La situación actual del sector porcino europeo es bastante compleja, debido al veto comercial impuesto desde hace más de un año por Rusia. El nivel de precios es bajo, pero desigual según los Estados miembros, siendo más reducidos en los países del norte de la UE, incluido Francia, que en los del sur, y afecta a los márgenes de rentabilidad de las explotaciones ganaderas. Las exportaciones hacia países terceros de carne de porcino resisten. Mientras, los sacrificios y la producción seguirán en aumento en los próximos meses y al menos hasta fin de año.
A pesar de esta situación, las previsiones son que continúe aumentando la oferta productiva en el conjunto de la UE en lo que resta de 2015, con un incremento de los sacrificios, que se ha extendido a todo lo que llevamos de año. En el primer trimestre, aumentaron un 4,3%; en el segundo, otro 2,4%, mientras que las previsiones del Comité de Gestión de Porcino de la UE son de un aumento de un 1,7% en el tercer trimestre y de un 1,8% en el cuarto, gracias sobre todo a las expectativas que se manejan en España y en Alemania, que son los líderes comunitarios de producción de esta especie ganadera.
Por países, el incremento más importante del número de sacrificios de ganado porcino se registró en Bulgaria (+20%), seguido de Croacia (+12,3%), Hungría (+9,1%), Holanda (+7,9%) y España (+7,8%), mientras que en Alemania crecieron el 2,4%, en Dinamarca el 1,4% y en Francia el 0,7%.
La producción de carne de cerdo en la Unión Europea se espera que se incremente en un 2,5% en 2015, gracias al buen comportamiento de las exportaciones a terceros países, que contrarrestan la prohibición de acceso comercial al mercado ruso. En los siete primeros meses (enero-julio) del año, las exportaciones de la UE en este sector han aumentado un 4,9%, hasta 551.906 toneladas, y solo en el mes de julio crecieron un 12% en relación a ese mismo mes de 2014.
Este buen ritmo de salidas se debe en gran parte a China, que no solo se ha consolidado como el principal cliente de la UE, al recibir un tercio del total de las exportaciones de productos porcinos, sino que además sus compras han crecido un 43% hasta el mes de julio. Este país ha adquirido solo en el mes de julio un 70% más que en julio de 2014, con 96.000 toneladas. El tercer país comprador de la UE es Corea del Sur, que también ha importado un 31% más, hasta 139.000 toneladas, en los siete primeros meses de 2015, mientras que el segundo comprador, Japón, ha recortado un 20% sus compras, hasta 161.000 toneladas.
Dentro de las exportaciones agroalimentarias de la UE a terceros países, la facturación de las ventas del sector porcino se han elevado a 5.753 millones de euros en el periodo agosto/2014-julio 2015, según los últimos datos de la Comisión Europea, apenas 24 millones más que en el mismo periodo de un año antes (agosto/2013-julio/2014), con 5.729 millones. En cambio, las ventas comunitarias hacia el mercado de la Federación Rusa de los productos del sector porcino para ese mismo periodo se redujeron en un 95%, pasando de los 964 millones a tan solo 34 millones de euros.
Más exportación, bajos precios
Esta buena evolución de las exportaciones, salvo en el caso de Rusia, contrasta con precios bajos en el mercado. La cotización media de las canales se había mantenido estable en el mercado comunitario durante la primera parte del año, pero durante las últimas semanas ha bajado, situándose en 148,64 €/100 kilos canal para la clase E de referencia, que corresponde al 98,50% del precio de base de 150,939 €/kg. A mediados de septiembre, los principales países del norte cotizaban por debajo de ese nivel, como Bélgica (132,30 €/100 kg); Holanda (132,34 €/100 kg) Dinamarca (132,82 €/100 kg) o Francia (148 €), pero no así Alemania (152 €), España (149,37 €) o Italia (166 €). El precio medio de los lechones se ha reducido también a los 32,78 € por unidad, un descenso considerable respecto a la primera parte de 2014, aunque influido por la tendencia estacional.
Los márgenes del sector ganadero se sitúan en niveles muy bajos y son un 25% inferiores a la media del último año, acumulando ya doce meses consecutivos de descenso, debido a los bajos precios de mercado y a pesar de que las previsiones para la oferta de soja y cereales son favorables para este otoño, y que los precios de los piensos deberían mantenerse como mínimo estables. La harina de soja está en los precios mínimos del último año y se sitúa por debajo de su promedio del último quinquenio, debido a la presión de la oferta, mientras que tanto el trigo blando forrajero como el maíz se mueven en su operativa comercial a precios bastante bajos. Los fabricantes de piensos no tienen prisa por comprar, al no ver riesgos en su negocio, por lo que intentan centrarse en reducir sus costes de producción para compensar también el descenso de los precios de mercado del ganado porcino.
