Euroganadería

León, la diversidad de una unidad

Eduardo García. Periodista

Recientemente, la FAO ha concedido al Sistema Agrosilvopastoril Montañas de León el reconocimiento como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM). Esta figura, que nace en el 2002 y que cumple 20 años, nos explica Juan Prieto, representante permanente adjunto de España ante la FAO, distingue aquellos espacios de importancia y relevancia mundial diferenciados por sus características y que tienen un especial valor desde diferentes puntos de vista. Se trata, nos indica, al equivalente al Patrimonio Mundial de Naciones Unidas.

Con este nuevo reconocimiento, España suma ya cinco SIPAM y es el tercer país con mayor número, tras China y Japón, aunque como indica Juan Prieto, “tenemos territorio y condiciones para que haya más”. Y es que hasta ahora estaban reconocidos el Valle Salado de Arana (Álava), el cultivo de la uva pasa en La Axarquía (Málaga), los olivos milenarios del Territorio Sénia (Tarragona, Teruel y Castellón) y el sistema de riego histórico de la huerta de Valencia. La FAO tiene reconocidos 72 sistemas de patrimonio agrícola repartidos en 23 países, y es una figura que, debido a su corto desarrollo (20 años) junto a las 1.300 que tiene la UNESCO, indica el representante de España ante la FAO, hace que sea mucho menos conocida para la sociedad en general.

Beneficios y particularidades

En cuanto a los beneficios, Juan Prieto los define en tangibles e intangibles. Estos últimos implican el incremento de la visibilidad y reconocimiento de estos territorios, lo que supone un espaldarazo anímico y emocional de las personas que viven en él y llevan a cabo proyectos profesionales en esos territorios. Porque, explica, tener este espaldarazo “es lo más alto que existe, no hay nada por encima”, y sirve de claro ejemplo para personas que quieren empezar un nuevo proyecto con unas distinciones que los hacen únicos en el mundo, puesto que tienen un valor extraordinario que ha sido reconocido por la FAO.

Además, explica, la consecución de este SIPAM trae consigo varios beneficios tangibles, como son el apoyo financiero, del que indica, “a fecha de hoy, y a diferencia de otros lugares donde sí la hay como puede ser Portugal, no existe una línea institucional de apoyo financiero, pero eso no significa que no la vaya a haber en el futuro. En un contexto como el actual, nos hemos dado cuenta de lo importante que es comer y producir correctamente los alimentos”. Y es a raíz de esta producción donde el valor añadido de los alimentos producidos en el territorio conlleva otro de los grandes beneficios: el turismo.

El Sistema de Patrimonio Agrícola de Importancia Mundial (SIPAM) implica no solo paisajes naturales singulares, sino también prácticas agrícolas que generan medios de vida en las zonas rurales y que combinan biodiversidad, ecosistemas resilientes y tradición e innovación de una manera única.

A diferencia de los otros SIPAM, caracterizados por ser espacios reducidos basados en una única producción agroalimentaria, en el caso de Montañas de León se trata de una amplia extensión de 10.000 kilómetros cuadrados -es el tercero más extenso del mundo- con aprovechamiento simultáneo agrícola, ganadero y forestal. Se da la singularidad de que la montaña leonesa alberga más de una tercera parte del único Parque Nacional habitado de España (Picos de Europa) y siete espacios catalogados como reservas de la biosfera: Picos de Europa, Alto Bernesga, Los Ancares Leoneses, Babia, Los Argúellos, Valle de Laciana y Valles de Omana y Luna.

En la candidatura presentada por la Diputación provincial de León a la FAO, se señalaba que “se trata de un extenso sistema agrosilvopastoril multiproductivo, biodiverso y basado en producciones autóctonas, que presenta una estructura en mosaico en la que las distintas producciones agrícolas, ganaderas y forestales se entremezclan y compatibilizan por cada unidad familiar”.

Y es que una de las particularidades que tiene el SIPAM, nos cuenta Juan Prieto, es que se basa en la agricultura familiar, ya que cada unidad familiar tiene una estructura productiva de ingresos en las que se combinan la producción agrícola, la producción ganadera y la producción forestal. “Con ello se consigue que sea más sostenible, ya que las familias de agricultores y ganaderos en León no dependen de un único ingreso anual como podría suceder en otras partes de España donde los agricultores están más especializados. En este caso los agricultores tienen varios ingresos a lo largo del año, con lo cual, ya no sólo tienen una mayor sostenibilidad medioambiental, si no que también desde el punto de vista social y económico, porque los ingresos se distribuyen a lo largo del año y hay distintas fuentes de riesgo y de inversión”, afirma.

De esta sostenibilidad también habla Mari Carmen Mallo, alcaldesa de Murias de Paredes, del que comenta, se trata de un sistema resiliente, triplemente sostenible desde una perspectiva medioambiental, social y económica, basado en un conocimiento y técnicas seculares que ha permitido a sus habitantes una autosuficiencia alimentaria completa y equilibrada fruto de una economía circular sin desperdicio.

En el caso de esta localidad, nos cuenta Carmen, un grupo de personas, instituciones y colectivos que creían en el proyecto y en las infinitas posibilidades del territorio empezaron a trabajar ‘online’ en el año de la pandemia y se hicieron cerca de 200 reuniones. “Durante los más de dos años de trabajo se fueron integrando en la candidatura los grupos de acción local, las 16 figuras de calidad de diferentes productos agroalimentarios (algo que a la postre resultó determinante) y las reservas de la biosfera, de las que León tiene la mayor concentración de todo el mundo, siete, la Universidad, la Diputación Provincial, que era la institución que debía presentar la propuesta según las bases, y el Consejo Comarcal del Bierzo”, afirma.

