Verdú1, M., Pérez1, A., Bach2, A, y Devant2, M. 1Grup Alimentari Guissona, Guissona, España; 2Producció de Remugants, IRTA (Institut de Recerca i Tecnologies Agroalimentàries), Caldes de Montbui, España
Introducción
Una práctica habitual en cebaderos tras la llegada de los animales es configurar corrales uniformes en términos de peso vivo (PV), edad, condición corporal, etc., para minimizar la variabilidad en PV, ganancia media diaria (GMD) y consumo de concentrado entre animales de un mismo corral que podría surgir a lo largo de un cebo con el propósito de obtener corrales homogéneos en peso y calidad de canal. Se presupone que la formación de corrales homogéneos en PV podría mejorar los resultados productivos de un cebo sin perjudicar el comportamiento animal ni el estado de salud de los animales, especialmente en los corrales con menor PV, debido a la reducción de la competencia por el alimento. Así pues, el objetivo del presente estudio fue evaluar si la formación de lotes homogéneos en PV tras la llegada de los animales a cebadero es un buen criterio y tiene efectos positivos sobre los parámetros productivos y de canal, el comportamiento animal y el estado de salud.
Materiales y métodos
Un total de 160 terneros Frisones (162 ± 0,3 kg de PV y 124 ± 1,1 d de edad) fueron alojados en 8 corrales (20 animales por corral) con una media similar de PV, y fueron aleatoriamente asignados a uno de los dos tratamientos: homogeneidad del peso PV inicial que correspondía a un coeficiente de variación (CV) del PV dentro de corral del 7% (HO), y heterogeneidad con un CV del PV dentro de corral del 21% (HE; Figura 1).
Los corrales (12x6 m) disponían de un comedero de pienso y paja, un bebedero, y con paja como cama. Se utilizaron dos formulaciones comerciales de pienso, una de crecimiento (UFC: 1,02, PB: 13,8% sobre MF), y otra de acabado (UFC: 1,04, PB: 12,5% sobre MF). En cada corral se registró diariamente el consumo de concentrado y los tratamientos veterinarios aplicados, se anotó semanalmente el consumo de paja, y se pesaron los animales cada 14 días hasta su sacrificio. La conducta animal definida por la actividad general (comiendo pienso o paja, bebiendo, rumiando, tumbado y de pie), las interacciones sociales (self-grooming, comportamiento social y oral, cabezazo golpeo, desplazamiento, caza y persecución, desplazamiento en la cama, flehmen, intento de monta y monta), y la estereotipia tongue rolling, fueron registradas por la mañana mediante observación directa los días 0, 1, 3, 5, 8, 14, 28 y cada 28 días hasta el sacrificio. Tras 206 días, se sacrificaron en matadero los animales a la edad de 11 meses, registrando los kg canal y la clasificación de la canal, así como cualquier incidencia destacable como por ejemplo presencia de abscesos hepáticos. La unidad experimental fue el corral, aunque en los casos que se manejaban registros individuales (PV, datos de matadero) se introdujo la variable animal anidada al corral como efecto aleatorio. Los datos se analizaron usando un ANOVA de efectos mixtos con medidas repetidas (Versión 9.2, SAS Inst., Inc., Cary, NC). Los datos de conducta animal fueron transformados a logaritmo decimal para su normalización. El modelo estadístico incluyó el PV inicial como covariable, el tratamiento y tiempo y su interacción como efectos fijos, y el corral y animal anidado como efectos aleatorios. El tiempo se consideró como una medida repetida y para cada variable el animal anidado en el tratamiento (término de error) se sometió a una estructura simétrica o autoregresiva de varianza-covarianza. En el caso de las variables discretas (tratamientos veterinarios y datos de clasificación de canal) se analizaron con un test Chi-cuadrado.
Resultados y discusión
La uniformidad de PV en la formación de corrales a la entrada en cebadero no afectó al consumo total de concentrado (1.484 ± 30.1 kg), a la GMD (1,5 ± 0,04 kg/d), al índice de conversión (5,2 ± 0,15 kg/kg), al peso de canal (243 ± 4,6 kg), al rendimiento de canal (52 ± 0,2%), al engrasamiento “3” (60%) y a la conformación “O” (71%). No obstante, mientras el CV del PV en HO se mantuvo (P > 0,10; Figura 2) a lo largo del estudio (6,1 ± 0,73%), el CV del PV para HE se redujo (P < 0,01) desde 21,5 hasta 10,7 ± 0,86% del inicio al final del estudio, respectivamente. Durante el primer mes HO exhibió (P < 0,05) una incidencia menor de montas completas que HE (0,5 vs. 1,0 ± 0,09 veces/15 min). A lo largo del estudio HO tendió (P = 0,10) a realizar más self-grooming en comparación con HE (13,6 vs. 11,6 ± 0,13 veces/15 min). Mientras el 80% de los tratamientos veterinarios aplicados en HE fueron crónicos (≥ 3 tratamientos consecutivos aplicados en el mismo animal), el 90% de los tratamientos en HO fueron agudos (≤ 2 tratamientos consecutivos aplicados en el mismo animal; P < 0,05).
Además, 6 terneros HE fueron retirados del estudio por razones de salud. En conclusión, los resultados productivos y de canal no fueron mejorados con la formación de corrales uniformes en PV a la entrada a cebadero en terneros Frisones. La retirada de dichos animales podría haber contribuido a la reducción del CV de los corrales HE. Además, en estos corrales HE se registró una mayor frecuencia de montas completas (relacionado con el establecimiento de una jerarquía) y un peor estado sanitario (mayor transmisión de enfermedades y a menudo los animales de menor tamaño son animales enfermos crónicos) que en los corrales con PV uniforme. En resumen, a pesar de que la formación de grupos homogéneos al inicio del cebo no parece tener efectos sobre la productividad, dicha estrategia de manejo puede reducir las montas y contribuir positivamente al estado sanitario del corral.
Agradecimientos: Este estudio ha sido realizado con la colaboración de la Agropecuaria de Guissona S. Coop. Ltda.