Ángel Marques Ávila. Periodista
La vendimia tiene este año un protagonista invisible pero omnipresente, el covid-19. Un enemigo indetectable, al que apenas empezamos a conocer y que mantiene en jaque a toda la humanidad, asustada, conmocionada y vulnerable. El COVID-19 es el peor compañero de reparto que hubiéramos podido imaginar.
D.O. Ccastilla-La Mancha, buena cosecha
La Comunidad de Castilla la Mancha produce el 50 por ciento del vino de España. La Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha nos expresa que a pesar de la incidencia que el Covid19 ha ocasionado en la vendimia, la producción ha sido de unos 23.000.000 hectolitros de vino y mosto para este 2020, que será un año "normal". Aunque hasta la fecha, hay 10.800.000 hectolitros, dos millones menos que el año pasado.
Desde el organismo autónomo nos dicen que aún es pronto para una valoración de la campaña general, pero la previsión es de aproximadamente unos 23 millones de hectolitros.
El año está siendo bueno según la evolución que han ido teniendo los estados fenológicos de la vid. A primera vista la calidad de la cosecha es buena, aún encontrándonos en las últimas semanas con varias enfermedades en el viñedo que son consecuencia directa de hongos que aparecen en la vid por la combinación de la humedad y el calor. En algunas áreas se detectó mildiu y araña amarilla pero sin grandes consecuencias siendo contrarrestada de forma rápida y eficaz.
La calidad de la uva es la piedra angular para unos buenos vinos y eso hace que cada vez más se realice la vendimia nocturna. De esta forma la uva entra en bodega más fresca y se evita la oxidación realizándose un mejor tratamiento del mosto.
La buena calidad de esta campaña hace ser optimistas para la elaboración de los próximos vinos.
Ribera del Duero, todo a mano
La Denominación de Origen de Ribera de Duero se ha sumado a la campaña impulsada por la Junta de Castilla y León, realizando la toma de muestras para pruebas PCR a los temporeros y trabajadores de todo el territorio comarcal.
El Consejo Regulador de la Ribera del Duero puso en marcha un protocolo de toma de muestras para pruebas PCR, a temporeros como medida de prevención de la Covid-19 durante la campaña de vendimia 2020.
Desde el Consejo regulador nos comentan que aunque esta labor no entraba dentro de las competencias específicas de este organismo, que se encarga de salvaguardar, identificar y garantizar la calidad de los vinos elaborados por las bodegas de la DO, el órgano de gobierno ha decidido implicarse activamente en esta campaña de control, consciente de la excepcionalidad de la situación que ha traído consigo la pandemia y con el objetivo de ayudar a sus socios adscritos (viticultores y bodegueros).
Ribera del Duero es una de las comarcas europeas donde la vendimia se realiza a mano, no a máquina, por la edad, situación y el tipo de plantación del viñedo. Esto implica que el número de temporeros y trabajadores que trabajan cada campaña sea mucho mayor que en otras regiones, superándose los dos mil empleados. Temporeros que acuden desde toda la comarca de Ribera del Duero, también desde otras comunidades autónomas. Y es importante destacar que desde hace años se cuenta con trabajadores internacionales que se desplazan exclusivamente de sus países de origen para trabajar en la vendimia de la D.O.
Rioja, año difícil
José Luis Lapuente, director general del Consejo Regulador de la DO Ca Rioja, nos dice que “afrontamos un año difícil, en el que lo primero que hay que lamentar es la pérdida de vidas humanas por la pandemia y acto seguido el negativo contexto económico del que no escapa el vino de RIOJA.
Y, nos añade que “en ese orden y en el momento actual, el principal objetivo es preservar y proteger la salud de temporeros, trabajadores y visitantes, contribuyendo a conseguir una vendimia segura.
El alineamiento, para conseguir este objetivo, de todos los actores (Administraciones, operadores, Consejo Regulador,...) ha conllevado la realización preventiva de pruebas sanitarias, la dotación de EPIs individuales, la confección de protocolos de actuación en virtud de los riesgos y los pertinentes planes de contingencia.
