Ricardo Miguelañez.- ¿En qué consiste la Estrategia 6.25 y cuáles son sus principales objetivos?
Margarita Muñoz.- La Estrategia 6.25 es un plan de acción que consta de seis acciones concretas para conseguir en 2025 un triple objetivo: reducir un 25% de plástico en nuestros envases, que todos los envases de plástico sean reciclables y reciclar todo el residuo de este material.
Con este objetivo, la compañía ya ha eliminado las bolsas de plástico de un solo uso en todas las secciones, que ha sustituido por bolsas compostables (evitando 3.200 Tn de plástico al año); así como ha eliminado los productos desechables de plástico de un solo uso, que ha sustituido por menaje sostenible fabricado con materiales más respetuosos con el medio ambiente (reducción de 3.000 Tn de plástico al año). Durante los próximos años los envases que utilizará la compañía serán reciclables y seguirá reduciendo el plástico en los envases de marca propia en colaboración con sus proveedores. Además, la compañía proporcionará información a los “Jefes” (clientes) sobre reciclaje para impulsar y facilitar la separación de residuos tanto en las tiendas como en los hogares.
Para llevar a cabo la reducción de plástico en sus envases, la empresa está aplicando diferentes estrategias como la eliminación del plástico que no aporta valor, la sustitución por otros materiales (siempre que no afecte a la calidad y seguridad alimentaria), la reducción, la reutilización o la incorporación de material reciclado en su composición para disminuir el uso de materiales vírgenes y fomentar la Economía Circular.
El desarrollo de la Estrategia 6.25 conlleva modificaciones en diferentes procesos de la compañía, desde el rediseño de los envases del futuro en coordinación con los proveedores, a la adaptación de las tiendas y la logística, la gestión de residuos, etc. En total, Mercadona tiene previsto invertir más de 140 millones de euros en los próximos cuatro años para llevar a cabo todos los movimientos que forman parte dicha estrategia. En el último año hemos cumplido con las dos primeras acciones del plan y con el compromiso de convertir todos nuestros centros en Tiendas 6.25 en menos de un año, lo que ha supuesto una inversión de 30 millones de euros.
R.- ¿Qué le ha llevado a Mercadona a abordar este proyecto?
M. - Mercadona cuenta desde hace años con un sistema de gestión ambiental basado en identificar, prevenir y reducir los impactos ambientales generados por su actividad en tres áreas principales: la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la eficiencia energética y la gestión responsable tanto de materias primas como de los residuos generados.
A lo largo de los años, este sistema ha ido ampliándose y adaptándose tanto al crecimiento de la compañía como a los diferentes retos que han ido surgiendo como consecuencia de las demandas sociales y los propios objetivos que Mercadona, como empresa, se plantea para cumplir su visión a largo plazo.
La necesidad de avanzar en el desempeño ambiental y aumentar la sostenibilidad de nuestras sociedades es cada vez más patente. Por lo que todos, administraciones, empresas y sociedad civil, estamos viviendo una época en la que se hace necesario reevaluar los procesos productivos y apostar decididamente por una Economía Circular, baja en residuos y en carbono.
Mercadona no es ajena a esta transición y ha dado el “sí a seguir cuidando el Planeta” como parte de su estrategia de empresa. Para ello, ha reforzado su sistema de gestión ambiental incorporando la Estrategia 6.25 para abordar el reto de mejorar el uso y gestión del plástico en sus procesos.
R.- El tema de los envases, con relación a los temas medioambientales, es uno de los principales retos del sistema alimentario, ¿cree que tiene solución a corto plazo?
M. - Vemos un sector concienciado y dispuesto, que percibe la necesidad de un cambio hacia una Economía Circular y que está llevando a cabo un gran esfuerzo, no solo en sus procesos, sino también en la forma de comunicarse y colaborar con todos los demás eslabones de la cadena de suministro: fabricantes, proveedores, administraciones y ciudadanía.
Los envases constituyen un reto para para todas las empresas agroalimentarias, también para Mercadona. En nuestro caso, desde hace tres años estamos abordando un proceso muy ambicioso de revisión de nuestros envases que empezó con un diagnóstico del surtido tal cual estaba y de su potencial en cuanto a reducción y reciclabilidad en base a unos criterios comunes que se han elaborado en colaboración con ITENE, el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística con sede en Valencia.
Este estudio previo nos permite establecer y planificar los cambios que necesitamos realizar, y que van a seguir desarrollándose en los próximos 4 años en el marco de la Estratega 6.25.
Para abordar este reto tenemos que trabajar muy estrechamente con los proveedores tanto de envases como de tecnologías de envasado, de quienes ya recibimos propuestas de forma proactiva.
R. - ¿Cómo cree que puede afectar a la distribución organizada la futura ley de residuos que ha lanzado el gobierno a debate?
M. - La gestión de residuos es, ahora mismo, parte de un debate más amplio. El asumir la necesidad de virar hacia un modelo productivo más sostenible ha puesto de relieve tanto la problemática como las oportunidades que se derivan de una buena gestión de los residuos.
La distribución se encuentra entre el sector primario y el consumidor, y puede y debe, como sector, estar al tanto de las barreras, pero también de las oportunidades que surgen en este periodo de transición tan complejo. Las decisiones de un distribuidor van a ser importantes para el consumidor, pero al mismo tiempo van a depender de las tecnologías disponibles, la adecuación de los procesos productivos de los proveedores, y las herramientas de las que disponen las administraciones para mejorar la gestión de los distintos flujos de residuos. Por ello vemos necesario que exista la misma voluntad de mejora en todos los eslabones de la cadena.
Estamos muy centrados en los residuos, trabajamos para que sean aprovechados como materias primas secundarias de calidad, y evitar que se conviertan en desperdicio. También tenemos un programa muy ambicioso, de reducción de desperdicio alimentario y redistribución de los excedentes. Iremos aprendiendo y mejorando nuestros procesos para hacer frente a los retos actuales y los que sin duda van a ir apareciendo en los próximos años, siempre desde la triple óptica de la sostenibilidad: ambiental, social y económica.
R. - Para terminar, ¿cuáles son los principales retos que se ha marcado Mercadona a nivel medioambiental para los próximos años?
M.- Hasta ahora hemos hablado de residuos y economía circular, esto es, usar de forma eficiente de los recursos disponibles.
Sin duda, el otro gran vector ambiental que está marcando el camino de las empresas es la descarbonización de la economía, adaptar nuestros procesos para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. Mercadona está comprometida con estos objetivos a través de, por ejemplo, la adhesión a iniciativas como Lean & Green para reducir las emisiones del transporte; y que nos ha permitido certificar una reducción del 27% de emisiones de CO2 equivalente en los procesos logísticos de Mercadona entre 2016 y 2020, superando así el objetivo inicial del 20%.
Vamos a adoptar, además, un enfoque mucho más amplio y sistemático para abordar y reducir los principales impactos ambientales de la empresa, e iremos reforzando también la comunicación para compartir estos objetivos, así como los hitos que vayamos alcanzando.