Ángel Marqués Ávila. Periodista
Aunque la temporada suprema del tomate son los meses de agosto y septiembre, que son los meses de mayor esplendor de esta hortaliza peninsular, pero también hay este fruto, en las zonas más templadas del arco mediterráneo donde podemos encontrar variedades de gran calidad hasta diciembre.
Las variedades son casi infinitas (se calculan unas 10.000 en todo el mundo, pero cada pueblo, y casi cada hortelano, tiene las suyas), nosotros hemos destacado algunas de las mejores.
ROSA
La Sazón Sociedad Cooperativa de Huesca, es una de las que cultiva el tomate rosa, típico de esta zona del norte de España, que se caracteriza fundamentalmente por su tamaño y su color que, como su nombre indica, es rosado, que le hace especial. Nos apuntan que el tomate que producen, lo recogen en su óptimo momento de temporada, meses de agosto y septiembre, para que llegue al consumidor en su plenitud, se trata de un tomate dulce, carnoso y que un punto ligero de acidez. Aunque al ser una variedad muy cotizada se ha empezado a cultivar en invernaderos y zonas más cálidas de forma que la temporada se ha extendido. Desde esta cooperativa nos indican que esta variedad cada día esta mas demanda por parte del consumidor, y que ellos lo aprecian cada día pues venden sus productos directamente, aunque piden que se apoye al productor de la zona para que este producto se siga cultivando.
200 VARIEDADES
El agricultor Carlos Gil, además de ingeniero agrícola y experto en genética hortícola, quien cuenta con una colección de unas 900 variedades de tomates en su finca llamada la “huerta del lugar” , en la localidad zaragozana de la Almunia de Doña Godina, nos dice que "el mercado actual no está hecho para el pequeño agricultor". Sobre qué es lo mas más importante a la hora de elegir un buen tomate, Gil, nos declara que para " el horticultor es un reto el elegirlo. Hasta el momento no se podría decir que hay una estrategia perfecta: conozco colegas que con lo que más dinero ganan es con tomates tipo Jack, preciosos y uniformes a pesar que de sabor puedan ser muy flojos; hay otros que apuestan por productos tipo Óptima, por su rusticidad y resistencia y hay otros que buscan sabor a través de variedades más tradicionales. ¿Quién gana más dinero o a quién le va mejor? depende de muchas cosas."
Se declara un enamorado de la variedad de tomate "Zaragozano", sin duda porque gusta a todo el mundo, aunque económicamente deja mucho que desear y a nivel de mercado también. Sobre sus gustos y preferencias se muestra partidario del auténtico RAF "me parece también fantástico por su sabor y conservación". El Corazón de Buey centroeuropeo (por oposición al italiano, tipo Albenga, más uniforme y bonito) también es muy sobresaliente en gusto desde mi punto de vista, a pesar de una postcosecha muy delicada. Dorado de Tünle y Naranja Ruso creo que son también fantásticos en sabor y colorido, aunque de productividad y postcosecha tiene demasiadas pegas ambos, En rosas hay varios bastante sobresalientes (Aracena, Aretxabaleta, Acerete, etc.), pero no muy distintos del Rosa de Barbastro. Algunos “Morunos” manchegos o el Negro de Santiago gallego de los que pienso que no debieran dejarse fuera tampoco.
VALENCIANO
En la Comunitat Valenciana se dedicó en 2019 una superficie de 283 hectáreas al cultivo del tomate, según datos del Ministerio de Agricultura. El tomate valenciano es muy apreciado por su sabor inconfundible, el mejor del mundo según algunos expertos. Con forma irregular y un tamaño un poco más grande que el resto de tomates más dirigidos al circuito comercial de las grandes superficies, destaca por una piel fina, bastante jugo en su interior y un ombligo peculiar que depende del tipo que sea: las “femelles” suelen tener una hendidura en el centro mientras que los “mascles” son alargados y terminan en pico.
La temporada abarca desde finales de mayo hasta octubre, incluso más tarde. Para degustarlo mejor se recomienda su consumo cuando ya ha madurado en la mata. Es un ingrediente esencial en las ensaladas, bien acompañado con mojama o aceite de oliva y sal, o rellenos con arroz y atún. Sin duda, es el tomate de toda la vida, con sabor a tomate, el que demandan cada vez más los consumidores. Por ello, resulta tan importante incidir en la investigación para mejorar y potenciar su comercialización.
Los agricultores más veteranos de la huerta valenciana consideran el tomate valenciano como el autóctono, heredado de la cultura hortícola y con semillas guardadas de generación en generación. Su cultivo se remonta a un largo tiempo y, de hecho, no se entiende la despensa tradicional de verano sin su protagonismo. Sin embargo, estuvo al borde de la extinción no hace muchos años debido a la dura competencia que libra con los tomates híbridos modernos.
