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Menos explotaciones agrarias, más especializadas y de mayor dimensión. El Censo agrario

Ricardo Migueláñez. @Rmiguelanez

El 4 de mayo pasado, responsables del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) presentaron el Censo Agrario 2020, relativo a las estadísticas integradas sobre explotaciones agrícolas, que establece el marco para el análisis de la estructura de estas, entre otros aspectos agroambientales.

Como es conocido, este censo se realiza cada 10 años (el último fue el de 2019) y es una prioridad tanto para el Sistema Estadístico Europeo como para España, al tratarse de una herramienta fundamental para examinar las principales características estructurales de las explotaciones agrícolas y su evolución en el tiempo, a efectos de la toma de decisiones para la formulación y seguimiento de la PAC y en materia de política agraria en general.  

También es relevante para adoptar decisiones en políticas medioambientales y permite dar seguimiento a algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, y para medir el impacto de  políticas sobre la mano de obra femenina en las explotaciones agrícolas, de la agricultura ecológica, el desarrollo rural, etc.

En el mismo han trabajado durante los últimos cinco años el INE, en colaboración con el MAPA, el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) y la empresa pública Tragsatec.

A nivel nacional, se constituye como la base informativa fundamental para ejecutar la mayor parte de las operaciones estadísticas en el ámbito agrario y la elaboración de las cuentas económicas de la agricultura.

Tras este preámbulo necesario, cabe destacar que los datos obtenidos del Censo Agrario 2020 siguen mostrando una tendencia a la especialización de las explotaciones agrarias; al aumento del tamaño medio de la Superficie Agrícola Utilizada (SAU) y de las Unidades Ganaderas (UGT) de las mismas, y a una mayor gestión por personalidades jurídicas frente a las físicas.

En este contexto, existen algunas evidencias que se han ido constatando durante el tiempo transcurrido de un censo a otro, como la reducción progresiva del número total de explotaciones agrícolas en la última década, disminuyendo en 74.925 (-7,57%), aunque no de forma homogénea en todos los tamaños de explotaciones.

En su descenso, se mantienen más o menos constante respecto a la media nacional las explotaciones de dimensión intermedia, apreciándose un ligero incremento en el tramo superior, en las de más de 100 ha de SAU, que pasan de 51.186 ha (2009) a 55.703 (2020), un 8,82% y 4.517 explotaciones más. También suben, aunque pueda sorprender, las explotaciones de menos de 1 ha, de 104.142 (2009) a 148.319 (2020), en un  42,42% y de 44.177 ha,  que el INE achaca, entre otras cosas, a los cambios de umbrales de un censo a otro.

Casi todas las CC.AA. reducen su número de explotaciones agrícolas, salvo Andalucía y La Rioja, siendo esta reducción más intensa en Cantabria, mientras que la SAU disminuye también en casi todas ellas, pero de forma más suave, aunque creciendo en las 3 CC.AA. (Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura) que cuentan con mayor número de explotaciones, lo que  contribuye a que el saldo sea positivo en el total nacional, al pasar de 23.752.688 ha (2009) a 23.913.683 ha (2020), con un leve aumento del 0,68%, con una media por explotación, que crece un 8,92%, desde 24 ha (2009) a 26,14 ha (2020), pero con claras diferencias regionales (en el Sur peninsular y en Canarias el tamaño predominante de las explotaciones es inferior al de la mitad Norte del país).

La tierra arable aumenta su SAU un 3,7% entre 2009 y 2020, hasta casi 11,56 millones de hectáreas, concentrando cerca de la mitad (48,9%) de esta superficie al aire libre, mientras que, por el contrario, los pastos permanentes disminuyen un 10,1%, hasta 7,53 millones de hectáreas, un 31,6% de la SAU al aire libre total.

Los cultivos leñosos aumentan su SAU un 14% y cuentan con 511.762 explotaciones, el 55,9% del total, según la distribución por su Orientación Técnico-Económicas (OTE), y un 19,5% de la SAU total al aire libre. Dentro de estos cultivos, el olivar, con algo más de 2,64 millones de hectáreas de SAU, crece un 14,4% en esta última década;  los frutales, un 23,8%, con más de 1,28 millones de hectáreas; el viñedo, un 0,9%, con 860.024 ha SAU, y otros cultivos leñosos, un 19,8%, con 48.741 hectáreas.

Los huertos reducen su presencia en la SAU total un 10,5% en esta última década, bajando hasta 2.347 hectáreas, mientras que los invernaderos crecen un 42,1% en  su SAU, pasando de 45.700 a 64.925 hectáreas.

Régimen de tenencia

Al analizar la estructura de las explotaciones según su régimen de tenencia, se observa que a nivel nacional la propiedad es más frecuente cuando éstas son más pequeñas. Por el contrario, conforme aumenta su tamaño, también es mayor el porcentaje de arrendamiento y se da con mayor frecuencia el régimen comunal.