El mercado también se ha visto afectado por la salida de la mayor parte de la carne de porcino que fue inmovilizada en la pasada primavera. A esta operación de almacenamiento privado se acogieron 62.844 toneladas en toda la UE, de las que algo más de 50.000 toneladas salieron entre los meses de junio y agosto. En septiembre se desinmovilizarán unas 9.000 toneladas más; en octubre, algo más de 2.000 toneladas y en noviembre, las 25 toneladas restantes.
El exceso de oferta en el mercado comunitario está provocando ya que algunos ganaderos estén vendiendo por debajo de costes de producción y la previsión es de que, al contrario que de enero a agosto, las pérdidas se impongan en lo que resta de año. En la lonja de Lérida, el cerdo normal se situó el pasado 17 de septiembre en apenas 1,185 €/kg vivo. La pérdida del mercado ruso, hacia donde se dirigían en los últimos años más de 740.000 toneladas, por el embargo comercial está pesando mucho en la Unión Europea, porque existen dificultades para exportar todo lo que sería necesario con el fin de que los precios se estabilizaran. A pesar de que las exportaciones hacia terceros países resisten, no todos los Estados están compensando la ausencia de ese mercado con destinos alternativos, con lo que ese exceso de oferta se acumula en el mercado comunitario y presiona a la baja a los precios.
Apoyos al sector
De los 500 millones de euros en que se valoró el paquete de apoyo de la Comisión Europea por la crisis de mercado de los sectores lácteo porcino y frutas y hortalizas, aceptado luego en el Consejo de Ministros informal del pasado 17 de septiembre, unos 420 millones se concedieron en forma de “sobre” a los Estados miembros, según unos criterios de reparto que no convencieron a muchos países.
La mayor parte de ese dinero, procedente del excedente presupuestario del ejercicio de 2015, irá destinado a compensar a los productores por los bajos precios de la leche, como sucederá en nuestro país. Otros Estados, sin embargo, han decidido destinar parte a ayudar a los productores de porcino. Francia, por ejemplo, podría utilizar esos fondos para reforzar su plan nacional de apoyo a la ganadería y reducir los costes de las explotaciones; Alemania lo empleará en financiar préstamos a interés reducido, y Holanda podría derivarlo a la puesta en marcha de un plan de reestructuración del sector.
También se aprobó la nueva apertura del dispositivo de almacenamiento privado de carne de porcino, tras el anterior de finales de febrero pasado, ampliándose a las grasas de esta especie, e incrementándose el importe de la ayuda un 20%, hasta los 3,6 € por tonelada y día. Esta apertura, por segunda vez este año, auspiciada sobre todo por Francia, no se considera como la medida más adecuada para hacer frente a los problemas de mercado, según la Asociación Nacional de Productores de Porcino (Anprogapor) y, aunque supongan un alivio temporal para los mataderos y la industria cárnica, lo único que hace es retrasar el problema para cuando la mercancía retirada tenga que volver a salir para su venta al mercado. El primer almacenamiento privado de carne de porcino duró un par de meses (8 semanas) y la UE gastó en ayudas 17 millones de euros para la retirada temporal de poco más de 60.000 toneladas.
Otras medidas, como el aumento del presupuesto en 30 millones de euros para acciones de promoción en 2016, que se destinaría de forma específica a los sectores lácteo y de carne de porcino, crea más escepticismo que otra cosa, esperándose más resultados en las negociaciones que lleve a cabo la Comisión Europea para eliminar las barreras técnicas y sanitarias al comercio con terceros países y la apertura de nuevos mercados. En suma, desde el sector se considera que la UE debería intensificar las negociaciones con la Federación Rusa para que abra su mercado a los productos que no estén sometidos al embargo comercial político, como grasas, en las que se incluye el tocino, mantecas y despojos, y que era de lo que más exportaba España hacia ese país.
Asimismo, la existencia de peste porcina africana (PPA) en países limítrofes con Rusia (Estonia, Lituania, Letonia y Polonia) está contribuyendo a añadir más presión sobre el mercado comunitario. Este hecho, iniciado a principios de 2014, llevó a la Federación Rusa a aplicar un embargo a los productos alimentarios a base de carne de porcino procedentes de toda la Unión Europea. Ante esto, Bruselas denunció a Rusia ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), al considerar desproporcionadamente amplia dicha prohibición, a causa de la PPA existente en estos cuatro Estados miembros (que piden a la UE mejores y más flexibles medidas de lucha contra la enfermedad), pero a la vez está intentado negociar una salida bilateral a esta problemática y que Rusia acepte las medidas de regionalización comunitaria, que son las que se han aplicado siempre en estos casos.