Euroganadería

Europa pierde 5,3 millones de explotaciones agrarias en 15 años

Ricardo Migueláñez. @Rmiguelanez

Un reciente informe de la Oficina de Estadística de la Unión Europea (Eurostat) daba cuenta de que el número de explotaciones agrarias en la UE había disminuido un 37% en los últimos 15 años, con lo que ya en 2020 quedaban apenas 9,1 millones; es decir, desde 2005 a ese último año habían descendido en 5,3 millones.

Con ser preocupante este dato (no obstante, indicativo), el mayor problema es que probablemente estemos instalados en una tendencia que no se está frenando, debido por un lado a razones lógicas de envejecimiento de la población dedicada a esta actividad; al insuficiente relevo generacional para sustituir a los que por edad dejan de trabajar en el sector agrario, y también a un proceso de mecanización y tecnificación imparable, que necesita cada vez de menos mano de obra y que añade dimensión económica de escala.

Estas podrían ser las razones lógicas, pero las “ilógicas” o quizás las menos razonables son que la Política Agraria Común (PAC) y sus reformas, cada vez más complejas y excesivamente burocráticas, así como las crecientes exigencias en el ámbito del medio ambiente y del bienestar animal de las estrategias “De la granja a la mesa” o de “Biodiversidad” del Pacto Verde Europeo, vienen empujando en ese sentido, sin que se encuentre modo de frenar esta realidad que parece imparable.

Otros aspectos, que podrían calificarse de coyunturales, aunque se repiten cada vez con menor margen temporal, como es el caso de la sequía o los bajos precios/altos costes de producción en origen, o en la actualidad la invasión rusa de Ucrania y la guerra que aún perdura, las consecuencias de la pandemia de Covid, que parece ya superada, contribuyen también muchas veces al desánimo para la continuidad de esta actividad.

En unas declaraciones realizadas por la eurodiputada socialista, Clara Aguilera, a finales del pasado año, ésta defendía precisamente un profundo cambio de rumbo en las políticas rurales, porque “existe una amenaza muy seria de pérdida de explotaciones agrarias en la Unión Europea, sobre la que ya han alertado numerosos estudios y el propio Parlamento Europeo, porque si no se puede repercutir el coste de producción en los precios de los alimentos, existe un gran problema.”

Aguilera reconocía en esas declaraciones la “emergencia climática” y la necesidad del Pacto Verde Europeo, pero opinaba que los objetivos que plantea Bruselas no responden a la realidad, en referencia concreta a la propuesta de reducción del uso de pesticidas en el horizonte de 2030, de la que es en la actualidad ponente en la Comisión de Agricultura del PE, que considera no realista, puesto que la legislatura europea acaba el año que viene y no se  plantean alternativas viables para el productor.

Hace también poco, ASAJA de Castilla y León enfatizaba en que la nueva PAC 2023-27, que ha entrado en vigor este año, con mayores exigencias y complicaciones (ecorregímenes, cuaderno digital, condicionalidad reforzada…etc.), junto a los problemas coyunturales señalados, no animaba precisamente a las personas de mayor edad, ya jubiladas o a punto de hacerlo, a continuar con sus explotaciones, y que se estaban viendo bastantes casos de cesiones o de abandono por la imposibilidad de continuar en la actividad de manera rentable. Tendremos que esperar a ver cuáles son las consecuencias reales de todo ello cuando se tengan los datos de las declaraciones de la PAC del actual ejercicio.

Explotaciones mixtas

De los 5,3 millones de explotaciones que se perdieron entre 2005 y 2020 en la UE, la gran mayoría (alrededor del 87% y 4,6 millones) eran pequeñas explotaciones de tamaño inferior a 5 hectáreas, con descensos en todos los Estados miembros, pero sobre todo en países como Rumania (pérdida indicativa del 32% y 1,4 millones menos); Polonia (-47% y 1,2 millones menos); Italia (-34% y 600.000 menos); Hungría (-68% y 500.000 menos); Bulgaria (-75% y 400.000 menos) y Grecia (-36% y 300.000 menos).

El número de explotaciones de entre 5 y 100 ha que también se perdieron en ese periodo fue de unas 700.000, aumentando el número de explotaciones más grandes, salvo en Dinamarca, Grecia y Austria.

A pesar de la reducción de explotaciones agrarias, la cantidad de tierra utilizada (SAU) para la producción agrícola se mantuvo prácticamente estable y sin apenas cambios (+0,3%) en el periodo analizado.

En su análisis, Eurostat señalaba que, en función de los ingresos dominantes, han sido sobre todo las explotaciones de carácter mixto, que combinan cultivos agrícolas y ganadería y que no están especializadas, las que más han desaparecido durante el periodo 2005-2020.

No hay que ir demasiado lejos para ver que este tipo de explotaciones mixtas de índole familiar era también mayoritario hace no muchísimos años en nuestro país, hasta que dejaron de ser rentables y sus titulares se fueron jubilando. Entonces, la ganadería era casi siempre un complemento de ingresos de la actividad agrícola, más que al contrario, y además servía para autoabastecer de carne, lácteos o huevos al propio entorno familiar.

En este periodo, como se ha indicado, el descenso más pronunciado se produjo en las explotaciones mixtas, con 2,6 millones menos. Además, se perdieron 1,6 millones de explotaciones especializadas en ganadería y en torno a 900.000 especializadas en distintos cultivos.

Casi tres quintas partes (58% de la Superficie Agrícola Utilizada, SAU) de todas las explotaciones agrícolas en 2020 estaban calificadas en la UE como de cultivos especializados, es decir, sus ingresos principales procedían de dicha actividad. De este porcentaje, algo más de un tercio (34% de SAU) estaba especializado en cultivos extensivos; alrededor de una quinta parte (22% de SAU) en cultivos permanentes, como frutales u otros leñosos, y una pequeña proporción (2% de SAU) en horticultura.

