El valor de las exportaciones agroalimentarias de España a Estados Unidos aumentó un 1,3% en 2015 con respecto al año anterior. Concretamente, se alcanzaron los 1.897 millones de dólares, 25 más que en 2014. Por su parte, los envíos norteamericanos a nuestro país descendieron un 10% en 2015, registrando un valor de 1.955 millones de dólares por los 2.172 del año precedente. La balanza comercial con EE. UU. arroja, por tanto, un déficit de 58 millones, según el Informe sobre las Relaciones Comerciales de España y Estados Unidos, recientemente publicado por la Consejería de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en EE. UU. y Canadá de la Embajada de España en Washington DC.
En dicho informe se utilizan datos de la base GATS (Global Agriculture Trade System) del Servicio Exterior Agrario del Departamento de Agricultura estadounidense (FAS-USDA), que clasifica los productos agroalimentarios importados por EE. UU. en cinco categorías: productos de alto valor añadido destinados al consumidor que requieren poco o ningún procesado adicional; productos agrícolas de valor añadido intermedio (harina de trigo, aceites vegetales, pieles y cueros, etc.); productos a granel (trigo, maíz, soja, algodón, productos tropicales, etc.); productos de la pesca; y productos forestales.
Vino, aceite de oliva y queso: nuestros mejores embajadores
De los 1.897 millones de dólares en productos agroalimentarios exportados por España al país norteamericano, 1.223 M corresponden a productos destinados al consumidor, categoría que crece un 7,4% en valor con respecto a 2014.
El buque insignia de nuestras exportaciones alimentarias a EE. UU. es la subcategoría de vino y cerveza, con un valor de 355 millones de dólares en 2015 –a pesar de la caída de seis millones con respecto al año anterior. Se incrementa, en cambio, el valor de los envíos de frutas y hortalizas transformadas (312 millones de dólares, dos más que en 2014), donde reinan las aceitunas (211 M) y las alcachofas (34 M), y en quesos (100 M, cuatro por encima que el año precedente).
Son destacables también los incrementos de valor exportado en frutos secos (de 52 a 81 M), especialmente almendras, y en hortalizas frescas (de 15 a 41 M), donde sobresalen los bulbos de ajo fresco y los pimientos.
La segunda mayor categoría de productos agroalimentarios exportados a EE. UU. corresponde a los de valor añadido intermedio, que caen un -14,3%, hasta los 513 millones de dólares, en 2015. Los envíos de la subcategoría ‘otros aceites vegetales’ se reducen un -19,7%, hasta los 365 M. El principal producto aquí es el aceite de oliva, fundamentalmente virgen y extra virgen.
La exportación de ‘otros productos intermedios’ (sobre todo granos de algarroba y savia vegetal y extractos) se mantiene en valores de 82 millones de dólares.
Por otra parte, los productos pesqueros exportados por España a EE. UU. alcanzaron en 2015 un valor de 89 millones de dólares, uno menos que en 2014, debido al descenso en la subcategoría ‘otros pescados y mariscos para consumo’ (72 M, tres menos que en 2014), donde destaca el pulpo, con 41 M (57% del total).
Crecen, sin embargo, las exportaciones de atún (donde el atún rojo representa el 60%), que suponen un 22% del valor total del pescado y marisco exportado.
En cuanto a la exportación de productos forestales a los Estados Unidos, que en valor han supuesto en 2015 54 millones de dólares (un 37% más que el año anterior), destacan los productos de panel, que incluyen el contrachapado.
Por último, el valor de los productos a granel enviados por España al país norteamericano alcanzó el pasado año los 17 millones de dólares, cuatro más que en 2014. Destacó el café sin total, que experimentó un crecimiento espectacular, de 1 a 7 millones de dólares. Le siguieron el arroz (3 M) y el tabaco (3 M).
Estas cifras colocan a nuestro país en el puesto número 20 de la tabla de máximos exportadores agroalimentarios a los Estados Unidos, lugar que ocupamos desde 2011. Encabezan esa clasificación Canadá, México y China.
Cada vez importamos menos desde EE. UU.
Según el Informe de la Embajada de España en Washington, la importación de productos agroalimentarios estadounidenses alcanzó en 2015 un valor de 1.955 millones, un -10% por debajo de lo registrado en 2014.
Los productos destinados al consumidor aumentaron su valor un 11,1% hasta los 870 millones. En este apartado destacan los frutos secos, con diferencia nuestro alimento norteamericano favorito, con 804 millones, un 13% más que en 2014. Dentro de los frutos secos, un 79% de las importaciones son almendras sin cáscara (633 M). 14 M corresponden a los productos lácteos, fundamentalmente albúmina de leche. También por valor de 14 M recibimos alimentos preparados de EE. UU.
En lo relativo a los productos a granel norteamericanos, en 2015 los importamos por valor de 495 millones de dólares, un 36,2% menos que en 2014. Sobresale aquí la haba de soja, con 371 M (-27,3% con respecto al año anterior), seguida por las legumbres (36 M), especialmente lentejas y garbanzos, y las oleaginosas (33 M), donde destaca la semilla de girasol con máscara.
La categoría ‘otros productos relacionados con la agricultura’ arrojó un valor importador de 298 millones de dólares, lo que refleja un descenso del -16% con respecto a 2014. Entre ellos, la importación de productos de la pesca cae hasta los 121 M (destacan las recepciones de bogavante); en productos forestales se registra crecimiento en valor hasta los 91 M, gracias sobre todo a la madera aserrada o devastada de roble blanco); y la llegada de bebidas espirituosas norteamericanas a nuestras fronteras crece en tres millones hasta los 86 M. Preferimos el whisky (80%), muy por encima del ron (9%).
En último lugar, España ha aumentado la importación de productos de valor añadido intermedio un 13,6% hasta los 292 millones de dólares. Entre ellos destaca la torta de soja (125 M), que sigue su línea ascendente. También crecen en valor las semillas para plantar (40 M), como el maíz para siembra. El mayor aumento experimentado dentro de esta categoría es el de los aceites vegetales (excluyendo la soja), de 14 a 38 millones de dólares en 2015, gracias al aceite de maíz en bruto.