En el mercado alimentario de la UE coexisten diferentes sistemas de etiquetado de alimentos para informar y tranquilizar a los clientes sobre las diferentes características de calidad de los productos alimenticios.
No existe una etiqueta paneuropea de alimentos para el bienestar animal, pero algunos países como Alemania, Dinamarca y el Reino Unido tienen algunas etiquetas nacionales específicas de productos.
Muchos consumidores valoran los sistemas de etiquetado regulados por la legislación de la UE, como los productos ecológicos, el etiquetado DOP y los paneles de información nutricional. El etiquetado es una señal importante para los consumidores, ya que ayuda a comunicar información sobre un producto o proceso de producción.
En la formulación de políticas, el papel de las etiquetas en la mejora del bienestar animal ha atraído una atención considerable.
La mayoría de los experimentos locales y nacionales con el etiquetado de bienestar animal tienden a ser binarios, lo que indica si un producto se ha producido de acuerdo con estándares favorables al bienestar. Sin embargo, muchas cualidades intermedias no pueden representarse mediante etiquetas binarias, lo que convierte a estos experimentos en un fracaso del mercado y en una zona prohibida para muchos agricultores. En este sentido, los experimentos de etiquetado multinivel parecen más prometedores, ya que pueden mostrar explícitamente diferentes estándares de proceso para diferentes productos. Se necesitan más pruebas para evaluar la respuesta de los consumidores y la comprensión de estos esquemas.
Por otro lado, muchas etiquetas bien establecidas ya incluyen normas de bienestar animal en sus especificaciones sobre las condiciones de transporte o sacrificio.
Sobre la base de los ejemplos que ya existen en el mercado de la UE en algunos Estados miembros, como Alemania, el objetivo de la etiqueta de bienestar animal sería informar al consumidor sobre qué productos van más allá de las normas legales. En el caso de los productos porcinos, por ejemplo, Alemania tiene una etiqueta que tiene en cuenta las condiciones de las instalaciones en las que nacen los lechones, la duración de la lactancia, si se castran y cómo, la formación del ganadero en materia de bienestar animal, el transporte al matadero, los métodos y el bienestar de estas instalaciones y cómo van más allá de los requisitos de las normas legales.
En agosto de 2023, Alemania allanó el camino para una etiqueta estatal obligatoria de cría de animales para proporcionar transparencia y claridad sobre cómo se crían los animales y permitir a los consumidores tomar decisiones de compra informadas.
La etiqueta distinguirá entre cinco métodos de cría: alojamiento interior, interior y espacio adicional, interior con aire fresco, carreras al aire libre y al aire libre en pastos, y orgánico.
La etiqueta se aplicó inicialmente a los productos porcinos, a los que siguieron otros productos cárnicos frescos en una fase posterior. En general, el sistema alemán de etiquetado de bienestar animal se considera un paso hacia una mayor transparencia para los consumidores y mejores normas de bienestar animal.
Por otro lado, Dinamarca desarrolló en 2017 un sistema de puntuación de ‘Corazones’, que va del uno al tres, dependiendo del nivel de bienestar animal aplicado a la producción de carne de cerdo, que posteriormente se amplió al pollo, la carne de vacuno y los productos lácteos. Los requisitos para obtener más de un corazón en la etiqueta dependen principalmente del espacio disponible para los animales o de las condiciones de producción, es decir, producción al aire libre y un máximo de 8 horas de transporte. Los requisitos básicos para el ganado vacuno de carne y leche son la ausencia de sacrificio de terneros, la necesidad de tiempo entre el ternero y la vaca, la mejora de las condiciones de alojamiento y la reducción del tiempo de transporte.
La Comisión Europea todavía está desarrollando los indicadores armonizados de riesgo para el bienestar animal de la UE, y todavía no existe una definición común a escala de la UE de lo que significa e implica el «bienestar animal» en términos de prácticas. El sector ganadero europeo participa en todos los debates sobre esta cuestión y espera que se propongan definiciones claras que tengan en cuenta los diferentes factores.
Desde la década de 1980, la UE cuenta con legislación para garantizar el bienestar animal en la producción europea de alimentos. Muchas iniciativas dentro de la cadena de suministro de alimentos también responden a las demandas de los consumidores de mejorar el bienestar animal. Las etiquetas de calidad existentes, por ejemplo, incorporan nuevos elementos en sus especificaciones, mientras que las etiquetas de bienestar animal experimentan con el interés de los consumidores por estos productos.
Pero la pregunta sigue siendo: ¿Cómo podemos distinguir las normas de bienestar animal de los métodos de producción cuando, en la UE, el bienestar animal siempre debe respetarse en cualquier sistema de cría?