Además, recalca, “hay que destacar la labor de la Diputación para conseguir el reconocimiento SIPAM para las Montañas de León y la unión que se generó entre todas las personas y entidades implicadas en el proyecto”.

La Universidad de León, clave en el desarrollo de la candidatura

La Universidad de León, nos explica Eugenia Rendueles, investigadora contratada, “ha estado implicada en el desarrollo de la candidatura del SIPAM Montañas de León, desde la primera reunión informativa convocada por el MAPA allá por octubre del 2020. Su Rector D. Juan Francisco García Marín, es y ha sido partícipe del proceso, apoyando y respaldando el trabajo realizado por el grupo de profesores e investigadores de la ULE que han estado implicados en la elaboración del documento”.

En concreto, ha sido el Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (ICTAL) de la ULE, dirigido por Camino García Fernández, junto a Eugenia Rendueles, donde se ha centralizado gran parte del trabajo de recepción de documentación aportada por las Reservas de la Biosfera, Grupos de Acción Local, entidades y asociaciones que han colaborado, así como gestión de documentos y organización de reuniones, sin olvidar la labor de conexión entre los diferentes Departamentos de la Universidad que han aportado conocimiento y material en el dossier presentado ante la FAO.

Un claro ejemplo, afirma, es el del catedrático de Geografía e Historia, José Cortizo, autor de la amplia cartografía que acompaña la candidatura, así como de innumerables informes y escritos técnicos. Además de las Áreas de Botánica, Genética, Geología que contribuyeron también con sus conocimientos sobre el Territorio SIPAM Montañas de León.

“La trayectoria del ICTAL en el acompañamiento, desarrollo y apoyo de gran parte de las Marcas de Calidad de productos agroalimentarios en la provincia de León, así como el servicio prestado a los productores de empresas alimentarias en materia de asesoramiento y estudios técnicos, demostrando una implicación e interés absoluto por este sector económico fundamental en el territorio, se puso de manifiesto en la obtención de este reconocimiento de la FAO, en el que la producción agroalimentaria local y de cercanía supone la base de estos Sistemas de Importantes de Patrimonio Agrícola Mundial”, explica Eugenia.

León y sus características

En la Montaña de León, los agroecosistemas se han mantenido durante siglos contribuyendo directamente a la seguridad alimentaria y el sustento de las comunidades locales. Las especies animales locales han sido domesticadas y desarrolladas a lo largo de los siglos para cumplir con los requisitos ambientales y sociales del territorio que conforma la Montaña de León.

La diversidad de usos del suelo con bosques (castañares, hayedos, abedules, enebros, robledales...), pastos y zonas de cultivo generan un espacio de convivencia de agricultura, ganadería, silvicultura, recolección, caza y pesca en un mismo espacio que le da a la zona un gran valor agroecológico.

Tal y como explica la alcaldesa de Murias de Paredes, el SIPAM no lleva consigo inversiones, no cuenta con una dotación económica de Naciones Unidas, si no que “este reconocimiento aporta visibilidad y abre muchas posibilidades a largo plazo, como pueda ser un mayor desarrollo del turismo o el incremento del valor de los productos de mercado”.

Uno de los primeros beneficios que traerá este reconocimiento está vinculado al uso del logo SIPAM como forma de hacer visible tanto en León como en el resto del país y en todo el mundo la relevancia de la zona.

Además de la promoción, afirma Mari Carmen, “la clave será la elaboración de un plan de acción en el que estén presentes todos los colectivos y que se elabore «de abajo hacia arriba», teniendo en cuenta la visión de quienes viven y luchan a diario por el territorio. Sin la gente que a diario lucha por la zona, no habría ningún futuro, igual que si no se reconoce la importante labor de las personas en un territorio privilegiado tanto en el modo de hacer como en el modo de conservar”, explica.

Además, insiste en que hay que aprovechar el tirón del nombramiento y “darle la cancha que se merece, ya que se presenta como la oportunidad para revitalizar el territorio a través del turismo sostenible o de la agroalimentación”.

Importancia mundial

La singularidad de la Montaña de León en biodiversidad y diversidad cultural se refleja en paisajes de alto valor que incluyen un excepcional patrimonio cultural agroforestal y ganadero. Mantiene los sistemas tradicionales de organización del territorio y conserva las razas autóctonas y los productos agroalimentarios con reconocimientos como marcas de garantía, denominaciones de origen e indicaciones geográficas protegidas. Este territorio agroforestal y ganadero cuenta además con figuras de gestión, protección, conservación y valorización que garantizan su gobernanza y compromiso con el desarrollo sostenible.

La provincia de León, afirma Juan Prieto, es única y a la vez muy diversa. León, afirma, tiene su propia identidad y entidad multisecular, diferenciada de sus tres vecinos, Asturias, Galicia y Castilla. “El sistema de León es único porque el terreno permite que así lo sea, gracias a que confluyen en él tres grandes climas, el atlántico, el mediterráneo y el continental, además de una orografía que genera unas condiciones ecosistémicas singulares”. Es habitual, por ejemplo, que las ganaderías de vacuno extensivo gallegas o asturianas pasten en pastos leoneses, y no al revés.

La agricultura y ganadería en la Montaña de León incluye sistemas de valores y prácticas agrícolas asociadas al medio ambiente, fiestas y rituales, como transmisión de conocimientos y tradiciones a las nuevas generaciones. Dehesas, setos naturales, muros de piedra seca, la retícula de árboles frutales o la estructura de los viñedos en pendiente son algunos de los paisajes resultantes de la antropización del territorio de la Montaña de León. Todo ello, unido a la belleza y reconocimiento que aportan las siete Reservas de la Biosfera que conviven en directa armonía con los sistemas agrícolas de los pueblos que las componen, constituyen un territorio único que reúne componentes difíciles de encontrar en otros lugares del mundo.

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