Ricardo Migueláñez. @Rmiguelanez
Tras las primeras reacciones de cierta sorpresa e incredulidad ante el anunció de China el pasado 17 de iniciar una investigación “antidumping” sobre las exportaciones comunitarias de carne de cerdo y productos derivados, como represalia a los aranceles de hasta un 40% a los coches eléctricos del gigante asiático, durante la semana posterior se ha impuesto la cautela y la calma, así como la necesidad de transparencia en el intercambio de informaciones entre la UE y el gigante asiático.
El “soufflé” mediático que se desencadenó (acción-reacción) al poco tiempo de conocerse la noticia (que ya se había intuido que iba a pasar), se desinfló a los pocos días, dado que solo se trataba de una apertura de la investigación “anti-subvenciones”, para la cual se daba un plazo de un año, prorrogable otro medio año más. Es decir, no era nada inmediato que se fuesen a cerrar las fronteras de China a las exportaciones europeas de carne de porcino y de derivados (excluidos el jamón y embutidos). Tranquilidad, pues, y a poner a trabajar desde el propio sector privado (Anprogapor, ANICE, ASICI, Interporc…) y desde las Administraciones públicas (tanto la nacional, Ministerio de Comercio y MAPA, principalmente, como la comunitaria, Comisión de Comercio).
Lo último que se conoció, al respecto, y fue positivo es que, pocos días después del anuncio, el ministro de Comercio de China, Wang Wentao, y el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, acordaron abrir un proceso de consultas tanto sobre los aranceles anunciados por el bloque comunitario a los vehículos eléctricos chinos, que entrarían en vigor de forma provisional este 4 de julio, como sobre la investigación “antidumping” abierta por Beijing a la carne de cerdo y algunos derivados, y también sobre la posibilidad de que se abra otra investigación “anti-subsidios” sobre los productos lácteos europeos. Como dice el refrán, “hablando se entiende la gente” o, al menos, con el diálogo tratan de entenderse para evitar un empeoramiento del conflicto, del que ambas partes incluso puedan salir fortalecidas.
Otra cosa positiva es que, al no ser algo inmediato (la imposición de tasas arancelarias disuasorias), se deja margen suficiente para la negociación, para impulsar el diálogo, la cooperación y la transparencia en este contencioso, mediante el intercambio de todo tipo de información entre las partes, con el fin de evitar que la represalia comercial se lleve finalmente a efecto. El periodo bajo escrutinio de las importaciones de carne de cerdo y derivados del año 2023 se extenderá durante un año, hasta junio de 2025, pero podría ampliarse 6 meses más, con una prórroga hasta finales del próximo año.
El hecho también de que China pertenezca a la Organización Mundial de Comercio (OMC) podría facilitar aún más llegar a una resolución de este conflicto. El portavoz de Comercio de la Comisión Europea, Olof Gill, afirmó que en Bruselas no están preocupados, negando que haya “dumping” en las exportaciones europeas de carne de cerdo y derivados, porque todos los subsidios que se conceden en el marco de la PAC en la Unión Europea están en línea con las obligaciones establecidas en esa organización multilateral. Es más, el porcino europeo pasa por ser uno de los pocos sectores agrarios que no cuenta con pagos directos de la PAC que, por otro lado, al apoyar la renta de los agricultores y ganaderos, y no a los productos, están permitidos (caja “verde”) por la OMC.
En un comunicado, el portavoz comunitario afirmó que seguirá el procedimiento muy de cerca, en coordinación con la industria exportadora y los Estados miembros, e intervendrá cuando sea necesario para asegurar que cumple con las reglas de la OMC, a la que pertenece también el país asiático. “China y las empresas chinas disfrutan de sus derechos procesales, que son plenamente respetados y están legitimados a nivel tanto de los tribunales de la UE como del órgano de Solución de Diferencias de la OMC. Por tanto, ese es el mecanismo correcto y apropiado para que China dé a conocer sus opiniones”, añadió Olof Gill.
Entendimiento y colaboración
Tanto el ministro español de Economía, Carlos Cuerpo, como el de Agricultura, Luis Planas, hicieron igualmente un llamamiento a la moderación tras conocerse la noticia. Para el primero, el proceso de revisión arancelaria del Gobierno chino para las importaciones de productos de carne de cero y casquería no puede llevarnos a una carrera o guerra comercial. Para el segundo, mantener un diálogo constante y prudente en la negociación con la otra parte es el único camino para resolver un contencioso al que no se debería haber llegado.
