Jaume Bernis, responsable sectores ganaderos COAG
Copenhague no es Lorca, Estocolmo no es Alcarrás y Helsinki no es Utiel-Requena. En COAG somos conscientes de que la propuesta de reglamento de la Comisión Europea en sobre bienestar animal durante el transporte se basa en encontrar soluciones comunes y aplicables a los 27 estados miembro que conforman la Unión Europea. Sin embargo, esta propuesta no ha tenido en cuenta las características propias de cada Estado Miembro, ya sea la temperatura media anual, la red de carreteras e infraestructuras disponibles, el número de mataderos establecidos en cada país, los modelos de producción, la distribución de granjas y el tamaño de las mismas, entre otras particularidades.
Por ejemplo, no tiene sentido aplicar el mismo baremo en torno a la temperatura permitida para el transporte en un país de la zona mediterránea que en un país de la zona norte. Del mismo modo, no es lógico aplicar una misma restricción en torno a la duración del transporte en un país con óptimas conexiones de carreteras como en uno que depende de carreteras de un sólo carril y con múltiples zonas montañosas.
Por tanto, estos factores afectan, de manera significativa, en la aplicación del reglamento propuesto por lo que hemos pedimos a la Comisión Europeo que tenga en cuenta las peculiaridades de casa Estado comunitario. Del mismo modo, pedimos que se tengan en cuenta las repercusiones sociales, medioambientales y económicas derivadas de la aplicación de la propuesta.
Como ganadero puedo asegurar que los principales interesados en que los animales viajen en las mejores condiciones posibles somos nosotros, los ganaderos y ganaderas. No sólo porque es parte de nuestro trabajo diario, sino porque las repercusiones de cualquier daño derivado del transporte corren a cargo del productor.
La Comisión mantiene que su propuesta se basa en la ciencia a través de los diferentes análisis llevados a cabo por la EFSA, pero olvida una parte fundamental para poder llevar a cabo la correcta aplicación de la propuesta: la experiencia de los ganaderos, transportistas y veterinarios. Ellos tienen el conocimiento práctico, y si queremos conseguir normas efectivas y coherentes, es fundamental escuchar su voz. Por tanto, pedimos a las instituciones comunitarias que añadan este valioso conocimiento. Por otro lado, es fundamental que se recojan en todos los acuerdos comerciales bilaterales las mismas exigencias de producción y comercialización para todos los productos que entren y salgan de la UE, de lo contrario estaremos poniendo a los ganaderos europeos en una clara desventaja frente a las importaciones procedentes de terceros países.
En el dictamen que presenté el pasado viernes, 31 de mayo, en el Comité Económico y Social Europeo (CESE), proponemos soluciones coherentes y que sean eficientes a largo plazo, ya que, consideramos que lo propuesto por la Comisión no deja de ser un paquete de medidas a corto plazo que criminaliza al sector y pone una zancadilla más al ganadero europeo.
No nos podemos olvidar de que el actual modelo productivo establecido en la UE ha sido fruto de la propia legislación comunitaria, es por ello que nuestras soluciones intentan reorientar las restricciones propuestas por la Comisión y evidenciar que, si verdaderamente queremos un cambio, lo primero que debe de hacer la Comisión es dar facilidad para revertir el actual modelo de producción, potenciando la viabilidad económica y social de los mataderos y granjas locales.
En este sentido, consideramos que:
La Comisión pide reducir horas de viaje para transporte a matadero; Esto no tiene sentido si no se revierte la actual situación de cierre de mataderos locales. Estos mataderos están cerrando por no poder adaptarse a las exigencias sanitarias impuestas por la Comisión. Es decir, nos piden cumplir lo contrario a lo que están consiguiendo con sus actuales políticas.
La Comisión pide restringir los viajes a ciertas temperaturas. De hecho, cuando las temperaturas superen los 30grados solo se podrán llevar a cabo viajes nocturnos. Esto deja para países del SUR como Portugal, España, Italia, Grecia, Francia, entre otros, es catastrófico, ya que, obliga a los trabajadores (ganaderos, transportistas y veterinarios) a trabajar de noche, con las repercusiones que esta imposición tendrá en sus vidas (hablamos de conciliación personal y hablamos de salud mental).
Además, las fuentes estadísticas europeas afirman que la siniestralidad en horario nocturno se multiplica por 10, siendo un factor crítico para los transportistas. Por tanto, pedimos encarecidamente a la Comisión que legisle la temperatura del interior de la caja -con un baremo por especie y raza ganadera- no tiene sentido legislar la temperatura exterior.
La Comisión pide contar obligatoriamente con un veterinario en la carga de los animales. Esto es impracticable, ya que en la UE actualmente hay déficit de veterinarios, por lo que sería imposible llevar a cabo esta exigencia. Además, no tiene sentido llevar a cabo esta supervisión por parte de un veterinario cuando se cuenta con un sistema TRACES automatizado, que ya funciona en muchos países. Adicionalmente, proponemos a la Comisión que considere al transportista, al ganadero o a un tercero como figura competente cuando esté correctamente autorizado.
La Comisión propone aumentar el espacio por animal en la caja para mejorar su bienestar durante el viaje. Esto en según qué casos, sobre todo en los animales con mayor altura, es contraproducente ya que la experiencia de los profesionales del transporte y de los ganaderos señalan que esta diferencia de espacio puede facilitar el movimiento del ganado, y con ello el riesgo de sufrir caídas, golpes o lesiones. Esto se traduce en posibles pérdidas económicas para el ganadero.
Por otro lado, este aumento del espacio multiplicaría en un 3,5 el actual número de viajes, ya que la carga de animales disminuiría, lo que supondría un aumento de emisiones considerable, pasando de 116.300T de emisiones de CO2 a cerca de 407.000T. Estos datos nos lo proporcionan desde la Asociación Europea del Transporte “European Livestock Transport (ELT)”.
La Comisión propone modificar la aptitud para el transporte de los animales. Nosotros frente a esta exigencia pedimos que se haga un exhaustivo estudio de impacto, ya que, el sobrecoste que sufrirían muchas granjas para adaptar la estructura y el proceso actual al propuesto, las llevaría al cierre y cese de su actividad.
En definitiva, los ganaderos de COAG pedimos soluciones coherentes a largo plazo y estudios, más allá de los realizados por la EFSA, que recojan la experiencia de los profesionales del sector y que evidencien la viabilidad e impacto que las medidas propuestas tendrían sobre lo social, económico y medioambiental.