El modelo propuesto por el Gobierno de Aragón para la próxima reforma de la Política Agrícola Común ha sido aplicado “en laboratorio” por el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad de esta comunidad autónoma con unos resultados que el titular del mismo ha calificado de “satisfactorios” porque demuestran que, “más allá de su formulación teórica, el modelo funciona”.
Joaquín Olona ha explicado en la Casa de Aragón de Madrid, a la prensa especializada, que, con datos reales de los perceptores de ayudas de Aragón, se ha podido comprobar que el algoritmo que resume matemáticamente la propuesta corrige las principales deficiencias de la PAC actual.
De esta manera, se benefician más, por ejemplo, quienes más dependen de la agricultura y más contribuyen a su mejora. También aumenta muy significativamente el porcentaje de beneficiarios de máxima profesionalidad. La ayuda aplicada, por su parte, es mayor cuanto más negativa es la renta del perceptor (ahora existen rentas negativas que no se compensan) y se reduce progresivamente, hasta llegar a anularse en algunos casos, a medida que las rentas de los beneficiarios aumentan.
Todo esto contrasta, según el consejero, con la situación actual, en la que se compensan rentas que, sin subvención, ya son elevadas o muy elevadas; “además, esta compensación tiende a ser más elevada cuanto mayor es la renta”, ha denunciado Olona.
Por otra parte, en el actual sistema cerca de los dos tercios de los beneficiarios configuran un colectivo en el que la renta agraria es muy poco significativa en su renta total, o lo que es lo mismo: “personas que no dependen de la agricultura y que no aportan valor a la misma”. Este colectivo recibe un tercio de las ayudas, “una lluvia fina de miles de euros que en realidad no llegan al sector agrario y que están detrás de la ineficiencia de la PAC”, según el consejero aragonés.
Su propuesta, por otra parte, ha demostrado ser válida también para mejorar el equilibrio territorial, ya que la redistribución de las ayudas se traduce en un aumento de la subvención media por beneficiario del 27,41%, con un aumento mucho mayor en los territorios tradicionalmente más castigados.
“En definitiva –señala Olona- el modelo supone una redistribución de la ayuda entre beneficiarios basada en criterios objetivos como la profesionalidad, la dimensión económica de las explotaciones y la productividad, lo que contrasta con la actual política de primar unas producciones sobre otras, unos territorios sobre otros y unos agricultores sobre otros en base a unos criterios de difícil justificación e imposibles de explicar”.
Esta redistribución tiene una expresión concreta: con la PAC actual el mayor perceptor de ayudas recibe más de 800.000 euros; con el modelo propuesto, no llega a 150.000. “Y ello sin la necesidad de establecer expresamente un límite máximo, como se está diciendo estos días al hilo del documento de la Comisión Europea que ha sido filtrado”, añade el consejero.
Como resumen, Joaquín Olona indica además que con el modelo que propone aumenta el nivel de profesionalidad, productividad, dimensión económica y contribución ambiental de los beneficiarios. Quedan excluidos de las ayudas quienes presentan valores muy bajos o nulos, precisamente, en profesionalidad, productividad, y dimensión económica (el 21,52% de los perceptores actuales). El 46,43% de los beneficiarios actuales ven amentada su ayuda y el 53,57% la ven reducida.
Principales ventajas de la propuesta
La compensación directa de las rentas mediante la fórmula planteada permitiría:
- Incluir a todos los agricultores y ganaderos como beneficiarios de las ayudas.
- Orientar las subvenciones a los segmentos de beneficiarios más dependientes de la actividad agraria y más implicados en su desarrollo.
- Equiparar a todos los perceptores en derechos, acabando con desigualdades personales, territoriales, de orientación productiva o cualesquiera otras.
- Primar la buena gestión de las explotaciones.
- Mantener la capacidad financiera de Estados y comunidades autónomas.
- Introducir exigencias medioambientales con criterio y viabilidad agronómicos.
- Legitimar la política agraria por el valor intrínseco de la actividad agraria.
- Transformar la PAC de presupuesto sin política a política con presupuesto.
- Eliminar el exceso actual de burocracia.