En segundo término, y también tremendamente relevante, tenemos que considerar el desequilibrio que ha provocado el cierre del canal de hostelería, que no hemos podido contrarrestar con el buen comportamiento del canal de alimentación, de las exportaciones y de la venta on line. De ahí que haya habido que adoptar medidas coyunturales relacionadas con la oferta, aprovechar las ayudas comunitarias para paliar en alguna medida la pérdida de renta y esforzarnos en dar al consumidor más por menos, lo que no necesariamente se tiene que traducir en ventajas económicas, en debida correspondencia a la fidelidad que tienen por los vinos de Rioja”.
Rías Baixas, dentro de la normalidad
Desde el Consejo Regulador, nos han comentado que este año desde punto de vista del sector vitivinícola, se presenta con incertidumbre ante como se desarrolle la situación actual, que depende de circunstancias sanitarias económicas y políticas. Y nos señalan que la vendimia se ha desarrollado con tranquilidad, de forma ordenada. En este momento, nos dicen, “afrontamos la recta final de la misma, la meteorología ha acompañado y ha permitido recoger la uva en el momento óptimo. Además hemos llevado a cabo unas estrictas medidas anti-COVID que nos han permitido mantener a salvo tanto a vendimiadores y viticultores como a los trabajadores en bodegas y veedores”. Pero nos apuntan que el Covid-19, ha tenido una incidencia importante pues “todas las bodegas tuvieron que reorganizar sus protocolos durante esta campaña. Primero de todo separar a los trabajadores de la bodega de los del viñedo. Ya en el campo se dividió el personal por cuadrillas totalmente independientes cada una. Unido a ello también se realizaron todos los EPIs, siglas de Equipo de Protección Individual, necesarios para mantener a los trabajadores a salvo. Además, antes de empezar el Sergas realizó todas las pruebas serológicas necesarias a este sector para poder afrontar las tareas con garantías”.
D.O Rueda, nocturna y a máquina
Santiago Mora, Director General, afirma que la campaña comienzo con unas excelentes previsiones y un gran estado sanitario de la uva, y el final el resultado ha sido optimo, tal es así que fecha de hoy se han recogido casi 91.000 kilos de uva.
Esta Denominación de Origen dio comienzo a la vendimia 2020 con las variedades que poseen un ciclo vegetativo más corto y una maduración más temprana; la Sauvignon Blanc y la Chardonnay, esta última es una de las variedades nuevas autorizadas en el nuevo pliego de condiciones de este año en la D.O.
Otra de las grandes novedades de esta campaña es la producción del Gran Vino de Rueda. Esta nueva categoría supone un valor añadido para los consumidores, ya que se realiza con uvas provenientes de viñedos con más de 30 años de antigüedad, lo que permite mantener el viñedo antiguo y preservar el patrimonio de la zona.
Por su parte, Carmen San Martín, presidenta nos confirmado que esta campaña se ha desarrollado con cierta incertidumbre: “Al igual que en muchos sectores, el COVID-19 está generando una situación de gran preocupación, pues a los efectos comercialmente adversos que ya se han producido, se une ahora el deber para bodegueros y viticultores, de minimizar los riesgos de contagios, con especial atención en las labores de vendimia manual, con la dificultad que ya tienen de por sí”. Pero afortunadamente también hay motivos para ilusionarse: “Esta campaña resulta muy especial para nosotros, ya que además de unas excelentes previsiones, trae grandes novedades, como la incorporación de la variedad Chardonnay o la categoría Gran Vino de Rueda, y la coincidencia con el 40 aniversario de la denominación de origen”, concluye Carmen San Martín.
La vendimia en esta denominación se caracteriza por realizarse de noche y a máquina. Estos dos factores influyen de manera decisiva en la calidad de los vinos. La mecanización permite que la recogida sea selectiva por parcelas, en función de la maduración y a criterio del enólogo. Por tanto, se decide el momento óptimo de su recogida, consiguiendo aumentar el nivel de calidad de las partidas de uva que entran en bodega.
Por su parte, al vendimiar de noche se aprovecha la bajada de las temperaturas, reduciendo al máximo las posibles oxidaciones, conservando las cualidades organolépticas en perfectas condiciones y mejorando el equilibrio entre graduación y acidez, lo que es muy importante para la elaboración de vinos de calidad. Además, con la entrada de la uva en las bodegas a menos temperatura, se consigue un importante ahorro energético.