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Aranceles a la aceituna, lo que está en juego

Antonio de Mora. Secretario general y portavoz de ASEMESA

En la imposición de los aranceles de EE.UU. a la importación de aceituna negra de España confluyeron varios factores que es interesante recordar. Por supuesto, uno es la pérdida de mercado de la industria californiana por la competencia de la española, otro el ambiente proteccionista de la Administración Trump y, finalmente, la inquina que EE.UU. ha tenido siempre a la Política Agraria Comunitaria porque considera que la UE ayuda en exceso a los agricultores.

El expresidente Trump creo el ambiente propicio y los californianos aprovecharon la oportunidad, pero la aversión de EE.UU. a la PAC es algo que viene de antiguo y sigue vigente, como se está poniendo de manifiesto en este caso.

Atendiendo a la solicitud del sector californiano, su Gobierno abrió tres investigaciones paralelas para determinar si la acusación contra la aceituna de España era verdad y, por supuesto, tras varios meses de investigación abusiva que la UE permitió, EE.UU. concluyó que la acusación de los californianos era correcta, es decir, que las ayudas de la PAC que reciben los olivareros de aceituna de mesa no son conformes con las normas de la OMC porque son específicas, es decir, son ilegales. Sostienen que ello es así porque las ayudas actuales están calculadas en base a las que se concedían en los regímenes anteriores a las reformas de la PAC. Primero defendían que eran específicas de derecho, y cuando la OMC les ha quitado la razón, ahora dicen que lo son de hecho.

La acusación del sector californiano asumida por el Gobierno de EE.UU. es que la industria española les causa daño porque hace dumping, es decir, vende a precios injustos gracias a las ayudas de la PAC que son ilegales. Para poder imponer los aranceles, según la Ley americana, se tenían que cumplir las tres condiciones: que hubiera daño, que hubiera dumping y que las ayudas fueran ilegales y, claro, esas fueron las conclusiones de las investigaciones.

El paso siguiente fue la aplicación de la Ley de Comercio de EE.UU. de 1930, que les permite atribuir a la industria la ayuda recibida por los olivareros si se dan determinadas circunstancias, en concreto, que la demanda de aceituna cruda dependa de la demanda de aceituna transformada y que la fase de transformación industrial añada poco valor al producto final. Y, otra vez por supuesto, determinaron que se daban estas condiciones. El resultado, un arancel por dumping del 20% y otro por compensatorio de las subvenciones del 15%, total 35%.

Pero es muy importante tener en cuenta lo siguiente: aunque hubo tres investigaciones separadas, sobre daño, dumping y legalidad de las ayudas, la acusación es única y no hubiera podido prosperar si hubiera fallado alguno de los tres elementos. Esto es especialmente relevante porque desde nuestra Administración y desde la UE se nos dice que el asunto del dumping es cosa nuestra, separándolo del tema de las ayudas, y eso no es así porque se nos acusa de hacer dumping y causar daño por las ayudas supuestamente ilegales de la PAC. Si EE.UU. no hubiera podido cuestionar la legalidad de las ayudas, no habría habido daño, sino pérdida de mercado, y no habría habido dumping, sino competencia de la industria española por ser mucho más eficiente que la californiana.

Por tanto, no se pueden separar los elementos de la acusación como se está haciendo, porque sin ayudas supuestamente ilegales no había dumping ni daño. No es aceptable que la UE se lave las manos en esto también, como está haciendo en el apoyo económico. Ni un euro de ayuda por la pérdida de exportaciones -más de 170 millones de euros-, ni un euro para los gastos de defensa -más de 12 millones de euros-. Y de nuestra Administración nacional y autonómica casi lo mismo respecto a la ayuda económica, con la única excepción del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Finalmente, como venimos advirtiendo desde el principio, este asunto no concierne exclusivamente al sector de la aceituna, sino a todos los sectores agroalimentarios de la UE. Lo que ha hecho EE.UU. con la aceituna lo puede hacer cualquier país cuyos productos compitan con los europeos, porque todas las ayudas actuales de la PAC están calculadas igual que las de los olivareros de aceituna de mesa. Por ello, la UE tiene que cerrar cuanto antes esta amenaza que afecta a todo el sistema de ayudas de la PAC.

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