Frente a la mayor productividad de estos últimos, el tomate valenciano ha logrado consolidar una buena cuota de mercado gracias a su sabor, color y carnosidad. Año tras año va ganando más adeptos entre los aficionados a la gastronomía que encuentran en su aroma las características de un tomate como los de antes, con mucho sabor y una textura excepcional, nos apuntan desde AVA-ASAJA.
Cada vez son más los ciudadanos interesados en buscar aquellas hortalizas que les recuerdan el sabor de antes, aunque para ello tengan que visitar a los agricultores o comprar a través de portales de internet que, de este modo, van creciendo en número y ventas. No obstante, las hortalizas autóctonas y el tomate valenciano en particular tienen dificultades para conquistar nuevos mercados más ambiciosos. A la menor productividad respecto a otros tomates, hay que añadir la peor imagen exterior que suelen presentar los productos.
Con el objetivo de rescatar y superar estos inconvenientes con lo propio, sabiendo además que es intrínsecamente mejor, está en marcha un proyecto que pretende tipificar centenares de semillas de tomate valenciano aportadas por los agricultores, seleccionando las mejores, para aumentar su productividad, sin perder calidad, y su resistencia a las enfermedades. El programa podría conducir al registro de variedades para su conservación, promoción y la consecución del título de obtención vegetal.
NEGRO
En Galicia, el colectivo Xebre cultiva en la localidad coruñesa de Bergantiños, fundamentalmente la variedad autóctona el Negro de Santiago, tomate de forma acostillada y achatada, de tamaño mediano, de piel fina. De sabor muy intenso y pulpa carnosa, de sabor muy dulce, contiene gran cantidad de azúcar, más ácido y más jugoso que el resto de las variedades. Es una variedad para cultivos de verano de color entre rojo oscuro y verdoso.
Los miembros de esta cooperativa viven la profesión de horticultor de una de manera particular, nos explican que "nuestra forma de trabajar es muy de pequeño productor que vende a cliente final. En nuestro caso, este momento tan especial lo estamos llevando sin muchos problemas, quizás un poco mejor que antes aún. Nuestra filosofía es cuidar el medio y la salud de la gente, también tener una relación directa y de confianza con los clientes, digamos que de alguna manera, es volver a modelos pasados". Para este colectivo el tomate de calidad tiene que ser de piel muy fina, que no haya sufrido muchos manejos y de maduración rápida, por eso es importante para que el consumidor disfrute de un buen tomate que este producto vaya directamente de la huerta a la tienda o al cliente.
RAF
El tomate Raf es una variedad de tomate obtenido a partir de la selección artificial practicada sobre los tomates tradicionales que se plantaban al aire libre desde 1969. Su origen se encuentra en la Vega de Almería.
En los últimos años se ha desarrollado, a partir del RAF (que ya casi no queda) varias marcas comerciales que vienen a intentar tener ese sabor especial y a la vez tener producciones algo homogéneas para que tengamos algo de rentabilidad (Kumato, Pata Negra, Marmande, Delicia, Adora, etc.).
El raf es un tomate del tipo marmande que destaca por su sabor y textura nos dice Roque García, secretario de organización de UPA Almería, quien nos declara que "nosotros producimos tomate de huerta organizada bajo invernadero con control biológico y certificaciones de calidad".
Los consumidores que más lo aprecian son los centros europeos; que por su mayor poder adquisitivo también lo pagan mejor. En los últimos años, antes de pandemia, también hay que decir que en España el canal Horeca está apreciando y buscando nuestros productos.
Este directivo de esta organización agraria almeriense piensa "que la apertura del canal de restauración en España ha venido por ahí. Durante años hemos dejado en manos de los centros de distribución la selección de productos y creo que se está dando un cambio y cada consumidor cada día busca y selecciona, ahí es donde son muy necesarias las tiendas especializadas".
Entiende que el momento que está viviendo el horticultor en España " es bueno, si lo comparamos con otros sectores agrícolas o ganaderos. Pero sigue siendo un profesional mal valorado. Estamos hablando de un empresario social que genera mucha mano de obra, a aparte de la suya, que produce alimentos que a su vez sirven para equilibrar la balanza comercial: es ahí donde la profesión no está tan reconocida".
Sobre lo que es lo más importante a la hora de elegir un buen tomate, nos señala que "años atrás, era que durase mucho para la comercialización y que tuviese un color intenso. Sin embargo, en la actualidad es que a parte de las anteriores tenga un sabor intenso entre “fuerte” y dulce.
En todos los productos tenemos esa imagen bucólica de la huerta de los padres o del abuelo que se podía coger el tomate directo de la mata y te inundaba de aroma y sabor. Eso sigue existiendo, pero no está en la frutería ni en el centro comercial. Eso está en nuestras explotaciones y todo el mundo no puede ir directamente a comprar al campo. Si se quiere y se puede permitir pagar el porte, hoy por hoy, se puede tener en cuestión de 24 horas ese placer.