Ricardo Migueláñez. @Rmiguelanez
Como era de prever, debido a la pandemia de Covid-19 el año pasado no fue bueno para el empleo en el sector agroalimentario en su conjunto (sector primario + industria de alimentos, bebida y tabaco), según reflejan los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del último trimestre del Instituto Nacional de Estadística (INE).
A pesar de todo, a este sector le fue mucho mejor que al global de la economía, ya que hubo otras actividades que sufrieron más en sus carnes los daños de la propagación del coronavirus (hostelería, restauración, turismo, automoción…etc.), pero no lo suficiente como para poder esquivar la caída anual de la ocupación.
El sector agroalimentario cerró el fatídico 2020 con 1.538.400 activos, con un descenso del 0,92% y con 14.300 menos que un año antes; con una ocupación de 1.298.500 personas, un 1,91% y 25.300 empleos menos, equivalente al 84,4% de todos los activos, y con un número de parados que también aumentó hasta 239.900, un 4,81% y 11.000 desempleados más que en 2019, equivalente (tasa) al 15,6% de los activos.
Frente a estos datos sectoriales, el número de activos (personas en edad de trabajar) de toda la economía española se situó al finalizar el año en 23.064.100, con una caída de 94.700 personas (-0,41%). El sector agroalimentario representó un 6,67% del total del personal activo de nuestro país.
El número de ocupados en todos los sectores económicos bajó a 19.344.300 personas, con un descenso del 3,12% y de 622.600 empleos menos sobre el año anterior, mientras que el número de parados fue por el camino contrario y aumentó un 16,54% y en 527.900 personas, hasta 3.719.800 desempleados. La tasa de paro (parados sobre activos) fue del 16,23%.
El sector agroalimentario en su conjunto representó en 2020 un 6,71% de todo el empleo y un 6,45% de todo el paro de nuestro país.
Sector primario
Aun contando con un cuarto trimestre de 2020 positivo en empleo, pero en niveles inferiores a los de años atrás, el sector primario (agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y acuicultura) no pudo evitar la reducción de la ocupación con que cerró el año.
Al final del mismo había 966.600 personas activas en este sector, con un aumento de 27.700 personas (+2,95%) respecto al tercer trimestre, de los que 782.100 estaban ocupados (80,91%), unos 51.000 más (+6,98%) que a finales de septiembre, y 184.500 en situación de desempleo (19,09%), unos 23.300 parados menos (-11,23%) en relación a esa fecha.
En cambio, si nos vamos a la comparación anual, los datos ya no son positivos. El número de activos se redujo en 11. 300 personas (-1,16%) y los ocupados en 11.800 (-1,48%), mientras que los parados aumentaron en 500 (+0,27%). No son cifras positivas, pero tampoco tan malas como las de otros sectores de la actividad económica, lo que demuestra la resiliencia del sector primario en una situación tan adversa como la vivida por la pandemia el pasado año. Al fin y al cabo, como el aire que respiramos, en situaciones normales, es de vital necesidad alimentarnos una o varias veces al día.
A pesar de este descenso, la ocupación en la actividad primaria tuvo incluso mejor comportamiento relativo que en 2019 (año muy afectado por la sequía y las sucesivas DANAs), tendiendo a estabilizarse y en línea con el promedio de los cinco años anteriores (2015-2019).La media de ocupados en la rama primaria fue de 765.400 personas, un 4% y 31.200 menos (-4%) en relación a 2019.
El paro, con una disminución mayor en el último trimestre del pasado año, que en el mismo periodo de 2019 (-19.300) y 2018 (-21.200), se situó en el mismo nivel que en 2019, aunque este recorte fue inferior al descenso promedio (-27.100) del periodo 2015-2019.
En términos interanuales, aunque el paro aumentó en 500 personas, muestra una tendencia ligeramente descendente desde 2019. El promedio de desempleados en la actividad primaria en 2020 fue de 181.200 personas, unas 4.900 menos (-2,7%) que la media anual (-186.100 desempleados) de 2019.
En cuanto a la situación profesional de los empleados en el sector primario al final de 2020, cabe destacar que la disminución se centró en los trabajadores por cuenta propia, sobre todo en el colectivo de empleadores y empresarios sin asalariados o trabajador independiente, así como en miembros de cooperativa, exceptuando a aquéllos que ejercen la condición de ayuda a la empresa o negocio familiar.
Por el contrario, aumentó ligeramente el empleo entre los asalariados, más en el sector público, que en el privado, aunque de manera insuficiente para compensar la caída de la ocupación de los trabajadores por cuenta propia.
Sector de la industria agroalimentaria
La industria de alimentos, bebidas y tabaco concluyó 2020 con 571.800 personas activas, de las cuales 516.400 (90,31% del total) estaban al final del pasado año ocupados, y 55.400 (9,69%) en situación de desempleo. La tasa de paro en esta rama de actividad era algo inferior al 9,7% sobre el total de activos.
En relación al trimestre anterior (finales de septiembre de 2020), los activos en este sector industrial bajaron en 8.800 (-1,52%) personas, mientras que los que tenían empleo descendieron en 9.300 (-1,77%) y los parados subieron en 500 (+9,11%).
Respecto a un año antes, el número de activos en la rama de la industria alimentaria descendió en 3.000 (-0,52%), mientras que la ocupación se redujo también en 13.500 personas (-2,55%) y el número de parados, por el contrario, aumentó en 10.500 (+23,39%).
El número de ocupados en la actividad industrial agroalimentaria se mantuvo en 2020 por encima de la media de las personas que tenían empleo en este sector en los cinco años anteriores y la disminución (-9.300) del cuarto trimestre fue en términos absolutos inferior incluso a la que se produjo en el último de 2019 (-11.700) o de 2015 (-17.800 personas), pero totalmente de signo contrario a los aumentos de 2017 (+15.800) y 2018 (+19.800).
La media anual de ocupados en esta rama de actividad fue el pasado año de 521.600 personas, prácticamente la misma cifra que un año antes (521.800 personas), lo que demuestra también, en parecidos términos que en la rama agraria, la capacidad de resiliencia que tiene este sector ante adversidades tan grandes, como las padecidas durante 2020.
La ocupación se redujo principalmente en el sector de fabricación de bebidas y en mucha menor medida en el de la industria de alimentos, debido a que el primero sufrió mucho más las restricciones decretadas para frenar la pandemia de Covid-19 en el canal Horeca, así como la casi desaparición del turismo internacional y la cancelación de todo tipo de eventos de ocio y de servicios.
Sorprende la recuperación del empleo en la industria del tabaco, que prácticamente no tiene a trabajadores en situación de paro.