Ricardo Migueláñez. @Rmiguelanez
El Ministerio de Agricultura publicó en días pasados su Encuesta sobre la evolución del Precio de la Tierra en 2021, que aumenta en porcentaje (+0,5%) lo mismo que bajó en el año pandémico anterior, con lo que podría decirse que en términos macroeconómicos nos quedamos igual.
El precio medio de los cultivos y aprovechamientos en España subió en unos 56 euros por hectárea, quedando anclado en los 10.180 euros, lo que tampoco es que nos diga mucho, salvo esa tendencia de ida y vuelta.
Otra cosa es si entramos un poco más en el detalle, que nos dice que ese precio medio se incrementó en 13 de las 21 clases de cultivos y aprovechamientos que son considerados, descendiendo en otras 8 tipologías, con una evolución más positiva en los aprovechamientos (prados, pastos y pastizales) para los animales (+2,1%), posiblemente previendo las cargas ganaderas que se necesitarán para cobrar las ayudas de la futura PAC, que en los cultivos (+0,3%), aunque aquí la heterogeneidad de precios es importante.
Lo que parece -y es- más determinante en el precio medio es la diferente evolución que experimentan los diversos cultivos en función de si son de regadío o de secano y, sobre todo, si cuentan con agua disponible para regar e incrementar sus rendimientos.
En el cuadro adjunto se ve ya que en los cultivos herbáceos, el precio medio del secano repuntó en 2021 un ligero 0,4% y en 29 €/ha, quedando en 7.128 euros/ha, lo que denota cierta estabilidad, pero es que las tierras de regadío observan una subida del 2,1% y de 373 €/ha, quedando en media nacional en cerca de 18.000 €/hectárea, es decir, en valor son casi 2,52 veces más caras las que disponen de posibilidad de riego (otra cosa es que haya agua disponible para ello) que las que no.
Esa disponibilidad de agua es determinante en el nivel de precios, como se observa también en los cultivos hortícolas de regadío. Las que se cultivan al aire libre y, por tanto, están más sujetas a las inclemencias del tiempo, aunque en superficie son más extensas, bajaron su precio un 1,2% y en 433 €/ha, quedando, no obstante, en un nivel muy alto de 36.175 €/hectárea.
Por su parte, las hortalizas de abrigo y bajo invernadero de regadío mostraron un importante incremento del 6%, subiendo en el año nada menos que 12.242 € por hectárea, hasta una media nacional de 216.085 €/ha, dando cuenta de la importante diferencia entre unas y otras (casi 6 veces más caras estas últimas, aunque con menor superficie disponible, que las primeras, y mucho más tecnificadas).
Si seguimos bajando en la tabla, vemos que la hectárea para el cultivo de arroz moderó su precio el pasado año un 0,4% y en 132 €/ha, hasta una media aún bastante aceptable de 31.176 €/ha, y que deja claro las dificultades de rentabilidad de este cultivo en estos últimos años, en que su superficie ha descendido, debido tanto a los precios (en el que las importaciones preferenciales de países terceros a la UE restan competencia en el mercado comunitario), como a los problemas de disponibilidad de agua, de salinidad en algunos casos y de falta de tratamientos permitidos que sean eficaces para algunas plagas.
Tras unos años de descensos, el precio medio de las parcelas de cítricos de regadío vuelve a repuntar, con un moderado aumento del 1,2% y de 487 €/ha, hasta una media de 42.308 €/ha, aunque aquí hay diferencia entre tipos de cítricos, pues el comportamiento de las parcelas de limoneros y pomelos, así como las tierras con algunas variedades de pequeños cítricos más comerciales es mucho mejor que el de los naranjos.
Donde también se observa esa diferencia entre los precios de las parcelas de secano-regadío es en los frutales. Los de clima templado en secano bajan su precio un 4,5% y en 639 €/ha, quedando en 13.692 €/ha de media, mientras que los que están en regadío aguantan mejor y suben incluso su precio medio un 0,8% y en 209 €/ha, quedando en 26.804 €/ha, que es cerca de 2 veces la cotización de secano.
No sucede, en cambio, lo mismo en los frutales de fruto seco, pues bajan tanto en secano (0,4% y en 39 €/ha y queda en 8.882 €/ha), como sobre todo en regadío, con una caída del 5% y de 1.133 €/ha, con una media de 21.409 €/ha. Aquí la explicación puede explicarse por las fuertes subidas de precios de los últimos años por el auge (incluso inflación) de las nuevas plantaciones de almendro, que no se han visto favorecidos ni por los precios pagados al agricultor, ni por la meteorología, que ha sido adversa, como tampoco por la suficiente disponibilidad de agua para regadío en algunas zonas.
En otros cultivos leñosos, como el olivar y el viñedo, mientras que las parcelas de regadío (cuenten con agua disponible o no por causa de la sequía) registran subida de precios medios, en las de secano bajan.
