Pedro Martínez. Gerente de ANCOPORC
Este año ha sido totalmente atípico en el sector. Empezamos el año 2020 con unos precios increíbles, pero hemos acabado como empezamos el 2019. En la semana 1 del año 2019 el lechón estaba a 38,5 €, el cerdo de cebo cotizaba a 1,036 €/kg y el desvieje a 0,43 €/kg; irónicamente en la semana 50 del año 2020 nos encontramos con unos precios parecidos, los cerdos de cebo cotizan a 1,098 €/kg, 6,2 céntimos más que la semana 1 del año pasado y un desvieje por el suelo de 0,36 € con una diferencia invertida respecto al cerdo de cebo, es decir de menos 6 céntimos respecto al inicio del año 2019; los lechones se encuentran a 39,5 €, al alza gracias a la demanda China y a la necesidad que los animales con este destino deban ser nacidos, criados y sacrificados en España.
En esta igualdad de precios entre inicio de 2019 y final de 2020, vivimos unas cotizaciones máximas en la semana 10 del año 2020, con lechones a 70,5 €, cerdos a 1,540 €/kg y un desvieje a 0,91 €/kg. Una situación que todo el mundo creía propicia para vaticinar que el año 2020 auguraría buenas cotizaciones en su transcurso, algo que ha estado muy lejos de la realidad.
El motivo de que el año 2021 se inicie igual que el 2019 es debido a dos eventos que bien conoce todo el mundo del sector. El primero la crisis sanitaria del SARS-CoV-2 que hizo que al Gobierno iniciara un Estado de Alarma el 8 de marzo (semana 11 de mercado), que obligo a confinar a la población, a restringir su movilidad y cerrar el canal HORECA. En este intervalo de tiempo los precios de las principales lonjas nacionales bajaron 28 céntimos en cerdos de cebo, 45 céntimos en cerdas de desvieje y 35,5 € en los lechones. El sector porcino de capa blanca compenso parte de la debacle con el incremento de consumo en hogares y sobre todo por el aumento de las exportaciones a China que ascendieron un 28% de media los meses de marzo, abril, mayo y junio respecto al mes de febrero; exportando una media de 130.000 toneladas/mes, lo que ascendió a un total de 523.000 toneladas de carne con destino al gigante asiático. El trabajo realizado por el sector para mantener la producción y abastecer a la población fue brutal por el incremento de las medidas preventivas de contagio y por lidiar con los casos positivos de coronavirus entre los trabajadores por las obligadas cuarentenas.
El segundo evento fue la peste porcina africana en Alemania que declaró su primer foco el 10 de septiembre (semana 37 de mercado). Su anuncio provoco una bajada de precios de 20 céntimos en el cerdo de cebo alemán y de 12 € en su lechón, repitiendo precios hasta la semana 46 para luego volver a materializar un descenso de 8 céntimos en cerdo de cebo en la semana 47 y 5 € en los lechones en la semana 48. La bajada de precios alemán junto a la retirada de permisos para la exportación a mercados como el de China provoco un excedente de carne alemana que irrumpió con precios muy competitivos en el mercado europeo colapsándolo y provocando la caída de las cotizaciones de los principales productores europeos, unos la misma semana 37 y otros más tarde. La cotización española fue la que más tardo en resentirse, materializándose su primer descenso en la semana 42 hasta la actual semana 51 que continua a la baja con una acumulación de – 20 céntimos, marcando un precio de 1,010 €/kg.
De todos estos vaivenes de precios solo ha salido una cosa buena que es la subida de precio del lechón nacional, desde la semana 42 siempre ha cotizado al alza con un incremento de +9,5 € hasta la semana 50 de 2020, dejando el precio de nuestro lechón por encima del holandés.
El próximo 2021 se inicia esperando el comportamiento de China que está trabajando para recuperar su producción, evidenciado por el incremento de su cabaña y en el anuncio por parte de La Comisión Reguladora de Valores de China para iniciar el 8 de enero de 2021 el mercado de futuros para el cerdo vivo. Aun así, china seguirá necesitando importar carne de cerdo durante varios años. Además, esperemos que la crisis del Covid-19 termine de dar sus últimos coletazos en el próximo año para que todo el canal HORECA vuelva a su actividad prepandemia y contribuya a la recuperación económica de la cual todos dependemos.
En el 2021 el sector debe mirar hacia delante y seguir avanzando en todo lo que supone mejorar en la sanidad animal como es la bioseguridad y prepararse para adaptarse a los futuros cambios normativos que se avecinan en bienestar animal, que puede ser que no se materialicen en 2021, pero que seguro se empiece ver un atisbo de lo que se avecinara.