Una nueva forma de negociar legislaciones

Ricardo Migueláñez. @Rmiguelanez

Hace poco escuchaba a gente muy experta en nuestro sector decir que, sin darnos cuenta, todos estamos de acuerdo en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y mejorar lo que hacemos, siempre que se pueda. Y el objetivo creo que lo tenemos claro: satisfacer las necesidades del consumidor, pero que no nos digan cómo tenemos que hacerlo, sobre todo si no tienen ni idea de la realidad productiva de toda la cadena alimentaria.

Y es que eso es lo que el sector lleva aguantando mucho tiempo. Desde la Comisión Europea y el Parlamento llegan cada vez nuevas normas que se añaden a las ya existentes y, si ya son difíciles de cumplir, las nuevas siempre son un poco más inalcanzables.

Algunos dirán que es tarde, o que no podremos ‘vencer’ a la legislación, pero se equivocan, y el mejor ejemplo es Alemania. La retirada histórica del reglamento de fitosanitarios tiene que servir al sector y también a la Administración Pública nacional como punto de partida para la futura regulación del sector. Si una futura propuesta de norma no sirve, pues que se retire y punto, y eso es lo que tienen que pedir de forma conjunta el sistema alimentario español y nuestros reguladores.

Creo que es hora de plantar cara y hacer entender que se está pidiendo algo que no aporta nada y que es muy difícil y costoso de cumplir. Nunca se había producido esta situación que ha vivido la propuesta de  Reglamento, y quizás esta primera ocasión pueda significar, si las organizaciones europeas se mantienen firmes a partir de ahora, siempre que nos planteen “imposibles", un cambio en la forma de hacer política por parte de la CE y del Parlamento, que, influenciado por los lobbys, debería concienciarse un poco más con el sector.

Ya está bien de la tiranía de unos pocos que no basan sus exigencias en el rigor científico y a los que les suelen dar la razón y “el sector se tenga que bajar los pantalones”. Creo que las organizaciones no deben seguir accediendo a peticiones infundadas o locuras y dando su conformidad para hacerlo aunque a cambio nos prometan financiación y un largo periodo transitorio, porque al final la financiación siempre es insuficiente, y el periodo transitorio, por largo que sea, siempre llega.

La profesionalización del sector ha de mostrarse también en la forma de hacer lobby y comunicar, como estamos haciendo con la campaña ‘Si yo no produzco, tú no comes’, a través de la que poder mostrar estas cuestiones a las sociedad y lo que les puede representar a nivel de costes y sobre todo precios.

En definitiva, dejemos de aceptar pulpo como animal de compañía.