La Organización Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc), que recientemente hizo acto de presencia en las ferias de SIAL Shanghai y Tapei International Food Show, abogó por el entendimiento, la colaboración y la absoluta transparencia en las relaciones comerciales entre la UE y China, poniéndose a disposición de las autoridades de este país para compartir toda la documentación que precisen para llegar a un mutuo entendimiento.
Por su parte, la organización representativa que defiende los intereses del sector agrario europeo, el COPA-Cogeca, lamentó que “no es la primera vez que los productos agroalimentarios de la UE, que funcionan bien, se ven atrapados en el fuego cruzado de disputas comerciales que afectan a otros sectores. Algo que no es aceptable desde la perspectiva de los productores de carne de cerdo y del sector agroalimentario que trabaja arduamente para garantizar y mantener el acceso al mercado en China.”
El COPA-Cogeca señaló que “participar en esta investigación será un proceso muy costoso y oneroso, y muy probablemente conducirá a la pérdida de mercado en China, cuando nuestras exportaciones de carne de porcino ya han disminuido significativamente en los últimos años al recuperarse la producción local, tras el importante brote de PPA, pero la UE sigue exportando cantidades importantes de subproductos, mucho de los cuales no encuentran realmente su mercado en Europa.”
Por último, esta organización vaticinó a que “la investigación abierta por China tendrá seguramente un impacto para los productores de la UE, especialmente los de España, Países Bajos, Dinamarca, Alemania, Francia y también Bélgica, que había logrado recuperar el acceso al mercado de China. Por ello, el COPA-Cogeca instó a la Comisión Europea a “asegurar que no se produzca una nueva escalada y que nuestro sector no sea el que pague la factura una vez más de los litigios relativos a otros sectores”. Además, consideró que “la CE debe garantizar que nuestros productores cuentan con un buen apoyo en el proceso de esta investigación y cualesquiera que sean los efectos de su resultado.”
Desde el sector empresarial, Giussepe Aloisio, director de la Asociación de Industrias de la Carne de España (ANICE), confía en el cauce de la negociación política y diplomática para solventar una situación que de entrada ve injusta y, aunque podía intuirse, no se preveía que fuera inmediata (al menos su anuncio). Ha habido un efecto de acción (imposición por la UE de tasas arancelarias a los coches eléctricos chinos) y de reacción (anuncio de investigación “antidumping” de China a las exportaciones de carne de cerdo y derivados) que, de nuevo, toma de rehén a un sector exportador ajeno, como el agroalimentario europeo (como sucedió hace diez años, tras la invasión rusa de Crimea, que aún está vigente y que se prorroga año tras año).
En recientes declaraciones a “Eurocarne”, el nuevo director de ANICE no entiende que se acuse al sector de carne de porcino de prácticas de “dumping” cuando resulta que en el pasado año España tuvo el precio del cerdo más alto del mundo y cuando, como hemos dicho, el sector porcino no recibe ayudas directas de apoyo ni de la PAC, ni de ningún sitio ( se da una práctica de “dumping” cuando la diferencia entre el coste y el precio de venta suele estar cubierto por ayudas o subvenciones públicas).
Exportaciones a la baja
La carne de cerdo representó el 17% de las exportaciones agroalimentarias de la UE a China, tercer socio comercial agroalimentario del bloque tras Reino Unido y Estados Unidos. Pero en los últimos años, la tendencia ha ido a la baja, después de que el país asiático se recuperara de la drástica caída de su oferta interna (alrededor de 27,9 millones de toneladas menos en el periodo 2018-2021) por la expansión de la Peste Porcina Africana (PPA).
En 2023, estas ventas de carne de cerdo y derivados de la UE ya disminuyeron un 23% con respecto al ejercicio anterior, pero alcanzaron su punto álgido en 2020, cuando llegaron en valor hasta los 7.000 millones de euros.
Desde entonces, las ventas al gigante asiático se han ido reduciendo, aunque en el caso de España sigue manteniendo un importante mercado para los despojos comestibles. En 2023, mientras que las exportaciones de carne de porcino facturaron por valor de 682,1 millones de euros, con una caída del 36,4% con respecto a 2022 (1.072,9 millones de euros) y del 66,3% con relación a un año antes (2.021,1 millones), los despojos comestibles de porcino, bovino, ovino y caprino facturaron 501,2 millones, con un descenso también del 9,3% sobre 2021 (552,7 millones).
