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La situación actual del sector: COVID-19 y perspectivas de futuro

Juan Manuel Vieites. Secretario General de Anfaco-Cecopesca

La producción agrícola, ganadera y acuícola, así como la actividad pesquera, la transformación de productos agrarios y pesqueros, el transporte y la distribución de alimentos, así como su comercialización a través de la venta minorista al consumidor, forman la cadena de abastecimiento alimentario cuya actividad debe estar garantizada en cualquier situación dado que se trata de una actividad esencial, un servicio básico y fundamental para la población.

La importancia de industria de las conservas de pescado y marisco, de manera más específica, se acrecienta por las particulares características de este producto que lo han convertido en un aliado de los hogares españoles en este periodo de alarma mundial. Así, en momentos concretos, como la semana 11 del año (del 9 al 15 de marzo), que finalizó con la declaración del estado de alama y en la que ha podido haber temor por el aprovisionamiento, se produjeron notables incrementos del volumen de compra de conservas de pescado y marisco. En esa semana, según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación la compra de estos productos experimentó un incremento del 82%, situándose en el top-10 de los principales productos de alimentación adquiridos por los hogares españoles.

El análisis de los datos en semanas posteriores, por su parte, permite establecer que los hogares españoles han ido estabilizando sus compras, gestionando el acopio del producto adquirido durante las primeras semanas del estado de alarma. En la categoría de conservas, tras la gran compra efectuada por los hogares españoles en la semana 11 del año, siguieron unas semanas de estabilización, registrando nuevos incrementos con respecto a las mismas semanas del año anterior a partir de la semana 15 de año.  Cabe destacar que en las últimas semanas de mayo se registran nuevos aumentos en la compra de conservas de pescado por parte de los hogares españoles con respecto a las mismas semanas de 2019. Estos incrementos se sitúan por encima de la media del total de la alimentación.

En el siguiente gráfico se puede ver la evolución que ha tenido la compra de conservas de pescado y marisco a lo largo de las semanas 11 a 19 del año en comparación con el mismo periodo del año 2019.

Si analizamos los datos relativos a las exportaciones de conservas y preparados de pescado y marisco durante los meses de enero a junio de 2020, vemos que se incrementaron un 17,07% en volumen y un 13,91% en valor con respecto al mismo periodo del año anterior, alcanzando un volumen total de 121.978 toneladas y con un valor de 577.126 miles de euros.

El principal producto exportado son las conservas de atún, que representan el 60% en volumen y 66% en valor del total de las exportaciones españolas de conservas, preparaciones y semiconservas de pescado y marisco del primer semestre de 2020. El conjunto de la categoría incrementa un 17% en volumen con respecto al año anterior. A excepción de las conservas de atún listado, el resto de productos de atún en conserva experimentan un incremento.

Con respecto al destino de las exportaciones de enero a junio de 2020, los principales países compradores de conservas, preparados y semiconservas de pesado y mariscos en función del volumen exportado, han sido Francia, Italia, Portugal, Países Bajos, Reino Unido, Alemania, Bélgica  y Estados Unidos.

La industria conservera y transformadora de pescado y marisco ha trabajado y continúa trabajando bajo estrictas medidas de seguridad e higiene para poder abastecer al mercado de un producto esencial y presente en la compra de nuestros hogares. Sin embargo, esto no ha sido una tarea fácil entre otras cosas, por las restricciones que ha habido a lo largo de estos meses en la actividad económica, en la movilidad y en los servicios de transportes por el cierre de las fronteras, factor que ha afectado de manera considerable al sector mar-alimentario ya que éste está altamente internacionalizado, con cadenas de aprovisionamiento globales y unas relaciones comerciales que dependen, necesariamente, del comercio internacional.

Si bien la conserva de pescados y mariscos ha sido un producto estrella que han buscado todos los consumidores por su carácter no perecedero, debemos ser conscientes de que vivimos tiempos de incertidumbre, con resultados desiguales, tanto para los productos, pescados frente a mariscos, como en los canales de venta o los mercados objetivo. Si bien las previsiones económicas dependen de la evolución de la pandemia y sus rebrotes, los escenarios no son del todo favorables a nivel sectorial, existiendo empresas focalizadas al canal HORECA o Gourmet Delicatessen que se han visto abocadas a la solicitud de ERTE mientras que la disminución del poder adquisitivo de los consumidores podrá derivar en un traspaso de decisión de compra hacia otros alimentos más económicos, y relegando a otros. Y eso, pese a que los productos pesqueros, con especial relevancia de la conserva de atún, son productos con una relación calidad-precio indiscutible. Por lo tanto, la realidad invita a ser prudentes y mantener una posición cauta con relación a la evolución de los próximos meses y el resultado final de un año impredecible.

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