En 2016 se volvió a frenar la inversión bruta extranjera en nuestro país, tras el parón registrado entre 2010 y 2013, debido a la fuerte crisis económica, alejándose algo más del registro alcanzado en 2010, año en que llegó a un récord de 2.812,6 millones de euros.
La cifra invertida en nuestro sector agroalimentario, según estos datos, provisionales aún, fue de 1.063,33 millones de euros, unos 889,5 millones menos que en 2015, siendo la más baja desde el año 2013, cuando registró un valor inferior a los 500 millones. En concreto, de solo 466,39 millones de euros.
Por el contrario, las desinversiones continuaron en aumento en 2016 y de forma muy apreciable, llegando a 462,59 millones de euros, un 477,1% más que en el año anterior. A pesar de ello, se mantuvieron en niveles considerados bajos y a mucha distancia de los 1.291,28 millones que se desinvirtieron en 2012, año en que superaron incluso las inversiones brutas realizadas desde el exterior. El saldo entre lo que invirtió y desinvirtió el capital extranjero, es decir, la inversión exterior neta, se redujo un 67,9% con respecto al año precedente, alcanzando la cifra, positiva aún, de 600,63 millones de euros.
La inversión bruta extranjera en el sector agroalimentario español representó el pasado año solo un 3% de la Inversión Directa Extranjera (IDE) total realizada en todos los sectores de nuestra economía, que experimentó un fuerte repunte del 30,1% y de cerca de 7.800 millones más en relación a 2015, hasta alcanzar los 33.095,58 millones de euros.
Estas inversiones se dirigieron, en todos los años analizados, principalmente a la agricultura, ganadería y caza, industria de la alimentación y fabricación de bebidas, mientras que las destinadas a la pesca y la acuicultura recibieron inversiones menores.
De los 1.063,22 millones invertidos por extranjeros en el sector agroalimentario español, un 65,2% del total fue a parar a la industria alimentaria, que absorbió 693 millones de euros, un 41,8% y 498 millones menos que en 2015. Otro 28,8% y 305,71 millones de la IDE fue al sector primario de la agricultura, ganadería y caza, un 42% y 221,5 millones menos que en 2015.
Otro 3,74% y 39,72 millones de euros (-33,4% y casi 20 millones menos) acabaron en inversiones en pesca y acuicultura, y el 2,33% restante y 24,74 millones (-84,3% y 132,6 millones menos que en 2015) se invirtieron en la fabricación de bebidas. No se contabilizaron durante el año pasado inversiones brutas extranjeras en el sector de la silvicultura y explotación forestal, que sí atrajeron en 2015 unos 17,74 millones de euros. El sector de los productos transformados representó un 68% de la IDE total en el sector agroalimentario, frente al 32% en la rama primaria.
Origen de las inversiones
Respecto al origen de las inversiones, en 2016, al contrario que en el año anterior, se produjo una disminución del peso de los países comunitarios sobre el año anterior, pasando de representar el 56% de 2015 al 47% del pasado año.
Destacó el posicionamiento de Uruguay, como principal país de origen, al representar el 23% de todas las inversiones extranjeras realizadas en nuestro país en el sector agroalimentario, con alrededor de 230 millones de euros, y el mismo porcentaje que en el año anterior.
Destacó también los Países Bajos que en 2015 tenían una cuota de IDE en este sector del 14%, llegando al 17% un año después, siendo el segundo país origen de inversión, con unos 175 millones. Otros países inversores fueron México, con unos 160 millones; Italia, con algo más de 75 millones; Luxemburgo, con alrededor de 100 millones; Reino Unido, con unos 60 millones; China, con una cifra similar; Francia, con algo menos de 25 millones; Portugal, entre 15 y 20 millones, etcétera.
Inversión española en el exterior
Las inversiones españolas en actividades relacionadas con el sector agroalimentario y pesquero se vienen reduciendo desde el año 2007, a pesar de los repuntes coyunturales que se produjeron en 2010, 2013 y 2014, años en los que superaron los 1.000 millones de euros de inversión bruta directa en el exterior en este sector.
Durante 2016 continuó la tendencia descendente de la IDE española en el exterior, alcanzando solo 548,87 millones de euros, lo que supone un 42,2% y 400,6 millones menos que durante el año anterior (949,5 millones).
Las desinversiones de capital español en el sector agroalimentario del exterior se redujeron considerablemente durante el pasado año en un 84,1%, alcanzando la cifra de 123,11 millones, que es la más baja desde el año 2008.
A lo largo de todos estos últimos años, la inversión neta española en la actividad agroalimentaria en el exterior ha sido siempre positiva, debido a que las desinversiones realizadas siempre han tenido un valor inferior al de las inversiones directas brutas llevadas a cabo en otros países. Esto fue incluso mayor durante el pasado año, cuando la inversión neta, es decir, el saldo entre lo invertido y lo desinvertido en el exterior, alcanzó los 425,76 millones de euros, lo que supone un aumento del 144,6% con respecto al año anterior.
Durante 2016, el principal país receptor de la inversión bruta española en el exterior en el sector agroalimentario fue Estados Unidos, con 95,38 millones de euros (17,4%), seguido de Luxemburgo, con 90 millones (16,4%), y Chile, con 76,17 millones (13,9%).
Otros países, con inversión destacada fueron Italia, con alrededor de 60 millones de euros; Brasil, con unos 55 millones; Ecuador, con algo menos de 22,5 millones; Uruguay, con cerca de 15 millones; Francia, con una cifra similar, y Argentina, con alrededor de 10 millones.
En general, se observa una gran variación interanual en las inversiones. Por ejemplo, Ecuador, que teniendo la mayor media de inversión en el último lustro, con 92,16 millones de euros, bajó durante el pasado año a ser receptor de las IDE españolas en solo 22,45 millones.
Las inversiones españolas en el sector agroalimentario y pesquero en el exterior representaron solo el 1,63% del total de inversiones españolas fuera de nuestro país, que se elevaron a 33.766,85 millones de euros, frente al 2,2% del año 2015. Estuvieron dirigidas sobre todo a los productos transformados, que representaron el 73% del total y dentro de éstos, a los del sector de la industria de la alimentación, con un 58% del total.
A esta última se destinaron 317,14 millones de euros durante 2016, un 34,3% y 165,6 millones menos que un año antes; otro 14,8% y 81,26 millones fue invertido en el sector fabricante de bebidas, con un aumento del 117,2% y de 43,85 millones sobre 2015; otro 13,5% y 73,96 millones fue a parar al sector de la pesca y la acuicultura, un 227,3% y 51,4 millones más que en el año anterior; otro 11,7% y 64,07 millones al sector de la agricultura, ganadería y caza, un 84,2% y 340,85 millones menos que en 2015, y el 2,3% restante y 12,43 millones al sector de la silvicultura y la explotación forestal, con un aumento de casi un 583% y de 10,6 millones respecto al año anterior (en 2014, la IDE de capital español en este sector fue de 75,65 millones).