La excepción es en el cultivo de uva de mesa en secano, cuyo precio subió un 4,6% y de 610 €/ha, hasta una media aceptable de 13.762 €/ha, mientras que en regadío repunta también un 3,5% y en 1.370 €/ha, cotizando a 41.051 €/ha, es decir, casi 3 veces más, debido probablemente a la buena evolución de los precios, impulsados por las variedades sin semilla, que son muy apreciadas en el mercado exterior.
En las uvas destinadas a vinificación, mientras que los precios de las parcelas de precios mantienen una tendencia ligeramente a la baja del 0,2% y de 33 €/ha menos en 2021, hasta quedar en 14.309 €/ha, las que cuentan con posibilidad de riesgo suben un 0,4% y en 83 €/ha, hasta 22.092 €/ha, unas 1,5 veces más.
En olivar de aceituna de mesa, la diferencia es mucho más clara: mientras que las parcelas en regadío remontan su precio un 3,9% y en 1.057 €/ha, cotizando a una media de 28.389 €/ha, las de secano bajan un 2,7% y en 397 €/ha, hasta 14.539 €/ha de media. En otros términos, las primeras cotizan casi 2 veces más que las segundas.
En olivar de aceituna de almazara para la producción de aceite, mientras que las que disponen de agua para riego se revalorizaron un 1,3% y en 506 €/ha de media en 2021, hasta cotizar a 39.214 €/ha, las de secano bajaron un 2,7% y en 552 €/ha, quedando en 19.710 €/ha, es decir, el valor de las de regadío es prácticamente 2 veces superior a las de secano.
Variabilidad autonómica
El análisis por Comunidades Autónomas, el Ministerio de Agricultura destaca que los precios medios de las tierras aumentan en 9 de las 17, que suman en conjunto un 60,65% de la Superficie Agrícola Útil (SAU) y descienden en las 7 restantes, que agrupan el 39,19%, mientras que en una (Islas Canarias), que pondera apenas el 0,16% del total, no registra cambios, pese a que tiene los precios más caros, debido a su minifundio parcelario y a la elevada cotización de la platanera, sobre todo, viñedo y hortofrutícolas de regadío .
El precio medio más bajo lo ostenta Extremadura, con una media de apenas 4.724 €/ha, que tiene que ver quizás más con la renta general de la Comunidad, que también se traslada al valor de las parcelas, aún así con un repunte del 3,3% y de 149 €/hectárea en 2021.
Le siguen en la cola Aragón (5.004 €/ha y un 0,3% a la baja); Castilla y León (6.087 €/ha y un aumento del 1,8% y de 106 €/ha) y Castilla-La Mancha (6.480 €/ha y un repunte del 0,3%). En todas ellas, el precio tiene que ver con la importante SAU de sus cultivos herbáceos extensivos.
En 2021 destacan los incrementos relativos de precios medios de las tierras en dos CC.AA., como son la Comunidad de Madrid, con un incremento del 20,4% y de 1.314 €/ha, hasta una media de 7.757 €/ha, quizás por la presión que ejercen sobre las parcelas la posibilidad de otros usos (urbanísticos, industriales, ocio, servicios, etc.), más que la rentabilidad de los propios cultivos, y Cantabria, donde el aumento es del 16,1% y de 245 €/ha, hasta una media de 10.961 €/ha, probablemente por la revalorización de los aprovechamientos para el ganado, ligados a la necesidad de carga ganadera para el cobro de ayudas PAC.
Andalucía, que es la segunda región que cuenta con más SAU e España, solo por detrás de Castilla y León, registró un precio medio de sus tierras de 19.775 €/ha, con un ligero descenso del 0,3% y de 66 €/hectárea, con un valor que es 3,25 veces más alto que el de esta última y está también 3 veces por encima del de Castilla-La Mancha, debido a la presencia de cultivos hortofrutícolas, citrícolas e industriales (arroz, algodón, tomate para transformación…etc.).
Por encima del precio medio nacional de 10.124 €/ha se encuentran, además, las CC.AA. de Cataluña (11.737 €/ha, un 0,4% menos en 2021); Galicia (14.738 €/ha, un 1,2% más), muy condicionada por la baja dimensión de sus parcelas; Comunidad Valenciana (19.149 €/ha, con un descenso del 0,5% el pasado año); Comunidad Foral de Navarra (12.986 €/ha, un 2,2% más); Región de Murcia (19.722 €/ha, un 1,5% más); La Rioja (15.179 €/ha, un 1,6% más); País Vasco (13.699 €/ha, un 0,7% menos), e Islas Baleares (19.770 €/ha, un 2,5% menos).
Por debajo de la media estatal, junto a las antedichas, están las parcelas del Principado de Asturias, con un precio medio de 9.527 €/ha y que registró la mayor caída de todas las CC.AA., con un descenso del 6,1% y de 622 €/hectárea.