Javier Ojeda, gerente de APROMAR
España reúne unas condiciones inmejorables para el desarrollo de la acuicultura, con casi 8.000 km de costa y 39.000 de ríos. No obstante, los recursos naturales tienen un límite y desde hace tiempo sabemos que a nivel global han sobrepasado su capacidad y no podrán alimentar a una población que en 2050 superará los 9.700 millones. Por ello, debemos hacer frente a la situación actual, donde el sistema alimentario precisa de otras opciones que complementen a los métodos tradicionales de suministro de alimentos y ahí es donde entra la acuicultura, que se presenta como la mejor solución para garantizar un suministro constante y sostenible de un alimento tan nutritivo como es el pescado.
En el caso concreto de nuestro país, y así lo demuestra el último Informe “La Pesca, la Acuicultura y la Industria Transformadora en España” del Consejo Económico y Social de España (CES): “necesitamos abastecernos de los productos de la pesca y la acuicultura porque además de ser una fuente de alimentación saludable, representan una oportunidad para incrementar la sostenibilidad del sistema, en tanto que se trata de productos que, capturados, producidos y elaborados de manera sostenible, generan una menor huella de carbono e hídrica que los productos de origen animal en tierra”.
En los últimos años, los productos de la pesca y la acuicultura se han visto afectados significativamente por las subidas de precio al consumidor como consecuencia de la espiral inflacionista y por otros factores poco favorables (desastres naturales, cambio climático, etc.); lo que han provocado una caída acumulada del consumo de pescado del 33% acumulado entre el 2008 y el 2022 en los hogares españoles y del 11% en el consumo extradoméstico (restaurantes, cafeterías…). Por lo tanto, es fundamental que desde nuestro sector se sigan impulsando campañas de divulgación que promuevan el consumo de pescado.
Actualmente, más del 51% de los consumidores españoles afirma consumir pescado de acuicultura, lo que representa un aumento del 8,3% en comparación con el año pasado, según nuestro último “Estudio sobre el conocimiento de la acuicultura". Este incremento del consumo está directamente relacionado con un notable aumento en el conocimiento sobre el sector acuícola, conocimiento que ha crecido en un 118% en los últimos cinco años. Es evidente que a medida que los consumidores adquieren más información sobre la acuicultura, tienden a valorar y consumir sus productos con mayor frecuencia. Este último aspecto es fundamental; ya que, según revela el último informe de Pesca España, para una mayoría su consumo de pescado era menor del que le gustaría e incluso consumiría más si fuera más frecuentemente a comprarlo.
Pero no solo es una cuestión de números sino también de conocimiento, tan solo hace cinco años, únicamente el 17% de la población conocía qué era la acuicultura. Hoy en día, gracias a las campañas de divulgación y promoción que llevamos a cabo desde Acuicultura de España, más de la mitad de la población (51%) ya conoce en qué consiste la acuicultura. Por lo tanto, hemos conseguido que los españoles estén más informados y que valoren positivamente la acuicultura española y la calidad de los productos acuícolas españoles.
Es fundamental que la sociedad sea buena conocedora de nuestro sector, somos líderes en producción en la Unión Europea con una cosecha de 326.520 toneladas por valor de 760,7 millones de euros. La sociedad española cada vez es más consciente de los esfuerzos que hacemos para continuar siendo uno de los mayores referentes en cuanto a innovación y protección del medioambiente.
De modo que en un momento en que la sostenibilidad se ha convertido en un criterio clave para los consumidores, la acuicultura española se presenta como un método responsable y seguro para la obtención de pescado fresco y de calidad. España cumple unos estándares de calidad muy elevados, una de las normativas más estrictas a nivel europeo, lo que hace que la calidad de sus productos y el cultivo de nuestros peces sea exquisita.
Por último, como ya vaticinaba el propio Jacques Cousteau, gran defensor de los ecosistemas marinos: “Debemos dejar de ser cazadores en el mar para pasar a ser agricultores y granjeros. Porque eso es la civilización”.
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