Por otro lado, algo más de una quinta parte (22%) de las explotaciones de la UE estaban especializadas en ganadería, destacando en este ámbito la especialización productiva de leche (5% de todas las explotaciones), seguida de la cría y engorde de ganado vacuno, aves de corral, ovino y caprino y otros animales de pastoreo, con alrededor de un 4%, respectivamente.

En 2020, menos de una quinta parte (19%) se mantenían como explotaciones mixtas (cultivos-ganadería), es decir, tenían múltiples cultivos y/o ganado, sin una sola actividad que representase al menos dos tercios de la producción estándar y, por tanto, fuese fuente de sus principales ingresos. Este tipo de explotaciones predominaba en esa fecha sobre todo en los países del Este (Polonia, Rumania, Hungría…etc.), incorporados más tarde a la UE.

Algunas explotaciones (1% del total) no pudieron ser clasificadas, según Eurostat, porque son de naturaleza subsistente (economía de subsistencia) o porque producían bienes para los cuales no se pudo calcular la producción estándar.

En términos globales, no obstante, se observaron porcentajes más elevados de explotaciones especializadas en cultivos agrícolas en países de la Europa del Este. Así, Bulgaria, con un 73%; Hungría, con un 72% y Rumania, con un 67%,  junto a países mediterráneos, como Grecia, con un 74%; Malta, con un 63% y Croacia, con un 61%. Esta especialización a menudo reflejaba condiciones agronómicas favorables para determinados tipos de cereales, como maíz grano, frutas y/o aceitunas.

A su vez, las explotaciones ganaderas especializadas  son más frecuentes en varios países del Noroeste de Europa, como Luxemburgo (82% de todas las explotaciones); Irlanda (79%) y Países Bajos (58%).

Evolución por países

De las 9,1 millones de explotaciones agrarias en la UE en 2020, unos 2,9 millones (31,8% del total) estaban en Rumanía, con más del doble de explotaciones que en el siguiente Estado miembro, Polonia, con 1,3 millones de explotaciones (14,4%), seguido de Italia, con 1,1 millones (12,5%) y en cuarto lugar, España, con alrededor de 900.000 explotaciones (10,1%).

La inmensa mayoría (un 94,8% en 2020) eran explotaciones de tipo familiar, aquéllas en las que los miembros de la familia proporcionan el 50% o más de la mano agrícola regular. Este era el tipo dominante en todos los países, pero Francia, por ejemplo, tenía una minoría considerable de explotaciones no familiares (42,3% de sus 400.000 explotaciones), junto a Estonia (33,8%).

Casi 2/3 de las explotaciones agrícolas de la UE contaba con menos de 5 ha en 2020, cuya papel en el medio rural se consideraba crucial para la reducción del riesgo de pobreza, proporcionando ingresos y alimentos adicionales.

En el otro extremo de la escala de producción, el 7,5% de las explotaciones agrícolas de la UE tenían un tamaño igual o superior a 50 hectáreas, y trabajaban dos tercios (68,2%) de la Superficie Agrícola Utilizada (SAU) de la Unión Europea.

La dimensión media de una explotación agrícola en la UE era de 17,4 hectáreas en 2020, estimándose que solo el 18% de las explotaciones disponían de ese tamaño o más.

En Rumanía, nueve de cada diez explotaciones (90,6% del total y 2,6 millones) contaban con menos de 5 hectáreas, pero el 0,9% tenía 50 ha o más y cultivaba algo más de la mitad (54%) de toda la SAU del país. Otros países reflejaban un porcentaje importante de pequeñas explotaciones, como Grecia (74%), Portugal (73,4%), Croacia (70,6%), Hungría (64,5%), y Bulgaria (64%), así como determinadas regiones del Sur de Polonia o de España e Italia, con una mezcla de cultivos especializados (viñedo, olivar, hortícola), de amplia propiedad de la tierra y de limitaciones geográficas y topográficas.

Por el contrario, las explotaciones más grandes (50 ha o más) eran mucho más comunes en Luxemburgo (52,7%), Francia (46%), Finlandia (33,3%), Alemania (31,5%) y Dinamarca (30,9%). En la mayor parte de los Estados miembros, la mayoría de la SAU se concentraba en las explotaciones más grandes.

Dimensión económica

Según la dimensión económica, de las 9,1 millones de explotaciones agrarias en la UE en 2020, unos 3,3 millones tenían una producción estándar inferior a 2.000 euros al año, pero solo eran responsables del 1% del valor económico total de la UE. Otros 2,5 millones de explotaciones pequeñas o muy pequeñas tenían una producción económica entre 2.000 y 8.000 euros al año, y representaban dos tercios (63,7%) de todas las explotaciones de la UE.

Por el contrario, 299.000 explotaciones agrícolas (3,3% del total de la UE), con una producción estándar de 250.000 euros o más en 20202 fueron responsables de más de la mitad (54%) de la producción económica agrícola total de la UE. Se caracterizan como grandes empresas agrícolas y poco más de 2 de cada 5 (44,5%) tenían una forma legal o de explotación colectiva.

No obstante, una gran mayoría (60,2%) de la producción estándar generada por la agricultura en toda la UE procedía de las explotaciones combinadas de Italia (18,1%), Francia (17,2%), Alemania (12,6%) y España (12,2%) en 2020 y, aunque Rumanía representaba alrededor de un tercio de las explotaciones agrícolas de la UE, solo obtenía un 3,3% de la producción estándar comunitaria.

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