Observatorio de la Cadena Alimentaria y la AICA en la vigilancia de la transparencia de la cadena de valor; activar medidas de apoyo financiero para estimular la liquidez de los productores; establecer contratos que regulen las relaciones de compraventa entre ganaderos y mataderos, utilizando índices de referenciación; fomentar y mejorar la transparencia de las lonjas; promocionar como es debido el consumo de carne de conejo entre la población; combatir “la banalización de la carne de conejo mediante ofertas abusivas por parte de la gran distribución”; apostar por las carnes diferenciadas y por los mercados de proximidad; buscar canales de exportación; y elaborar un “sistema de información cunícola” con el que se puedan conseguir datos de consumo actual y así diseñar posibles estrategias.
*Imagen cedida por la Asociación Española de Cunicultura (Asescu).