Euroganadería

La acuicultura retoma la senda del crecimiento

  • Los productores de cultivos marinos confían en recuperar a partir de este año los niveles de producción y crecimiento previos a la crisis
RA

La acuicultura marina de peces lleva dos años creciendo a doble dígito, un 11,6% en 2014 y un 10,2% en 2015, pero su nivel de producción, 48.065 toneladas el año pasado, aún no ha alcanzado el pico registrado en 2009 (48.440 toneladas).

El sector llegó a recortar su actividad cerca de un 19% durante los peores años de la crisis, después de registrar en 2010 el primer retroceso en 25 años y de sufrir en 2013 su particular annus horribilis, al bajar la cosecha a 39.291 toneladas.

“Tras varios años de estancamiento en la producción, confiamos en que a partir de 2016 y 2017 se recupere el crecimiento, conforme a los objetivos del Plan Estratégico de Acuicultura Española”, señala el gerente de la Asociación de Productores de Cultivos Marinos (Apromar), Javier Ojeda.

Ojeda descarta que se puedan alcanzar las cifras de producción previstas en el plan para 2020 (alrededor de 69.000 toneladas en el caso de la piscicultura marina), pero sí confía en que se cumplan los ritmos de crecimiento que recoge, porque “hay potencial”, siempre que se haga frente a los retos del sector. Los empresarios reclaman, fundamentalmente, la simplificación de los trámites administrativos y la disponibilidad de localizaciones para nuevas granjas o para la ampliación de las instalaciones ya operativas.

Actualmente, hay 92 explotaciones marinas de peces en España, cuya cosecha en 2015 alcanzó un valor en primera venta de 292 millones de euros. La dorada, la lubina y el rodaballo son las especies que más se crían. A este sector se suma la actividad de la acuicultura continental, centrada en la cría de trucha y esturión, entre otras.

Un negocio que mueve 450 millones

En conjunto, la acuicultura española mueve unos 450 millones de euros, con una producción de 282.242 toneladas (2014), la mayor de la Unión Europea. La especie más producida es el mejillón (220.449 toneladas), seguida de la lubina, la dorada y la trucha arco iris, según detalla el informe ‘La acuicultura en España 2016’, de Apromar.

Entre las mayores compañías que operan en el sector, destaca Culmárex (perteneciente al grupo canadiense Cooke Aquaculture), que produce dorada y lubina y que incluso tiene una línea de productos ecológicos, tanto frescos como en conserva.

Stolt Sea Farm, filial de la multinacional noruega Stolt-Nielsen Limited y con sede en Santiago de Compostela, es otra de las grandes productoras. En sus granjas gallegas cría rodaballo y lenguado y, entre sus proyectos en el mercado español, prevé poner en marcha una nueva explotación de lenguado que podría iniciar la producción comercial en 2018.

Varios factores explican el hecho de que los grandes operadores sean de capital extranjero, según Javier Ojeda: la acuicultura requiere grandes inversiones y se ha producido una fuerte consolidación a nivel europeo y mundial. Además, el gerente de Apromar subraya que España es un destino interesante para estas inversiones, “más que otros Estados miembros”, porque cuenta con una costa favorable a la actividad, con aguas de calidad y con personal cualificado, entre otras ventajas.

La innovación, seña de identidad del sector

La innovación es una de las señas de identidad de esta industria y, según la patronal, “es una constante” en todas las áreas de actividad de las empresas, que buscan una mayor sostenibilidad de la producción o mejoras en el campo del bienestar animal, entre otros avances.

Pero dentro de la I+D+i llama la atención especialmente la investigación acerca de nuevas especies que pueden ser criadas, con iniciativas ya en marcha que cuentan con el langostino o el abalón como protagonistas. En concreto, en Medina del Campo (Valladolid) se implantó en 2008 Gamba Natural, una empresa noruega con sede en España dedicada a la producción de langostinos bajo demanda. La producción se realiza en un espacio cerrado con un sistema de recirculación de agua natural salada con sales marinas del mar Muerto y el producto está presente “en las mesas de los mejores y más afamados restaurantes del país”, según la compañía.

Por otro lado, España cuenta con una planta de cultivo de abalón en la Ría de Muros-Noia (A Coruña) que, con una superficie de 25.000 metros cuadrados, es la mayor de las tres piscifactorías especializadas en este molusco que hay en Europa.

El abalón, también conocido como oreja de mar, es considerado el marisco más caro del mundo y es muy apreciado en países asiáticos como China, Japón o Corea del Sur, donde alcanza “cotizaciones elevadísimas”, a la altura del pepino de mar o la aleta de tiburón, según explican fuentes de Galician Marine Aquaculture (GMA), el grupo propietario de la granja.

Este proyecto, que ha supuesto una inversión de 10 millones de euros, nació a partir de una spin off de la Universidad de Compostela y actualmente está comercializando su primera cosecha, con una “buena acogida” en la alta restauración. GMA tiene el objetivo de erigirse en “una empresa de vanguardia, no solo por ser pionera en la introducción y cultivo de nuevas especies en el campo de la acuicultura”, sino también por ser “referente” en la diversificación del sector hacia productos de gama alta.

600 millones en inversiones frustradas

En el informe ‘La acuicultura en España 2016’, Apromar vuelve a advertir de que “la ineficiencia de algunas administraciones públicas españolas ha frustrado en el último decenio inversiones en la acuicultura marina por valor de 600 millones” de euros.

En estos momentos “hay un espíritu de inversión productiva porque a medio y largo plazo habrá una necesidad imperiosa de productos de la acuicultura”, señala Javier Ojeda, quien confía en que las trabas a esta actividad señaladas por Apromar se vayan solucionando, puesto que el Plan Estratégico de la Acuicultura incluye acciones para abordarlas.

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