Recientemente acaba de ser nombrado nuevo responsable del Parla Innovation Center, ¿cómo afronta este nuevo reto y por qué decidió aceptarlo?
Es apasionante tener la oportunidad de liderar un proyecto puntero a nivel mundial como el del Innovation Center de Parla. Un espacio que sigue nuestro compromiso por hacer que los profesionales del campo cuenten con soluciones que les permitan avanzar hacia una labor más eficiente, productiva y sostenible. En este caso en cultivos de alto valor, como el olivar, la viña, el manzano, el pistacho o el almendro, en los que España es una referencia global.
Del mismo modo, es un gran orgullo ser el encargado de coordinar proyectos en los que trabajan grandes firmas del mundo agro y ver cómo aportan su experiencia y conocimiento a la propuesta disruptora de firmas emergentes. Siempre con el objetivo común de formular soluciones que permitan a los agricultores hacer más con menos y compatibilizar el reto de la seguridad alimentaria con el de la sostenibilidad.
¿Qué objetivos se marca de cara al futuro al frente del centro?
A corto plazo, el objetivo común es avanzar en las 9 iniciativas que han tomado forma desde la inauguración, afianzando los lazos entre las empresas colaboradoras para ir cosechando resultados en cada uno de los proyectos y que puedan convertirse en soluciones reales para los profesionales del campo. Sobre todo, con el foco puesto en la mejor gestión del agua y los insumos, donde centramos los esfuerzos en formular tecnologías que permitan al sector ser más eficiente y sostenible.
En definitiva, reforzaremos las sinergias y acciones que emanen del Parla Innovation Center para que contribuyan a generar conocimiento en materia de cultivos de alto valor, abordar el campo de manera más competitiva y, como comentaba antes, compatibilizar sostenibilidad y seguridad alimentaria; el gran desafío que afronta el sector en el medio y largo plazo.
En la actualidad, ¿cuántas entidades colaboran en el Parla Innovation Center para avanzar en el camino hacia la industria agrícola del futuro?
El valor diferencial del Innovation Center es que se trata de un hub de colaboración público-privado único en el mundo y que aglutina a todo tipo de empresas para encontrar soluciones innovadoras. Dentro de una primera categoría, nos rodeamos de empresas tractoras que son líderes en sus respectivos campos. Aquí encontramos a AGQ Labs, Agromillora, Azud, BASF, ID David, Metos, Teyme Group y Yara.
A ellas sumamos la participación de startups que aportan el punto de innovación y aire fresco para formular esas soluciones innovadoras. En este sentido, trabajamos con compañías emergentes como Abastores, Auravant, Biome Makers, Eden Library, FarmLabs, Graniot, SpherAG y Smart Apply.
Del lado de la Administración Pública contamos con el apoyo del Ayuntamiento de Parla, un actor clave para incentivar iniciativas de emprendimiento y converger en la atracción de financiación pública para el desarrollo de los proyectos. A ello sumamos la colaboración de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) a través de la Cátedra John Deere de Agricultura de Precisión, que nos aporta la visión teórica e investigadora con la que todo el proyecto aborda un enfoque 360º desde el punto de vista empresarial.
¿En qué proyectos se están trabajando en estos momentos?
Durante el primer año de vida hemos cosechado grandes logros y avanzado en 9 iniciativas enfocadas a aumentar la rentabilidad y sostenibilidad de los cultivos de alto valor. En este sentido, contamos con proyectos muy diversos que ponen el foco en 5 campos relacionados con la Agricultura de Precisión: la automatización, la conectividad, la electrificación, la IA y los Sistemas Agrícolas Integrados.
Entre ellos, destacan iniciativas punteras como las de SpherAg, startup aragonesa que, de la mano de Azud y Metos, busca ahondar en un ahorro significativo del consumo de agua en viñedos para hacer que las explotaciones sean más eficientes y sostenibles. Para ello, el proyecto hace uso de Internet of Things (IoT) para recopilar datos en tiempo real y controlar y optimizar el riego en función de la climatología y las necesidades hídricas de los cultivos.
Otro proyecto interesante es el que desarrolla Graniot, que ha creado un algoritmo para el conteo y estimación del volumen de copa de los árboles mediante el uso de tecnología de teledetección satelital. Está colaborando con la firma especialista de fertilizantes Yara para desarrollar un avanzado sistema de fertilización para olivar que ofrece un enfoque más preciso y minucioso y en el que las imágenes satelitales de muy alta resolución (Ultra HD) cobran especial relevancia.
Por exponer un tercero, desde John Deere mentorizamos el proyecto de Abastores, que busca poner solución al reto que afrontan de vender los productos agrícolas más rápido y con precios más competitivos. Para ello, desarrolla una aplicación que ofrece precios de forma actualizada de materias como el maíz, el trigo, la cebada o la avena.
¿Cuáles son los criterios de selección para que formen parte de este foco de innovación? ¿Tienen cabida únicamente empresas nacionales o pueden sumarse proyectos internacionales?
El Innovation Center es un centro único en todo el mundo para soluciones de cultivos de alto valor. Recientemente hemos inaugurado otro centro en Canadá, pero centrado en cultivos extensivos como el trigo, la cebada o el algodón. Para alcanzar el objetivo de seguir siendo líderes en innovación tecnológica agro, debemos rodearnos de los mejores actores a nivel mundial.
Siempre hemos tenido claro que la innovación no es un proceso unilateral. Es cierto que pueden nacer de iniciativas que se dan individualmente, de forma aislada, pero que solo se enriquecen con el conocimiento colectivo. Por ello, hablamos siempre del Innovation Center como un hub de innovación colaborativo que aúna la experiencia de grandes firmas agro con el enfoque innovador de empresas emergentes que se están haciendo un nombre en la industria.
España es un gran actor la producción mundial de los cultivos de alto valor; motivo por el que cuenta con una buena representación de actores en el hub: desde empresas tractoras como Azud, Metos o Industrias David, entre otras, pasando por startups como Abastores, Graniot o SpherAG. Pero también contamos con un amplio abanico de firmas de otros países como Alemania, Argentina, EE.UU., Grecia o Turquía. En definitiva, cualquier compañía que pueda sumar y comparta el objetivo de hacer que el campo sea más productivo, eficiente y sostenible, siempre tendrá un hueco en este proyecto.
Por último, ¿en qué consiste la Cátedra de Empresa John Deere firmada con la UPM? ¿Cuáles son los objetivos de esta colaboración?
Como comentaba anteriormente, desde el Innovation Center confiamos en la aportación que realiza el mundo universitario como lugar de investigación y, con ello, de formulación de teorías que, más tarde, podremos testear y aplicar en el hub. En este sentido, colaboramos con la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica (ETSIAAB), que pertenece a la UPM, para canalizar acciones formativas, becas tanto de doctorado como de investigación, y actividades de divulgación científica.
Entre ellos, ya contamos con un primer doctorando que analiza la aplicación variable de nutrientes con cartografía de alta resolución del suelo en olivos de súper alta densidad. Se trata de una investigación que estudiará la sobrefertilización de estos cultivos gracias a la innovación y al desarrollo de tecnologías de olivicultura de precisión novedosas. Un avance significativo para el olivo, un cultivo que se ha expandido y tecnificado desde hace unos años por la consolidación de los mercados existentes del aceite y la aparición de otras oportunidades comerciales.