Por ejemplo, en explotaciones de menos de 1 ha, la propiedad representa el 85,27% del total; el arrendamiento, el 7,27% y el sistema comunal (tierras comunales) y otros regímenes de tenencia (aparcería, cesión gratuita, fideicomiso en litigo, en precario…) el 7,46% restante.

En el otro extremo, en explotaciones de 100 o más hectáreas, la propiedad representa el 42,53% del total; el arrendamiento el 36,49%; el sistema comunal, el 15,22% y el resto de regímenes, el 5,76% del total.

En relación con la personalidad jurídica de los titulares de explotación agraria, en el nuevo Censo se observa una progresiva profesionalización de la gestión empresarial a medida que son de mayor tamaño. En las explotaciones más grandes, las sociedades mercantiles son más frecuentes, en detrimento de la situación habitual, en la que el Jefe de Explotación y el Titular de la misma confluyen en una misma persona.

En un 89,59% de las explotaciones de menos de 1 ha estamos ante una persona física, titular y jefe de la explotación, frente al 6,93% de persona física cuyo jefe no es el titular de explotación, mientras que el restante 9,48% se distribuye en titularidad compartida (cónyuge o familiar no cónyuge), sociedades mercantiles u otra condición jurídica.

En explotaciones de igual o más de 100 ha, en un 69,31% es persona física, donde coinciden jefe de explotación y titular de la misma; un 14,3% es una sociedad mercantil y en un 9,5% se observa otra condición jurídica. El 6,9% restante se distribuye en persona física-jefe, cuyo titular es otro y en titularidad compartida con cónyuge u otro familiar.

Ganadería  

Desde el anterior censo de 2009, la evolución del número de animales ha sido diferente según especies y tipo de explotación. En bovino, en general, creció el número de cabezas, aunque en vacas lecheras ha sido muy suave. En total, el número de cabezas en esta especie aumentó un 15,7%, mientras que el de explotaciones bajó un 19%, quedando en 90.557 en 2020.

En vacas (lecheras, nodriza, carne), el aumento fue del 2,55%, hasta 2.945.473 cabezas, y en otros bovinos (terneros, añojos de cebo…etc.) se creció un 27,61%, hasta 3.924.918 cabezas.

El mayor número de bovinos se concentraba en 2020 en Castilla y León (1,5 millones de cabezas), seguido de Galicia (995.000) y Extremadura (889.000).

En ovinos, hubo un leve descenso del 3,41% (16.009.410 cabezas), reduciéndose el número de explotaciones un 11,4% (61.131), mientras que en caprinos se constató en esta última década un notable aumento del 12,92% (2.668.891 cabezas), con una leve caída del número de explotaciones del 2,4% (29.155).  

Extremadura concentró 3,8 millones de cabezas de ovino, seguido de Castilla y León (2,7 millones) y Andalucía (2,6 millones), mientras que en caprinos Andalucía lidera, con 1,1 millones de cabezas, seguido de Castilla-La Mancha (392.000) y Extremadura (269.000).

En aves, creció la producción de pollos de engorde, mientras que el número de ponedoras disminuyó ligeramente, observándose también un retroceso notable para el resto de aves de corral. En conjunto, el número de unidades aumentó un 5,3%, hasta 211.580.762, pero con un descenso del 80,5% en el de explotaciones, quedando en 18.883.

Cataluña contaba en 2020, con la mayor cabaña de aves de corral, con 42,5 millones de cabezas), seguido de Castilla-La Mancha (26,8 millones) y Galicia (24,8 millones).

El sector porcino experimentó en esta última década un importante crecimiento en el número de animales, con alzas del 21,8% (30.091.215), pero con una disminución de las granjas a la mitad (-50,3%), con 34.673, indicativa, al igual que en aves de corral, de un proceso imparable de concentración de cría intensiva e integración industrial, frente a la fuerte disminución de las pequeñas y medianas explotaciones de tipo familiar.

Cataluña contaba en 2020 con 8,2 millones de cabezas porcinas, seguido de Castilla y León (4,4 millones) y Aragón (4,1 millones).

Por último, en el sector cunícola hubo importantes descensos tanto en número de efectivos, con un recorte del 29,2% (771.274 en 2020), como de granjas, un 88,7% menos en este periodo, quedando apenas 2.808, con Castilla y León liderando (190.000 cabezas), seguido de Cataluña (138.000) y Galicia (118.000).

Según la clasificación por Unidades Ganaderas Totales (UGT), donde se valora la importancia de cada especie sobre la producción ganadera total, nuestro país contaba en 2020 con 16.565.205 UGT, con el sector porcino a la cabeza, con 8.139.797 UGT (49,14% del total), seguido del bovino, con 4.500.807 UGT (27,17% del total); aves de corral, con 2.031.346 UGT (12,32%); ovino, con 1.600.941 UGT (9,66%); caprino, con 266.889 UGT (1,61%), y cunícola (conejas madres), con 15.425 UGT (0,09%).