Según ANICE, en 2020 se vendieron a China millón y medio de toneladas de carne de porcino y derivados, mientras que en 2023, tras recuperarse la producción local, las ventas bajaron a 560.000 toneladas. Desde entonces, nuestro país ha intentado diversificar sus exportaciones y reducir la dependencia de las compras de este país asiático, aumentando su presencia en otros destinos terceros de este continente, como Japón, Corea del Sur o Filipinas, mientras que se abren oportunidades de venta en Tailandia, Vietnam, Taiwán o Singapur.
En el primer cuatrimestre de 2024, las exportaciones de porcino (carne y derivados) a China se redujeron en un 17%, situándose en 178.840 toneladas, seguido de lejos por las ventas a Japón (71.855 t), Filipinas (62.538 t), Corea del Sur (38.852 t), Reino Unido (16.782 t), etcétera.
Claves para entender la investigación “antidumping” de China a la carne de porcino europea
1. ¿Por qué China inicia esta investigación?
Se trata de una respuesta a los aranceles anunciados por la Comisión Europea a la importación de vehículos eléctricos chinos, tras la investigación que abrió en octubre para determinar si los subsidios que ofrece Pekín a ese sector generan una competencia desleal para los fabricantes europeos. Incluso antes de conocerse la decisión de la Comisión de imponer aranceles, la prensa oficial china había avanzado la posibilidad de la apertura de una investigación contra las exportaciones de carne de porcino y derivados procedente de la UE, algo que los expertos interpretaron como una forma de elevar la presión para tratar de disuadir a Bruselas.
2. ¿Por qué es importante esta investigación para España?
Dentro de la UE, España es el principal exportador de cerdo a China. En 2023, según datos de la Organización Interprofesional de Porcino de capa blanca (Interporc), España exportó a China más de 560.000 toneladas de productos del cerdo por valor de 1.223 millones de euros, siendo el país asiático el destino del 20,33 % de las ventas exteriores en volumen de porcino español y el 13,7 % de su valor total. Estamos ante un sector clave en las exportaciones agroalimentarias desde España a China: el 61 % de la facturación de las exportaciones procede de la carne de cerdo y de sus derivados, seguido muy lejos ya de las bebidas y del aceite -principalmente, de oliva.
3. ¿Por qué China investiga concretamente al sector porcino?
Algunos analistas habían indicado ya que Pekín iba a buscar que sus represalias por los aranceles a los coches eléctricos se centrasen en los países que los han apoyado, entre ellos España. “Los aranceles agrícolas, como los dirigidos contra el brandy francés o el porcino español, podrían ser un castigo para los dos principales impulsores (París y Madrid) de la investigación a los coches eléctricos”, indicó la consultora Trivium China, que avanzó que Pekín daría una respuesta “selectiva” a los aranceles tanto a nivel geográfico como de sectores afectados. “China no quiere una guerra comercial con Europa”, aseguró, en referencia a países como Alemania, que se opone a aplicar aranceles de entrada a los coches eléctricos.
4. ¿Qué va a investigar China?
Tras recibir el pasado día 6 una solicitud al respecto por parte de la Asociación China de Ganadería, el Ministerio de Comercio de China revisará los productos importados durante 2023 y también los ‘daños’ que estas compras provocaron al sector chino entre 2020 y 2023. En concreto, en el proceso se investigarán productos como carne de cerdo o casquería, tanto refrigerados como congelados, así como grasa de ese animal y derivados de ella o de vísceras, productos de bajo precio en Europa, pero que son muy valorados por los consumidores chinos.
5. ¿Cuándo se conocerán los resultados?
Según indicó el Ministerio de Comercio de China, la investigación arrancó el 17 de junio y se prolongará durante un año, con opción a ampliarla otros seis meses adicionales “bajo circunstancias especiales”. En otro comunicado aparte, el jefe de la oficina encargada de la investigación aseguró que las pesquisas “se llevarán a cabo con arreglo a la ley y protegerán completamente los derechos de todos los implicados”, afirmando asimismo que cualquier decisión que se tome tras conocer sus resultados será “objetiva y justa”.