Muchas veces escuchamos o leemos sobre el “lobby agroalimentario”, su capacidad de influencia en los políticos y en los medios de comunicación, como un gran ente que es capaz de modificar la opinión de los que nos gobiernan y también, por ende, de la sociedad en general. Pero nada más lejos de la realidad. Las organizaciones de productores, las empresariales y todas las demás que rodean al sector hacen lo que pueden por ayudar a que sus empresas hagan cada día mejor su trabajo, la producción de alimentos de forma más sostenible, pero nada más, no existe un ente que tenga la capacidad de influir sobre los que legislan en materia de agroalimentación.
El sector agroalimentario es un sector muy importante que representa casi un 10% del PIB, según los últimos datos disponibles (2020), y que mueve gran parte de la economía de nuestro país. Sin embargo, no existe un único grupo de presión que influya sobre lo que afecta al modelo productivo actual y futuro de alimentos. Y lo digo porque leyendo una noticia de hace unos días me di cuenta de cómo se forja un lobby real y fuerte, en este caso en el sector de la aviación.
Supongo que no hay una, habrá varias asociaciones empresariales que defienden los intereses del sector de la aviación y, sin embargo, hace unos días leí que AENA y Air Europa, dos empresas gigantes de recursos muy importantes se unían al ‘lobby’ contra el plan de Bruselas por la aviación verde. Y pensé, esto sí que tiene pinta de ser un ‘lobby’como Dios manda y no lo que dicen algunas de las ONG que atacan a los productores de alimentos que hablan del‘lobby agroalimentario’. No quiero ni pensar el presupuesto del que dispondrá esta gente, que me imagino que tiene por objetivo defender a las compañías de aviación de la contaminación de su actividad.
En concreto, este consorcio lo componen 20 aerolíneas europeas que han lanzado la plataforma Aviaton Alliance, con el objetivo de impulsar un paquete climático que no reduzca la competitividad del mercado europeo. En definitiva, no es que no acepten las medidas de la propuesta de la Comisión Europea (CE), si no que no comparten la idea de cómo se plantean y van a tratar de argumentar para que se tenga en cuenta su situación actual, la tecnología existente, la futura y todas estas cuestiones que todos pensaríamos, digo yo….
La plataforma está vinculada al programa 'Fitfor 55' de la CE para reducir la emisión de gases de efecto invernadero en un 55% de aquí a 2030, pero es que dentro de este programa hay algunas cuestiones que también van a afectar a la producción de alimentos y no veo yo que haya un lobby europeo que, de forma unida y con presupuesto suficiente, argumente y defienda los intereses del sector allí donde se va a jugar el partido, Bruselas.
Seamos realistas y digámoslo a los cuatro vientos para que, por lo menos, eso llegue a la sociedad: por ahora el ‘lobby agroalimentario’ no existe porque ni el sector está unido ni tiene presupuesto para ello. Podemos y debemos decir que el sector ya está trabajando duro para conseguir adaptarse a las medidas de la agenda 2030 y reducir las emisiones, más que por tratar de conseguir que la CE rebaje sus pretensiones, por ejemplo, de su estrategia de la granja a la mesa, pero parece que esto no es suficiente.
Si queremos de verdad una defensa en serio de los intereses de los productores de alimentos, deberíamos tener una visión panorámica de la situación y comenzar a unir fuerzas para que la voz del sector europeo se escuche más fuerte, y eso lo podemos hacer empezando por España, uniendo los intereses de todos y mostrando a los europeos que se puede y se debe de hacer.