SAU Ecológica

La SAU ecológica es aquella en la que se utilizan métodos de producción de agricultura ecológica, conformes con las normas y reglas específicas comunitarias (Reglamento (CE) 834/2007 o Reglamento (UE) 2018/848), así como las correspondientes normas de ejecución nacionales aplicables a este tipo de cultivo, incluso durante el periodo de conversión.

Según el Censo Agrario 2020, la superficie ecológica en España alcanzó 1.871.529 hectáreas en ese año, casi el 8% de la SAU total del país, experimentando un incremento exponencial desde el anterior censo y, muy especialmente, durante el último lustro, aumentando su peso relativo respecto a la SAU total.

En el Censo Agrario 2009, la superficie ecológica abarcaba 525.914 hectáreas, apenas un 2,21% de la SAU total. En la fase intermedia (Encuesta de Explotaciones Agrarias de 2016) ascendió ya a 857.981 ha, equivalente al 3,69% de la SAU total, y  en el Censo de 2020 era de 1.871.529 ha, un 7,83% del total. Es decir, más que se doblaba (+118,1%) respecto a la EEA de 2016, con 1.013.548 ha más, aumentando un 256,5% y en 1.345.615 ha más respecto al Censo de 2019.

Un 41,69% de esta superficie ecológica estaba conformada en 2020 por pastos; un 29,94% por cultivos leñosos; un 28,09% por cultivos herbáceos y un 0,29% por invernaderos.

Jefes de Explotación

El titular de explotación es la persona física o jurídica, propietaria o arrendataria, que asume la responsabilidad legal y económica de una explotación, y la toma de las decisiones.

El Jefe de Explotación, por su parte, es la persona física responsable de las actividades financieras y de producción, corrientes y cotidianas de la explotación agrícola. En general, coincide con el titular de la explotación cuando éste es persona física, pero también puede ser un miembro de la familia del titular u otra persona asalariada.

En 2020, el número total de jefes de explotación disminuyó un 7,6%, hasta 914.871, indicativo también de que la gestión de las explotaciones agrarias por parte de personas jurídicas va en aumento. Mientras que el de mujeres-jefas aumentó un 22% en esta última década, representando un 28,6% del total, con 261.634, el de hombres-jefes disminuyó un 15,8%, hasta 653.237, un 71,4% del total, con disparidades según regiones y tipo de explotación.

Esta evolución no esconde, sin embargo, que el peso relativo del jefe de explotación en cada intervalo de edad sigue una distribución creciente (es decir, es mayor el porcentaje cuanto mayor es la edad del titular de explotación), confirmando así el envejecimiento del campo español y su falta de renovación.

La mayoría de las zonas presentan porcentajes bajos de jóvenes que son jefes de explotación y ninguna de las comarcas españolas alcanza el 40% de aquellos con menos de 45 años de edad.

En el tramo de menos de 25 años de edad, un 78,81% de los jefes de explotación son hombres y el 21,19%, mujeres; de 35 a 44 años; un 74,71% son hombres y 25,29% mujeres, y de 55 a 64 años, un 69,77%, hombres, y un 30,23%, mujeres.

Lo mismo pasa con las mujeres-jefas de explotación. En la gran mayoría de los territorios su presencia sigue siendo muy inferior a la de los hombres. Galicia es la que cuenta con porcentajes mayores (48% del total) e incluso en alguna de sus comarcas ya hay más féminas como jefas de explotación, que hombres en esta función.

También es más elevada la presencia femenina como jefa de explotación en Asturias (44,5%), Cantabria (33,5%) y Andalucía (29%) respecto a la media nacional del 28,6%, estando el resto de CC.AA. por debajo de la misma y a la cola las CC.AA. Foral de Navarra (19,3%); La Rioja (21,2%) y Aragón (21,4%).

Mano de obra

La progresiva mecanización y modernización de ciertas tareas en las explotaciones agrarias llevó a que en esta última década se redujera también la mano de obra en un 7,7%, hasta 851.405 Unidades de Trabajo anual total (UTAt) a tiempo completo. Mientras que la mano de obra del titular descendió un 3,7%, hasta 318.520 UTA, la desempeñada por los familiares del titular de explotación se redujo prácticamente a la mitad, con 116.828 UTA.

Por el contrario, la mano de obra contratada aumentó un 16,3% entre 2009 y 2020, con 378.392 UTA, y la subcontratada un 13,9%, con 37.665 UTA.

Para finalizar algunos apuntes más: el presidente del INE, Juan Manuel Rodríguez Póo, calificó el Censo Agrario 2020 como “histórico” y “puntero” en la Unión Europea, y avanzó que la actualización de sus principales variables se realizará, a partir de ahora, de forma continua cada año.

Entre las novedades de esta estadística, el INE destacó como novedades la información no solo por municipios, provincias y CC.AA., sino también por comarcas agrarias. Además, la consulta se facilita con la incorporación de un atlas visual y de monográficos, con mapas interactivos, que muestran una radiografía del sector agropecuario español, gracias a las 186 variables censales de información con la que cuenta y que permite al usuario hacer sus propias comparativas

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